Su¨¢rez encuentra dificultades para una investidura holgada

A pocos d¨ªas de la votaci¨®n de investidura de Adolfo Su¨¢rez corno nuevo presidente del Gobierno -unas fuentes la fijan para el pr¨®ximo lunes, d¨ªa 26, mientras otras la aplazan al d¨ªa 28, pero en todo caso antes de la celebraci¨®n de las elecc¨ªones municipales- las gestiones para conseguir una amplia y holgada mayor¨ªa, que fuentes de UCD suelen fijar entre los 190 y doscientos diputados, se encuentran retrasadas y en alg¨²n caso ni siquiera han sido iniciadas.Tras la victoria de UCD en las elecciones generales, en medios de este: partido comenz¨® a vislumbrarse una apoteosis ucedista en la votaci¨®n de investidura del presidente Su¨¢rez en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, al optimisrno de los primeros momentos ha sucedido la fr¨ªa realidad pol¨ªtica, en la que el do ut des es la regla b¨¢sica y universal. Los peque?os grupos pol¨ªticos, sobre todo nacionalistas, que estar¨ªan dispuestos en un principio a dar sus votos a Su¨¢rez, exigen a cambio el compromiso claro del presidente del Gobierno de no recortar los proyectos de estatutos de autonom¨ªa. Hasta ahora, s¨®lo Coalici¨®n Democr¨¢tica ha dado p¨²blicamente su apoyo incondicional, y sin contrapartidas, a Su¨¢rez, aunque esta posici¨®n ha sido matizada por uno de los dirigentes de esta coalici¨®n, al condicionarla al abandono por parte del presidente del Gobierno de ?las ambig¨¹edades de su gesti¨®n anterior y de sus concesiones a la izquierda?.

Para conseguir 190 votos en el acto de su investidura, Su¨¢rez necesitar¨ªa los votos de los 168 diputados de UCD, m¨¢s los de los nueve de Coalici¨®n Democr¨¢tica, los ocho de Convergencia i Uni¨® y los cinco del Partido Socialista de Andaluc¨ªa. Esta cifra podr¨ªa ampliarse si el Partido Nacionalista Vasco (PNV) decide finalmente aportar los votos de sus siete diputados. Sin embargo, las contrapartidas exigidas a cambio por Convergencia y por el PNV son especialmente duras: la r¨¢pida tramitaci¨®n, y sin recortes, de sus respectivos proyectos de Estauto de Autonom¨ªa presentados en las Cortes. Esta exigencia podr¨ªa verse, sin embargo, frenada si prospera la pr¨¢ctica parlamentaria aducida por UCD, seg¨²n la cual deben entenderse por deca¨ªdas todas las proposiciones y proyectos de ley presentados durante la anterior legislativa y que no pudieron ser aprobadas en la misma, A esta exigencia, Convergencia a?ade otra: que uno de sus l¨ªderes pase a formar parte del nuevo Gobierno Su¨¢rez.

El PSA, por su parte, nuevo en el Congreso, exigir¨ªa a cambio de su apoyo a Su¨¢rez una contrapartida que hiciera posible su identidad parlamentaria en la nueva C¨¢mara; es decir, poder formar grupo parlamentario, lo que exigir¨ªa la reforma del reglamento provisional del Congreso, que establece un m¨ªnimo de quince diputados para la creaci¨®n de un grupo parlamentario o la obtenci¨®n, al menos, de un 20% de los esca?os en el conjunto de circunscripciones en que se hubieran presentado candidaturas.

A una semana, o poco m¨¢s, de la votaci¨®n de investidura de Su¨¢rez, se mantiene la posici¨®n cautelosa de estos grupos pol¨ªticos, sin cuyo concurso es.a mayor¨ªa amplia y holgada con la que cuenta UCD es imposible. Esta actitud se explica en medios parlamentarios por el deseo de tales grupos de obtener el m¨¢ximo de rentabilidad posible de sus votos, pero tambi¨¦n por exigencias de la campa?a de las elecciones municipales. Apoyar p¨²blicamente a UCD a escasas fechas de las, elecciones municipales puede ser peligroso para algunos de estos grupos, cuya campa?a electoral tiene como eje, precisamente, atacar la pol¨ªtica municipal del partido en el Poder.