Recitales de Elton John en Barcelona y Madrid

Una de las grandes atracciones del show-bussines que quedaba por actuar en nuestro pa¨ªs lo har¨¢ hoy, en Barcelona (Pabell¨®n de Badalona) y ma?ana, lunes, en Madrid (Pabell¨®n del Real Madrid). Se trata de Elton John, extra?o prodigio de comercialidad respetable.Elton John es, adem¨¢s de gran m¨²sico, un tipo curioso. Hijo ¨²nico, gerente del Watford Football Club, homosexual (aunque no al 100 %), gran triunfador en Estados Unidos no le gusta y sin ser en lo absoluto punkie, le gusta lo punkie. A trav¨¦s de unas magn¨ªficas declaraciones recogidas hace poco por Roy Carr en la revista Creem, Elton John se muestra como un buen tipo, inteligente, en plena conciencia de su significado, de su papel dentro de un tinglado que se ve obligado a aceptar (como todos).

Elton John naci¨® el 25 de marzo de 1947, en Pinner, Middleessex y comenz¨® tocando como pianista-ambientador en un hotel con el estupendo sueldo de una libra por noche. Esto ocurr¨ªa cuando Elton (que no se llama ni Elton ni John, sino Reginald Kenneth Dwight) ten¨ªa diecisete a?os y desarrollaba una brillante actividad como chico de los recados en una editorial de m¨²sica. Cuando dej¨® el hotel, entr¨® a formar parte de un grupo de blues, que como tal se mor¨ªa de hambre y sobreviv¨ªa acompa?ando las giras inglesas de artistas americanos varios. M¨¢s tarde estuvo con el cantante Long John Baldry; pero esto s¨®lo hasta que nuestro pianista encontr¨®, a trav¨¦s de un concurso para nuevos talentos, al letrista Bernie Maupin, sobre cuyos textos comenz¨® a comporier como loco.

Los comienzos, no obstante, no tuvieron caracter¨ªsticas de gran estrellato y el t¨¢ndem compositor estuvo casi tres a?os cobrando diez libras anuales, a base de realizar canciones de encargo que todav¨ªa deben andar rodando por esos mundos de los cantantes cabareteros.

Primera gira americana

En realidad, esto del cabaret le debi¨® marcar al bueno de Elton, por cuanto su primera gira americana en 1970, que coincidi¨® con su seplundo y tercer ¨¢lbum (Elton John y el definitivo Tumblewedd Connection), mostraba a un tipo raro y emperifollado que utilizaba plumas y gafas con forma de estrella y lamparitas. Elton saltaba sobre el piano, se arrodillaba, gritaba; era todo un espect¨¢culo: el espect¨¢culo.Con una buena banda respald¨¢ndole, su virtuosismo al piano y unas canciones variadas e inteligentes, ElIton John va de ¨¦xito en triunfo hasta llegar a su ¨¢lbum m¨¢s decepcionante; Cariboo (1974). Sin embargo, sus giras contin¨²an y en 1975 se produce el pico de su carrera (que parad¨®jicamente coincide con una intentona de suicidio: 85 pastillas de Valium). Ese pico ten¨ªa forma de ¨¢lbum, su carpeta estaba inspirada (muy inspirada) en un disco de la francesa Jean Marie Sens y fue el primero que entr¨® directamente al n¨²mero uno de las listas americanas. Era Captain Fantastic and the Dyrt Brown con-boy. Ese fue el m¨¢ximo. Posteriormente, Elton John, muy liado consu club de f¨²tbol, su sello discogr¨¢fico Rocket y sus problemas con Bernie Maupin, sacar¨ªa tres ¨¢lbumes que pasaron a engrosar su lista de ¨¦xitos, pero sin aparatosidad.

Ahora con un nuevo letrista (Gary Osborne) y un contrato con el ascendente grupo Polygram, ha lanzado un buen ¨¢lbum (Single man, muy simb¨®lico) y a pesar de sus reticencias y de su vagancia vuelve a la carretera.