Mieres, el declive del carb¨®n
Vital Alvarez Buylla, con seguridad pr¨®ximo alcalde de Mieres, promete, con voz tenue consecuencia de una reciente operaci¨®n de c¨¢ncer de laringe, ?trabajar con la misma honradez que lo hicieron alcaldes socialistas, como Manuel Llaneza y Gonz¨¢lez Pena, para tratar de dar una nueva vida a la villa?. Vital es m¨¦dico otorrino, tiene 65 a?os y vive en una casona de la calle de On¨¦simo Redondo (?Lo mejor es que gane la candidatura socialista; UCD y CD ya sabemos lo que nos han dado a los mierenses: nos lo han quitado todo?).Mieres, municipio de la cuenca del Caudal, paso obligado entre la Asturias central y la meseta, fue, con altibajos, una de las comarcas m¨¢s pr¨®speras del pa¨ªs desde el ¨²ltimo tercio del siglo XIX hasta los a?os sesenta, cuando entr¨® en una fase de vertiginoso declive. Hoy, su Ayuntamiento, en bancarrota, es incapaz de hacer frente a la reposici¨®n de las bombillas que se funden en el centro de la ciudad. Su poblaci¨®n ha experimentado un r¨¢pido envejecimiento a consecuencia de la marcha de los j¨®venes. Se calcula que en Gij¨®n viven unos 25.000 mierenses. Mieres es un ejemplo paradigm¨¢tico de la deserci¨®n de un empresario desarraigado de los problemas de esta regi¨®n. La huida comenz¨® en zuanto la miner¨ªa y la siderugia asturianas comenzaron a sentir los efectos del abandono de la etapa proteccionista.
El auge del sector hullero durante el ¨²ltimo tercio del siglo pasado -en sus ¨²ltimos once a?os se triplic¨® la producci¨®n- y su poder de atracci¨®n de la industria sider¨²rgica transformaron radicalmente Mieres, que pas¨® de ser una villa campesina a una sociedad urbana e industrial, con un fuerte incremento demogr¨¢fico. La f¨¢brica de Mieres fue la primera de Espa?a en quemar carb¨®n de coque en sus hornos en 1848.
Paralelamente, el desarrollo industrial provoc¨® la desaparici¨®n de la agricultura, el deterioro del paisaje, la poluci¨®n y ennegreci¨® sus r¨ªos.
La especializaci¨®n minera y sider¨²rgica dej¨® a Mieres a expensas de la evoluci¨®n de los mercados internacionales, mientras que las empresas m¨¢s poderosas, en manos de capitalistas for¨¢neos, no reinvert¨ªan en la comarca ni en Asturias los beneficios conseguidos. As¨ª, la industria envejec¨ªa y se descapitalizaba progresivamente. La situaci¨®n se ver¨ªa agravada con el plan de estabilizaci¨®n de 1959, que al poner fin a la anarqu¨ªa situaba el carb¨®n en una fase de constante regresi¨®n ante su dif¨ªcil competitividad con los derivados del petr¨®leo. Simult¨¢neamente el acero europeo se convert¨ªa en un serio competidor de la f¨¢brica de Mieres, cuyas instalaciones obsoletas, hoy propiedad de Ensidesa, est¨¢n condenadas a desaparecer. La constituci¨®n de Uninsa en Gij¨®n, en 1966, desplaz¨® la actividad sider¨²rgica e industrial del tri¨¢ngulo Oviedo-Mieres- La Felguera al tri¨¢ngulo Oviedo-Gij¨®n-Avil¨¦s.
Con unas instalaciones viejas y una competencia a la que no estaban acostumbrados durante los primeros veinte a?os del anterior r¨¦gimen, los grandes empresarios decidieron vender, a buen precio, sus activos al Estado y los peque?os empresarios no tuvieron m¨¢s salida que el cierre. Entre 1965 y 1975 fueron clausurados seiscientos establecimientos comerciales.
Canon del carb¨®n
El Instituto Nacional de Industria (INI) acudi¨® a Asturias en socorro de los dos sectores exclusivos de la econom¨ªa de Mieres, pero siguiendo unos criterios en perfecta conexi¨®n con los grandes empresarios sider¨²rgicos de otras regiones. Una vez m¨¢s, intereses extrarregionales dominaban la planificaci¨®n del futuro de Asturias y de Mieres.
Tres exponentes claves de la crisis mierense son: el Ayuntamiento, con un presupuesto que apenas si alcanza para pagar a sus funcionarios; la f¨¢brica de Mieres, abocada al desmantelami.ento definitivo, y Minas de Figaredo, cuyos propietarios han anunciado su intenci¨®n de cerrar la explotaci¨®n si el Estado no resuelve su situaci¨®n de quiebra. Los mineros pretenden su integraci¨®n en Hunosa.
Vital Alvarez Buylla no ve otra salida que trabajar ?todos juntos en favor de Mieres. Tenemos que dialogar con Hunosa y Ensidesa, que se deben a nosotros. Hace falta recuperar el canon del carb¨®n con una cuota m¨¢s elevada, construir una autopista. Hunosa debe pagar los da?os de la contaminaci¨®n?.
Mieres, uno de los municipios m¨¢s cultos de Asturias, con una gran tradici¨®n socialista, ratificada por los resultados de las elecciones del posfranquismo, tiene una acusada mentalidad industrial. Los mineros, pioneros en las reivindicaciones sociales, tienen una conciencia obrera muy solidaria. Su grado de afiliaci¨®n sindical a Comisiones Obreras y UGT supera el 80%.
