Conclusiones provisionales
?( ... ) El partido del Gobierno ha obtenido una victoria tasada, que le coloca a la cabeza de los grupos con representaci¨®n parlamentaria, pero que no le permitir¨¢ gobernar sin ayuda de otros elementos pol¨ªticos. El avance conseguido en comparaci¨®n con los resultados de las elecciones de 1977 ha sido a costa de las fuerzas que estaban colocadas a su derecha. Las elecciones del 1 de marzo han dejado reducida la derecha pol¨ªtica a su m¨ªnima expresi¨®n, con un valor escasamente testimonial. Consecuencia de ello es que la UCD pierde su significaci¨®n de centro para convertirse en una derecha fundamentalmente de intereses. El centro pol¨ªtico ha desaparecido. Esta es la primera conclusi¨®n.La segunda es que el PSOE ha ganado por su derecha no muchos votos que ha restado a la UCD, aunque en menor n¨²mero al de los que UCD arrebat¨® a la derecha. Al mismo tiempo ha perdido mayor n¨²mero de sufragios a su izquierda, a favor del comunismo y de otros, grupos colocados aparentemente m¨¢sa su izquierda.
La tercera conclusi¨®n es el reconocimiento del avance de los grupos extremistas, desde los abertzales de Vasconia y los izquierdistas de Catalu?a hasta los socialistas nacionalistas de Andaluc¨ªa, pasando, por el autonomismo radical canario, que por primera vez ocupa un puesto en nuestro organismo representauvo. No creo que a nadie cause sorpresa que un c¨®mputo final de los votos arroje un resultado m¨¢s favorable a la izquierda que a la derecha.
La situaci¨®n creada como resultado de la consulta electoral no aparece tranquilizadora ni para la UCD ni para la oposici¨®n no revolucionaria. Como el n¨²mero de votos que necesita el se?or Su¨¢rez para gobernar "en solitario" es muy escaso, no le ser¨¢ dif¨ªcil obtenerlos, incluso sin formalizar un pacto de partidos, entre elementos de la Coalici¨®n Democr¨¢tica o de los grupos catalanes moderados. La atracci¨®n del poder es muy fuerte, sobre todo si act¨²a sobre convicciones poco s¨®lidas. Pero aun as¨ª, tendr¨¢ enfrente a la oposici¨®n socialista -y no digamos nada de la comunista,-no obstante su aparente moderaci¨®n-, que por necesidades incluso de su pervivencia habr¨¢ de ser mucho m¨¢s exigente de lo que lo fue en la etapa del "consenso". A?¨¢danse a ello las pretensiones de los nacionalistas vascos, que ser¨¢n m¨¢s radicales que las que hasta ahora han formulado. El Partido Nacionalista Vasco se ver¨¢ obligado a ser m¨¢s exigente, dada la presi¨®n de los grupos colocados a su izquierda, como portavoces pol¨ªticos de la ETA. )?
5 marzo
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