El "empleo comunitario", una subvenci¨®n para mantener el orden p¨²blico en Andaluc¨ªa
En v¨ªsperas de elecciones, tanto los partidos y sindicatos de izquierdas como los representantes gubernamentales parecen esforzarse en convencer al electorado de que ellos son los m¨¢s adecuados para parchear el problema del paro en Andaluc¨ªa.El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Econom¨ªa, Fernando Abril Martorell, se entrevist¨® el jueves con los m¨¢ximos dirigentes de la UGT andaluza y los diputados comunistas de la regi¨®n. Ese mismo d¨ªa se libraban 1.300 millones de pesetas para el empleo comunitario de los campesinos andaluces y extreme?os en paro. A la vez, el vicepresidente reiteraba una promesa formulada el pasado oto?o de convocar a las centrales sindicales mayoritarias para concretar su participaci¨®n en el control, planificaci¨®n y distribuci¨®n de este tipo de fondos. Hace m¨¢s de un a?o que las centrales ven¨ªan reivindicando esta intervenci¨®n.
El empleo comunitario ha venido siendo un sustitutivo del inexistente seguro de paro agrario. Fuentes sindicales estiman que en Andaluc¨ªa hay en estos momentos m¨¢s de 50.000 parados. Para el pr¨®ximo mes, cuando finalicen por completo las campa?as de la remolacha y la aceituna, esta cifra aumentar¨¢ hasta llegar a un total de 80.000 personas sin empleo.
Seg¨²n fuentes del Gobierno Civil, el pasado a?o se destinaron 1.437 millones de las mutualidades agrarias, s¨®lo en la provincia de Sevilla, para empleo comunitario. A esta cifra habr¨ªa que a?adirle otras -las cantidades destinadas a igual fin por el Iryda, Icona, Jefatura Provincial de Carreteras y Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir- hasta totalizar cerca de 3.200 millones de pesetas.
Pueblos conflictivos
En un principio, el empleo comunitario era administrado por los ayuntamientos de aquellas zonas con mayor ¨ªndice de conflictividad, para evitar males mayores. Eran los ¨²ltimos, a?os de la vida del general Franco. Los sindicatos, entonces clandestinos, comenzaban a funcionar cada d¨ªa de una forma m¨¢s organizada y abierta. Era el momento de los encierros en las parroquias. Algunos sacerdotes colaboraban con el movimiento campesino y muchos entraban por primera vez en las iglesias, al margen de bautizos y funerales.El sistema de reparto del empleo comunitario a trav¨¦s de los ayuntamientos daba lugar a abundantes arbitrariedades. Las zonas menos cormbativas se encontraban desatendidas y la inevitable picaresca comenzaba a surgir. Algunos alcaldes destinaban el dinero del empleo comunitario para trabajos innecesarios o humillantes -desbrozar los caminos vecinales, limpiar de piedras un arroyo, abrir y volver a cerrar zanjas- o, simplemente, daban el dinero a cambio de ning¨²n trabajo.
Sin embargo, en zonas con mayor presencia y control sindical, el dinero era utilizado, por lo general, en obras p¨²blicas municipales de mayor inter¨¦s.
Desde hace un par de a?os, las comisiones provinciales de Gobierno, presididas por los gobernadores civiles, comenzaron a controlar la utilizaci¨®n de los fondos del empleo comunitario previa presentaci¨®n de proyectos por parte de los ayuntamientos. En muchos casos, eran los propios sindicatos los que elaboraban estos proyectos y los presentaban a los alcaldes.
El papel de los sindicatos
El vac¨ªo de poder municipal existente en los ¨²ltimos tres a?os favoreci¨® que el sistema de reparto del empleo comunitario sigluiese funcionando de una forma an¨¢rquica. Los alcaldes no sab¨ªan cu¨¢nto tiempo permanecer¨ªan en sus puestos, hab¨ªan perdido la autoridad y los ayuntamientos entraban en fase de liquidaci¨®n.En muchos casos, por la fuerza de los hechos, fueron los sindicatos los que terminaron llenando este vac¨ªo. Por orden de importancia cuantitativa, CCOO, UGT y SOC -rama campesina de la CSUT- son las tres fuerzas sindicales que act¨²an en el campo andaluz. El SOC, a pesar de su menor n¨²mero de militantes, es, sin embargo, una central muy activa y ha protagonizado el a?o pasado algunas ocupaciones simb¨®licas de tierras. La central anarcosindicalista CNT, por su parte, tiene una influencia muy localizada y escasa.
En ciertos casos, ante la inhibici¨®n de los ayuntamientos, algunos sindicatos fuertemente implantados se ocuparon del reparto del empleo comunitario. Las pr¨®ximas elecciones municipales acabar¨¢n, l¨®gicamente, con el vac¨ªo municipal. Es de suponer que en las zonas m¨¢s tradicionalmente conflictivas los ayuntamientos tendr¨¢n mayor¨ªa de izquierdas: PSOE, PCE y, en algunos casos, PTE. ?Nuestros concejales potenciar¨¢n la clarificaci¨®n de cuentas y el estudio de medidas inversoras. En cualquier caso, el pr¨®ximo verano, habr¨¢ nuevamente ocupaciones de tierras?, afirma Paco Casero, l¨ªder del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), cercano al PTE.
Instrumento de control
Para UGT y CCOO, los ayuntamientos democr¨¢ticos ser¨¢n tambi¨¦n, entre otras cosas, un instrumento de control de la utilizaci¨®n de los fondos del empleo comunitario. ?Nuestros concejales y alcaldes se pondr¨¢n a la vanguardia de la lucha contra el paro y ser¨¢n ellos quienes negocien con las instancias, superiores?, dice el l¨ªder campesino de CCOO Carmelo Acu?a.Sin embargo, la cuesti¨®n de fondo en la que todos parecen estar de acuerdo -matices aparte- es en lo inadecuado del actual sistema de parcheo contra el paro. Incluso el gobernador civil de Sevilla, Luis Fern¨¢ndez, considera que una medida inmediata ser¨ªa la puesta en funcionamiento de ?unas verdaderas oficinas de colocaci¨®n ¨¢giles y modernas?. As¨ª se acabar¨ªa con un sistema de contrataci¨®n arbitrario -en las plazas y bares de los pueblos-, se conocer¨ªa con exactitud el ¨ªndice de paro y se acabar¨ªa con la picaresca que ha llevado a algunos a beneficiarse, sin derecho, del empleo comunitario y, en ciertos casos, del seguro de desempleo.
Los sindicatos reivindican tambi¨¦n el derecho de los campesinos en paro al seguro de desempleo y consideran que el problema agr¨ªcola andaluz pasa por una planificaci¨®n a todos los niveles que estudie la optimizaci¨®n de las tierras, una reforma agraria de corte moderno -cuyo alcance final var¨ªa seg¨²n cada una de las centrales que lo proponen- y la creaci¨®n de sistemas de industrializaci¨®n y comercializaci¨®n de los productos agrarios.
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