Un ?duro? protegido por Mosc¨²
Bernard Levin, en el diario londinense The Times, defini¨® en septiembre de 1976 a Bohuslav Chnoupek como el Quisling checoslovaco, en una comparaci¨®n extremista con el dictador impuesto por Hitler y manejado por ¨¦l.Chnoupek, en efecto, est¨¢ ¨ªntimamente ligado a los dirigentes sovi¨¦ticos -su carrera fulgurante despu¨¦s de 1968 se debe a ellos-, pero carece de la entidad pol¨ªtica suficiente en Checoslovaquia como para asumir la funci¨®n del Kadar de Praga (en recuerdo del dirigente h¨²ngaro que asumi¨® la pol¨ªtica sovi¨¦tica de normalizaci¨®n despu¨¦s de la invasi¨®n de 1956).
Bohuslav Chnoupek comenz¨® sus actividades pol¨ªticas en el diario Pravda en el a?o 1958, formando parte de los editorialistas m¨¢s afines al estalinismo, que por aquel entonces se propon¨ªa desterrar para siempre Nikita Kruschev. Siempre de la mano de los sovi¨¦ticos, Chnoupek accede al cargo de ministro de Cultura en 1967, promovido por Antony Novotuy y en unos momentos en que la ?primavera del 68? co menzaba a emerger a ra¨ªz de las peticiones del C¨ªrculo de Escritores Checoslovacos.
Sus primeros movimientos inmediatos despu¨¦s de la invasi¨®n fueron los de favorecer la acci¨®n sovi¨¦tica. Los estudiantes que se manifestaban en la plaza Wenceslao de la capital le introdujeron en el grupo de los ?traidores y colaboracionistas?.
Cuando la invasi¨®n se consum¨®, accedi¨® en los a?os 1969 y 1970 a la direcci¨®n de la Radio Checoslovaca donde se distingui¨® por su acci¨®n contra periodistas destacados en la defensa del ?socialismo de rostro humano?.
En un paso gigantesco en cualquier carrera pol¨ªtica, pas¨® de director de radio a embajador en la Uni¨®n Sovi¨¦tica entre 1970 y 1971.
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