Centenares de personas, afectadas por las demoras en los procesos matrimoniales
Con la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n, que prev¨¦ la unidad de jurisdicciones, los tribunales eclesi¨¢sticos han puesto de manifiesto su cariz abiertamente anticonstitucional. Adem¨¢s, los nuevos acuerdos Espa?a-Santa Sede, que zanjan definitivamente el Concordato de 1953, van a reducir su ¨¢mbito. De una vez por todas, parece que en fechas; venideras el enorme desfase que supone el juicio de derechos civiles de ciudadanos espa?oles con criterios can¨®nicos -funci¨®n de los tribunales eclesi¨¢sticos hasta ahora- va a desaparecer. Escribe, Rafael Fraguas.
Sin embargo, pese a todos estos datos y cuando la situaci¨®n permitir¨ªa presagiar una mayor flexibilizaci¨®n de estos tribunales, centenares de matrimonios, con sus correspondientes familias, sufren los efectos de demoras prolongadas e irregularidades por parte, sobre todo, de tres de los ocho tribunales eclesi¨¢sticos de la archidi¨®cesis de Madrid. Como quiera que cualquier matrimonio que desee separarse o conseguir la anulaci¨®n ten¨ªa hasta ahora que acudir a los tribunales eclesi¨¢sticos a demandar su caso, lograr del tribunal la admisi¨®n de la demanda y su certificaci¨®n posterior, para conseguir de los tribunales civiles la adopci¨®n de medidas provisionales de separaci¨®n marital, sobre los hijos y su adscripci¨®n, el domicilio, las cuotas alimenticias, el r¨¦gimen de visitas y las provisiones para litigar ante los tribunales, el poder real de los organismos judiciales eclesi¨¢sticos ha sido hasta ahora enorme y nadie que no los atravesara, -salvo contad¨ªsimas excepciones- consegu¨ªa anulaciones o separaciones plenas.
No hay estad¨ªsticas
Si bien las estad¨ªsticas no son v¨¢lidas para averiguar el n¨²mero de causas de separaci¨®n o anulaci¨®n tramitadas a diario en Madrid, ya que los tribunales eclesi¨¢sticos no publican sistem¨¢ticamente sus sentencias, se da como seguro que los tribunales madrile?os tramitan a diario cuatro o cinco causas de este tipo y un n¨²mero similar en Barcelona.No obstante, las situaciones son muy diferentes. Mientras en Barcelona se despachan generalmente con agilidad las causas en tr¨¢mite, en Madrid se producen atascos ingentes que hasta el momento no encuentran una explicaci¨®n v¨¢lida. Es frecuente que los plazos para la resoluci¨®n de una causa se multipliquen por diez en cada uno de los tres tribunales eclesi¨¢sticos madrile?os. Estas demoras implican que los tribunales civiles no ejecuten las sentencias y los efectos que estos retrasos acarrean sobre las familias en trance de separaci¨®n o anulaci¨®n se vuelven dram¨¢ticos, al prolongarse la cohabitaci¨®n entre esposos que mutuamente o de modo unilateral se acusan de malos tratos o sevicias y acusaciones de distintos tipos. Se han dado casos de matrimonios obligados a cohabitar durante meses despu¨¦s de abrir causas de separaci¨®n, con el costo ps¨ªquico y emocional que todo ello arrastra para las familias.
Los tribunales eclesi¨¢sticos poseen un decanato de uno de ellos, que cumple una funci¨®n intermediaria respecto al arzobispado, autoridad local m¨¢xima para esta competencia. Por encima de la autoridad archidiocesana se halla la Signatura Apost¨®lica, en Roma. Las causas se asignan por reparto entre los ocho tribunales madrile?os y es pensamiento com¨²n entre los matrimonios que cuando a una causa le corresponde los tribunales n¨²meros 4, 5 ¨® 7, el proceso va para muy largo. Las apelaciones o recursos se realizan en alzada ante La Rota, lo mismo que las recusaciones, pero se han dado casos de jueces recusados por alguna de las partes que han seguido adoptando medidas sobre la parte recusadora. El silencio del arzobispado ante las recusaciones de alguno de estos jueces no ha sido explicado nunca y es casi seguro que quien inicia este tr¨¢mite puede dar por perdida su causa.
En una ocasi¨®n, uno de los tribunales declar¨® en rebeld¨ªa a una mujer, madre de cinco hijos, que recus¨® al juez, y en otra, otro de los jueces, que emiti¨® una sentencia contraria a la esposa de una personalidad muy destacada de la vida madrile?a, tras recurso, tuvo que pagar ¨¦l mismo las costas del juicio. El hecho no tiene precedente en estos tribunales.
