Problemas tercemundistas en m¨¢s de 30.000 n¨²cleos rurales de Galicia
Una mayor participaci¨®n ciudadana en la gesti¨®n municipal es quiz¨¢ el primer resultado positivo que obtendr¨¢n los gallegos de las elecciones que hoy se celebran, si los partidos y coaliciones cumplen las promesas realizadas al respecto. La desastrosa situaci¨®n econ¨®mica de gran parte de los 312 ayuntamientos de la regi¨®n incita a presagiar que las mejoras de infraestructura y servicios se har¨¢n a ritmo lento.Sin embargo, el 50% de los habitantes de la regi¨®n, asentados en m¨¢s de 30.000 n¨²cleos rurales, que constituyen la mitad de los existentes en Espa?a, no tendr¨¢n posibilidades materiales de integrarse en la gesti¨®n democr¨¢tica por la lejan¨ªa f¨ªsica y espiritual que se da entre los ayuntamientos, aldeas y parroquias. En efecto, el campesino se siente de su aldea o de su parroquia y acude al ayuntamiento, distante muchas veces m¨¢s de quince kil¨®metros, ¨²nicamente por causas de fuerza mayor. Para eliminar esta discriminaci¨®n de los n¨²cleos rurales, todas las fuerzas pol¨ªticas reivindican el reconocimiento jur¨ªdico de la parroquia, medida que no presenta dificultades legales, seg¨²n coment¨® a EL PAIS el subsecretario del Interior.
Los grandes n¨²cleos de poblaci¨®n ofrecen a los futuros alcaldes unos problemas similares a los de otras ciudades espa?olas: especulaci¨®n, servicios deficientes, etc¨¦tera. No obstante, algunas ciudades presentan peculiaridades espec¨ªficas. Tal es el caso de Santiago, con una importante riqueza monumental, para cuya protecci¨®n algunos candidatos han reclamado ayuda al Consejo de Europa.
Los ayuntamientos del medio rural presentan todos los aspectos tercermundistas que se pueden contemplar en Galicia: carencia absoluta de infraestructura sanitaria, incomunicaci¨®n por red viaria deficiente e insuficiente, red telef¨®nica limitada y dificultades para el acceso a la educaci¨®n, ya que unos 125.000 ni?os tienen que desplazarse diariamente a las concentraciones escolares, que en ocasiones distan m¨¢s de veinte kil¨®metros de sus hogares. Para afrontar esta situaci¨®n, los municipios, sin una decidida ayuda estatal, carecen de posibilidad alguna.
Al margen del c¨²mulo de problemas, muchos de ellos propios de un pa¨ªs subdesarrollado, que deber¨¢n afrontar los nuevos ayuntamientos, a niveles oficiales existe el temor de que la ya cr¨®nica abstenci¨®n de los gallegos ante las urnas pueda en estas elecciones superar cotas anteriores. Ser¨ªa un mal comienzo para las nuevas corporaciones que se constituyan a partir del desinter¨¦s de una mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Los partidos tienen aqu¨ª un reto dif¨ªcil: interesar a la poblaci¨®n gallega en sus propuestas, algo que hasta ahora no han podido lograr, por encima de coartadas como las del mal tiempo o la dispersi¨®n de los n¨²cleos poblacionales.
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