"Deseo encontrar un asidero en el pasado y nuevas formas, en el futuro"
Entrevista con el pintor Antonio Saura sobre su exposici¨®n en Par¨ªs
?Importante? para unos, ?monumental? para los asistentes m¨¢s impresionados, la exposici¨®n que inaugur¨® el viernes ¨²ltimo en la galer¨ªa Stadler, de Par¨ªs, el pintor espa?ol Antonio Saura se configur¨® como un hecho relevante.
Tras una labor gr¨¢fica, de collage, litograf¨ªas, todo ello sobre papel, es la primera vez, desde hace diez a?os, que Saura vuelve a pintar sobre tela. ?Es una nueva etapa esperanzadora?, seg¨²n el propio pintor, que en esta exposici¨®n se manifiesta en 24 cuadros, entre los que sobresalen dos tr¨ªpticos monumentales: Oficio de tinieblas y Diada, en homenaje a la autodeterminaci¨®n catalana, y tambi¨¦n, una serie de retratos ?imaginarios? para el autor, ?tranquila y definitivamente terribles? para el cr¨ªtico Marcel Cohen, y uno de los cuales, estimado por un visitante espa?ol de la exposici¨®n, ?es una cara calcada de la de Pilar Franco?, aunque Saura corrigi¨® r¨¢pidamente con la advertencia de rigor: ?Todo parecido con la realidad es pura coincidencia?.Al d¨ªa siguiente de la exposici¨®n, el a¨²n joven, pero ya maduro, militante de El Paso, que bajo el franquismo mundializ¨® el abstracto hispano, nos hizo algunas consideraciones sobre el significado de esta obra, producto de dos a?os de ?silencio?, y, m¨¢s gen¨¦ricamente, sobre el arte en el momento presente.
Pregunta. Esta muestra de su obra, tanto por su t¨¦cnica como por la evoluci¨®n hacia un cierto figurativismo, digamos monstruoso, ?puede valorarse como una ruptura con su labor de los diez ¨²ltimos a?os?
Respuesta. No. Se trata simplemente de una nueva etapa que, a la vez, es continuaci¨®n de la que abandon¨¦ hace diez a?os. He trabajado a partir del mismo tipo de im¨¢genes y de iconograf¨ªas. Y volver a trabajar con aquellos elementos es una decisi¨®n voluntaria y l¨²cida. Deseo encontrar un asidero en. el pasado y nuevas formas en el futuro. Ahora bien, los a?os no pasan en balde: esta obra refleja cambios en la t¨¦cnica de la superficle pict¨®rica, as¨ª como en el empleo de las im¨¢genes y estructuras que sirven de base a un cuadro. Siempre emple¨¦ pocas im¨¢genes, pero ¨¦stas sobreviven y contin¨²an siendo v¨¢lidas como soporte estructural.
P. ?Puede decirse que esta muestra de su obra est¨¢ mejor pintada?
R. S¨ª, pero entrecomillando eso de mejor pintada. Podr¨ªa decirse de esta obra que es fruto de una voluntad de estructurar m¨¢s las im¨¢genes y de una serenidad, no consecuencia de un estado de ¨¢nimo accidental, sino de una reflexi¨®n permanente que incide en la expresi¨®n pict¨®rica, independientemente de un cierto entorno externo.
P. ?Quiere decir que esta nueva etapa de su obra es independiente, por ejemplo, de la evoluci¨®n espa?ola durante los ¨²ltimos a?os?
R. Mi obra no ha estado nunca muy determinada por las situaciones que ha atravesado Espa?a. Me he referido siempre a estas situaciones indirectamente y dicha referencia contin¨²a siendo impl¨ªcita hoy, aunque de una manera m¨¢s constructiva. En mi obra tampoco aparece un aspecto biogr¨¢fico directo. La pintura no es el resultado de una situaci¨®n de euforia, de viajes, de sensaciones pasajeras. Esto, al menos, no altera mucho mi pintura, que para m¨ª es un estado latente, de contemplaci¨®n de la realidad a trav¨¦s de formas cr¨ªticas, sarc¨¢sticas. El estado latente es lo importante. Los momentos, digamos felices, no pueden cambiar mucho la forma d¨¦ trabajar. Lo que pueden hacer esos momentos es que esa forma de trabajar sea m¨¢s coherente desde un punto de vista pl¨¢stico o t¨¦cnico.
P. Esto, en el plano sociopol¨ªtico, ?equivaldr¨ªa a una especie de fatalismo?, es decir, que lo ¨²nico que cambia es la forma de la injusticia, pero la injusticia subsiste.
R. No es trasladable mi an¨¢lisis del proceso expresivo del pintor a las estructuras pol¨ªtico-sociales. Primero, porque el artista es m¨¢s libre en el ejercicio de la profesi¨®n, y segundo, porque no existe, en el siglo XX, una pintura pol¨ªtica especializada; es decir, una pintura capaz de defender unas ideas. Nuestra labor es m¨¢s modesta. La dimensi¨®n pol¨ªtica la expresa el pintor en tanto que ser humano.
P. ?Es posible disociar al pintor al hombre?
R. No est¨¢n disociados, pero tampoco ligados ¨ªntimamente. La reflexi¨®n pol¨ªtico-social del artista no debe condicionar por entero su libertad expresiva.
P. ?Para qu¨¦ sirve un pintor hoy?
R. Como siempre, el pintor es un creador de formas, de ?ventanas? abiertas a un universo desconocido y, sobre todo, es una persona que trabaja con un material espec¨ªfico que le fija leyes y l¨ªmites.
La crisis del arte
P. ?C¨®mo enjuicia el panorama art¨ªstico del momento presente?
R. El arte vive una crisis econ¨®mica y de creaci¨®n. En los ¨²ltimos veinte a?os han proliferado tendencias contrapuestas y han aparecido modas m¨²ltiples impuestas por determinados pa¨ªses, Estados Unidos en particular. Esto ha favorecido la eclosi¨®n de talentos, pero tambi¨¦n ha impedido la maduraci¨®n de muchos artistas que han sido tragados por el consumismo art¨ªstico.
P. ?Qu¨¦ opina del ya c¨¦lebre Centro Pompidou, como ejemplo de ese art¨ªculo de consumo en que se ha convertido el arte?
R. Es dificil averiguar si a largo plazo es positivo el famoso Beaubourg.
P. ?La evoluci¨®n t¨¦cnico-sociol¨®gica de los ¨²ltimos lustros no estima que ha influido en lo que usted califica de crisis y que ha modificado la manera de sentir eso que hasta hoy se ha llamado arte?
R. Esa evoluci¨®n ha influido en la creaci¨®n del desequilibrio.
P. En apariencia al menos, usted hace una diferencia entre el artista y el que no lo es. ?No somos todos artistas?
R. Ser¨ªa fant¨¢stico que todos fueran artistas y, quiz¨¢, lo somos todos. Ahora bien, esto no evita que la creaci¨®n de cada cual sea valorada a partir de coordenadas hist¨®ricas, cient¨ªficas y est¨¦ticas.
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