?La industria transformadora no vino a Mieres -afirma Manuel Fern¨¢ndez Pello, representante de los trabajadores en el consejo de administraci¨®n de Ensidesa y miembro de la coordinadora ciudadana- porque sobre nosotros pesa la leyenda negra de la revoluci¨®n de 1934 y porque Asturias ha estado hu¨¦rfana de clase empresarial y clase pol¨ªtica. No veo otra salida inmediata para relanzar la econom¨ªa mierense que el sector p¨²blico. Ahora bien, en Mieres es mayoritaria la izquierda y el INI es la derecha.?
La insurrecci¨®n de las minas
Con motivo de la entrada en el Gobierno de varios ministros de la CEDA, especialmente Gil Robles, se produjo en varias provincias -Asturias y Catalu?a, sobre todo un movimiento revolucionario, mucho m¨¢s dif¨ªcil de sofocar en la regi¨®n asturiana, en la que el 5 de octubre de 1934 los sublevados consiguieron dominar las cuencas mineras de Mieres y Langreo. Unidas todas las fuerzas de izquierda atacaron Oviedo, con las armas tra¨ªdas de contrabando por el buque Turquesa, convirtiendo a la capital de la provincia en escenario de una aut¨¦ntica guerra civil que caus¨® da?os incalculables en la c¨¢mara santa de la catedral, la Universidad, la audiencia, el teatro Campoamor.
El estado mayor de la revoluci¨®n en Mieres trat¨® de aplicar una econom¨ªa de guerra. Incaut¨® la planta sider¨²rgica y proclam¨® solemnemente la supresi¨®n de la propiedad privada y la moneda como instrumento de cambio. El escritor y music¨®logo franc¨¦s Romain Rolland incorpor¨® el octubre asturiano a la ¨¦pica insurreccional de la edad contempor¨¢nea al afirmar que ?desde la comuna no se hab¨ªa visto nada tan hermoso como el movimiento revolucionario de Asturias?.
Las fuerzas gubernamentales movilizaron veintisiete batallones de infanter¨ªa para aplastar la revoluci¨®n. El 16 de octubre, Belarmino Tom¨¢s, principal jefe de los sublevados, miembro del PSOE y suegro de Rafael Fern¨¢ndez, presidente del Consejo Regional de Asturias, elegido nuevamente senador el pasado 1 de marzo, pact¨® con el general L¨®pez Ochoa la entrega de las cuencas mineras. La revoluci¨®n del 34 fue seguida de una dura represi¨®n contra los sublevados y el Gobierno decidi¨® suspender las
Mieres, el declive del carb¨®n
actividades de las organizaciones sindicales de inspiraci¨®n marxista y anarquista.Inversi¨®n privada
La tesis del se?or Fern¨¢ndez Pello sobre las soluciones para el futuro de Mieres no es totalmente compartida por el candidato de UCI) a la alcald¨ªa, Juan Bautista Fern¨¢ndez Fidalgo, consejero de Industria y Energ¨ªa del organismo preauton¨®mico de Asturias. ?Est¨¢ claro -dice- que es necesaria una fuerte diversificaci¨®n industrial, pero la existencia de mastodontes de la empresa p¨²blica, como Hunosa y Ensidesa, espantan la iniciativa privada. Conviene recurrir a un sistema mixto; hay que estimular la inversi¨®n privada con medidas de fomento, con exenciones para las industrias que se establezcan en Mieres.? El candidato de UCD no espera soluciones milagrosas de la futura Corporaci¨®n municipal democr¨¢tica. ?Me conformar¨ªa -agrega- con que a partir de ahora la comunidad se identificase con los concejales y con que aumentase el optimismo. En Mieres hay desilusi¨®n, desesperanza en el propio futuro. El deterioro del ambiente es total.?
El Partido Comunista de Asturias (PCA) tiene una fuerte implantaci¨®n en Mieres, zona en la que junto a la del Nal¨®n se asentaron las primeras c¨¦lulas comunistas durante el franquismo. El candidato del PCA a la alcald¨ªa, Florentino Prieto Ordiales, tiene escasa confianza en el resurgimiento industrial de Mieres, ve demasiado en el aire los proyectos de la Coordinadora Ciudadana y solamente espera resultados positivos ?si todas las fuerzas se deciden a colaborar?.
La Coordinadora Ciudadana, casi en funciones de gestora municipal, ha encargado a la Sociedad Asturiana de Estudios Industriales (SADEI) la elaboraci¨®n de un informe socioecon¨®mico de Mieres, que recomienda como medidas m¨¢s urgentes: urbanizar y acondicionar los terrenos industriales propiedad de Ensidesa y los de la Vega de Baina, realizar un plan general de ordenaci¨®n urbana del municipio, crear una comisi¨®n promotora para la colaboraci¨®n entre la empresa p¨²blica, entes locales y asociaciones ciudadanas, capaz de canalizar iniciativas de promoci¨®n industrial, realizar el puente de Seana para comunicar definitivamente las zonas situadas a los lados del r¨ªo, paliar el acusado d¨¦ficit de equipamientos sociales, especialmente el de servicios sanitarios y camas hospitalarias, y potenciar la formaci¨®n profesional de acuerdo con las necesidades de las nuevas industrias a crear. La Coordinadora Ciudadana se opone a que Ensidesa suprima un solo puesto de trabajo sin crear otro antes, defiende la integraci¨®n de Minas d e Figaredo en Hunosa y cree que la hacienda municipal debe ser mejorada con la entrada en vigor del impuesto sobre la participaci¨®n en el producto bruto de las mina (canon del carb¨®n).
MA?ANA:
Petilla de A rag¨¢n (Navarra).
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