Un abogado, suspendido
Estas situaciones han encontrado un nuevo punto de inflexi¨®n recientemente, cuando uno, de los abogados matrimonialistas que defiende causas en Madrid ha sido suspendido de sus funciones durante un a?o por decisi¨®n del vicario de la archidi¨®cesis. En distintas entrevistas con el vicario, decenas de personas, fundamentalmente mujeres clientes del letrado, no recibieron una explicaci¨®n solvente sobre la suspensi¨®n de su abogado. Todas las causas que defend¨ªa quedaron detenidas hasta que una decisi¨®n posterior del vicario permiti¨® al letrado proseguir los procesos iniciados, si bien se le prohib¨ªa terminantemente adquirir la defensa en nuevas causas. Se da el caso de que el abogado suspendido ha sido uno de los m¨¢s enconados cr¨ªticos de las irregularidades observadas en estos tribunales y fue ¨¦l, precisamente, quien gan¨® para su defendida la causa a la que nos refer¨ªamos anteriormente, en la que el juez tuvo que pagar las costas del juicio mencionado.Paralelamente a esto, existe una pr¨¢ctica mediante la cual se consigue una agilizaci¨®n acelerada de los procesos de nulidad o separaci¨®n. Con un mill¨®n y medio de pesetas habitualmente cabe acudir a un tribunal cat¨®lico radicado en el barrio neoyorquino de Brooklin, a cuya di¨®cesis pertenece. En este tribunal -donde se comprueba el acuerdo de ambas partes, en este caso matrimonios, sobre la nulidad, as¨ª como el consenso sobre el reparto de bienes- se obtiene en un plazo relativamente corto, de unos tres meses, una anulaci¨®n matrimonial que luego se ejecuta en Espa?a. Es decir, admite y ratifica lo establecido por un tribunal extranjero. A esta instancia suele acudir la gente que dispone de ese dinero e implica la domiciliaci¨®n, casi siempre ficticia, del demandante en el municipio de Nueva York. Esta es una forma de obtener la separaci¨®n o la anulaci¨®n por el procedimiento denominado de mutuo consenso, ventaja debida a la aplicaci¨®n generosa, o bien holgada, de la justicia eclesi¨¢stica sobre matrimonios. El nuevo vicario madrile?o ha prohibido la ejecuci¨®n de las nulidades procedentes del tribunal de Brooklin, pero hasta hace muy poco se consegu¨ªa que las sentencias fueran selladas r¨¢pidamente y ejecutadas, mediante la colocaci¨®n encima del mont¨®n, de la nulidad conseguida.
Para el desarrollo agr¨ªcola africano
Mucho m¨¢s an¨®malo a¨²n resulta otro procedimiento, Profundamente injusto, mediante el cual se logran anulaciones. Consiste en establecer contacto con alg¨²n monse?or de color, de nacionalidad gabonesa o centroafricana habitualmente, que se suele hospedar en un hotel de cinco estrellas del principio del paseo de la Castellana. Con cierta periodicidad, uno de estos monse?ores viene a Madrid y acoge unos centenares de causas de nulidad o separaci¨®n, que estar¨¢n culminadas en seis meses. El precio var¨ªa entre el mill¨®n o el mill¨®n y medio por causa, y con este dinero, dicen, se compran jeeps para el desarrollo de la agricultura centroafricana. En este procedimiento no existe consenso alguno entre las partes y las m¨¢s perjudicadas suelen ser las mujeres, dada su frecuente insolvencia econ¨®mica. De la noche a la ma?ana, una mujer puede encontrarse pr¨¢cticamente en la calle, si su esposo es lo suficientemente avisado como para utilizar este procedimiento.Por todos estos hechos, distintas organizaciones civiles, feministas y pol¨ªticas, estudian estos d¨ªas c¨®mo abordar el tema de los tribunales eclesi¨¢sticos madrile?os, su lentitud en la tramitaci¨®n de causas y las irregularidades y anomal¨ªas descritas. Gran parte de los demandantes, sobre todo mujeres, denuncian repetidamente que el sorteo de las causas no suele ser tal, sino que la asignaci¨®n se hace por otros procedimientos no aclarados. Para estas personas resulta con frecuencia inexplicable c¨®mo el arzobispado de Madrid no toma medidas, ni siquiera abre una investigaci¨®n sobre las demoras en la tramitaci¨®n de causas, o mantiene silencio administrativo hasta que se agotan los plazos previstos, mientras el sustrato que soporta estas situaciones -familias deshechas- aguarda decisiones de los tribunales para organizar nuevamente sus vidas. La llegada de un nuevo vicario, delegado del arzobispado, hizo presagiar un cambio de rumbo y una mejora, pero una de las primeras medidas adoptadas por el nuevo delegado ha sido la suspensi¨®n del letrado mencionado anteriormente.
Al fondo, el divorcio
Las organizaciones pol¨ªticas mayoritarias se desenvuelven con sumo cuidado ante estas cuestiones, ya que ni izquierda ni derecha desean, en plena etapa electoral, enfrentarse a una animadversi¨®n por parte de las autoridades eclesi¨¢sticas. Las recientes tomas de postura de la Iglesia ya han costado un alto precio electoral a la izquierda, que aguarda el momento apropiado para plantear las razones y conseguir la fuerza necesarias para abordar el tema del divorcio. La ratificaci¨®n de los acuerdos con la Santa Sede, por parte del nuevo Parlamento, se canta ya en los partidos mayoritarios pero, entre tanto, miles de personas, matrimonios, ni?os y familiares, esperan, desde hace a?os, soluciones de una autoridad que inexplicablemente ha guardado silencio, mientras otros, desde la sombra, azuzan tendenciosamente este conflicto, como si de una revuelta palaciega o convencional se tratase.Alguien ha dicho recientemente que la mejor garant¨ªa de que el divorcio vaya a admitirse r¨¢pidamente en Espa?a -tambi¨¦n por la gran mayor¨ªa de los cat¨®licos- ha sido la vigencia omn¨ªmoda durante todos estos a?os de las pr¨¢cticas usuales -y sus formas- de los tribunales eclesi¨¢sticos.
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