Fernando Arrabal,

escritor residente en Par¨ªs, sostiene en un art¨ªculo que ha publicado en el semanario L'Express que existe una fuerte relaci¨®n entre ser un buen jugador de ajedrez y la pr¨¢ctica de alguna religi¨®n, y que la religiosidad es una constante entre los grandes campeones. Como ejemplos aporta los de Juan Pablo II, ?excepcional jugador?, que ha ganado hace poco al periodista Wanda Zartoliwy; de Korchnoi, ?que qued¨® fascinado por la secta marga durante el campeonato de Baguio?; de Reshevsky, ?que era ortodoxo y no quiso nunca jugar en per¨ªodo de Sabbat?; de Fischer, ?que es militante de los Adventistas del S¨¦ptimo D¨ªa?, y del primer campe¨®n del mundo Steinitz, ?quien propon¨ªa en las calles de Nueva York partidas al mismo Dios, a quien, por reverencia, le daba siempre la ventaja de un pe¨®n?.