Objetivo b¨¢sico: decidir a los indecisos
La campa?a electoral de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico ha tenido un objetivo b¨¢sico: atacar al Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE), postura explicable desde el punto de vista de los an¨¢lisis electorales: la franja mayor de indecisos se !sit¨²a entre UCD y PSOE, y es precisamente esa franja de votos la que concede la victoria o, al menos, la que ayuda a un partido a distanciarse o a acercarse al otro.Mientras que el 15-J de 1977 el partido centrista se present¨® como ?la v¨ªa segura a la democracia?, en esta ocasi¨®n la campa?a de UCD tuvo un eje central -cumplir-, encaminada a justificar los dos ¨²ltimos a?os de gobierno. Un planteamiento en cierta forma defensivo que se alter¨® ya en los primeros d¨ªas: el comit¨¦ electoral de UCD, presidido por Su¨¢rez, lanz¨® tres ideas sobre las que deb¨ªan girar las declaraciones y m¨ªtines p¨²blicos de los candidatos del partido, en todos los rincones de Espa?a; tres ideas claramente de ataque: resaltar las diferenclas existentes entre el programa del XXVII Congreso del PSOE y el programa electoral socialista; resaltar la presunta incoherencia de los dirigentes socialistas en temas relacionados con el orden p¨²blico y terrorismo (con alusiones a unas hipot¨¦ticas negociaciones con ETA) e insistir en la ideolog¨ªa marxista del partido contrincante.
La dureza de los ataques fue en aumento seg¨²n pasaron los d¨ªas de la campa?a electoral, pero especialmente a ra¨ªz del reto lanzado por Felipe Gonz¨¢lez para que el presidente del Gobierno y de UCD, Adolfo Su¨¢rez, aceptara un debate televisado. Adolfo Su¨¢rez lo rechaz¨® y la m¨¢quinaria electoral de su partido se lanz¨® a hacer llegar a todos y cada uno de los posibles votantes las razones de este rechazo.
Por su parte, el propio Adolfo Su¨¢rez ha evitado escrupulosamente los ataques personales contra el l¨ªder socialista e, incluso, ha matizado sus andanadas contra el PSOE. Muy confiado en el efecto multiplicador de sus intervenciones ante TVE, el presidente ha mantenido un tono moderado en casi todas sus intervenciones, aunque indirectamente participara tambi¨¦n de la l¨ªnea general de la campa?a.
Nerviosismo en la recta final
Pese al gran esfuerzo publicitario realizado -algunos d¨ªas la prensa madrile?a lleg¨® a publicar ocho p¨¢ginas de UCD-, el desarrollo de la campa?a centrista ha dejado mucho que desear, a juicio de sus propios dirigentes. Ha existido una gran desconexi¨®n entre los responsables de la campa?a personal del presidente y los responsables de la campa?a a nivel nacional. Estas deficiencias aconsejaron que los tres espacios gratuitos de TVE fueran ocupados ¨ªntegramente por Adolfo Su¨¢rez y no, como se program¨® inicialmente, s¨®lo dos de ellos, as¨ª como la inclusi¨®n en todos los peri¨®dicos nacionales de p¨¢ginas de publicidad protagonizadas en exclusiva por el presidente.
El nerviosismo se acentu¨® en los dos ¨²ltimos d¨ªas: en la madrugada del pasado martes, una imprenta madrile?a imprimi¨® miles de hojas volanderas firmadas por Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (?El partido que dice lo que piensa, el partido que hace lo que dice, un partido sin contradicc¨ªones, gente de fiar?), en las que, bajo el t¨ªtulo ??Qu¨¦ quieren los socialistas? Ni ellos mismos lo saben?, se pretende recoger las incoherencias del PSOE en relaci¨®n con la revoluci¨®n, la dictadura del proletariado, el consumo de marihuana, el derecho a la libre utilizaci¨®n del propio cuerpo o el aborto. Una t¨¦cnica semejante han empleado los centristas de Catalu?a, que insertaron el martes en la prensa barcelonesa un anuncio con una doble fotograf¨ªa de Felipe Gonz¨¢lez y dos textos: ?Dec¨ªan?-?Dicen?.
El tema del aborto ha sido tambi¨¦n una de las puntas de lanza de la campa?a centrista. Primero se plante¨® casi como tema obligado, ante los intentos de grupos a la derecha de UCD de confundir al electorado y presentar a Uni¨®n de Centro como un partido abortista. Pero despu¨¦s fue UCD la que lo emple¨® contra el PSOE.
El segundo eslogan de UCD -?Vota con realismo?- parec¨ªa dirigido fundamentalmente hacia el votante de partidos a su derecha. Los ataques contra Coalici¨®n Democr¨¢tica, escasos por otra parte, se han centrado fundamentalmente en la inutilidad de este voto y han corrido a cargo, en la mayor¨ªa de las ocasiones, de personalidades de segunda fila de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico.
La virulencia de la confrontaci¨®n UCD-PSOE, al menos a nivel de campa?a electoral, ha preocupado a un sector del partido centrista poco convencido de las posibilidades de UCD de obtener mayor¨ªa absoluta en el Congreso. Teme alguna de estas personalidades que los resultados electorales aconsejen la formaci¨®n de una coalici¨®n gubernamental o, al menos, a la firma de un acuerdo parlamentario, debido a que la mayor¨ªa de UCD sea tan corta que haga dif¨ªcil el gobierno en solitario. La insistencia de los m¨¢ximos responsables del partido en la afirmaci¨®n de que gobernar¨¢n solos, sin coalici¨®n alguna, es perfectamente explicable -ning¨²n partido grande acude a las elecciones bajo otro presupuesto-, pero esto no excluye, afirman estos sectores, una cierta moderaci¨®n electoral.
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