El avance del PSUC, fruto de un mayor apoyo de CCOO
Las caras largas que exhib¨ªan los comunistas catalanes el pasado 1 de marzo se convirtieron el pasado martes por la noche en rostros de satisfacci¨®n. Una satisfacci¨®n que pod¨ªa estar justificada por la derrota de UCD, pero que en realidad no era tan clara al ver c¨®mo las diputaciones catalanas contin¨²an fuertemente escoradas hacia la derecha.
?Se trata de un milagro. Por tanto, debe ser obra de Alfonso Carlos Comin?, comentaba a EL PAIS el periodista comunista Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, aludiendo a la militancia comunista y a las convicciones cristianas del mencionado escritor. Otro intelectual afirmaba: ??Qu¨¦ le preguntar¨¢ ahora Carrillo al PSUC?? Mientras un tercero agregaba: ?Carrillo podr¨ªa preguntar ahora a Roberto Lerchundi (Pa¨ªs Vasco), Santiago Alvarez (Galicia) y Carlos Mauricio (Canarias).? En todos estos lugares, los colaboradores de Carrillo quedaron p¨¦simamente situados.La explicaci¨®n m¨¢s razonable del avance comunista en Barcelona y su cintur¨®n industrial vendr¨ªa dado por su superior grado de implantaci¨®n, y una mayor antig¨¹edad de la misma, con relaci¨®n a los socialistas. Los datos electorales reflejan tambi¨¦n que ha sido precisamente en los barrios y localidades de car¨¢cter obrero donde ha habido una mayor abstenci¨®n. Pero esta corresponder¨ªa a personas que en las legislativas hab¨ªan votado a UCD, ya que en muchos casos la izquierda supera no s¨®lo los porcentajes, sino incluso el anterior n¨²mero de votantes.
Sorpresa en el bajo Llobregat
Una de las mayores sorpresas del 15 de junio en Catalu?a consisti¨® en la victoria socialista en la comarca del bajo Llobregat, donde la implantaci¨®n comunista era y es muy fuerte. La figura de Felipe Gonz¨¢lez y la escasa integraci¨®n en Catalu?a de sectores obreros andaluces fueron las explicaciones m¨¢s convincentes de aquel fen¨®meno.Ahora, en cambio, CCOO, y en concreto la popularidad de sus dirigentes, han sido un factor decisivo de cambio. En efecto, UGT es, hoy por hoy, en Catalu?a, esencialmente, unas siglas, sin dirigentes tan conocidos como los de CCOO. En cambio, en las peque?as -pero fuertemente pobladas- localidades industriales del ?cintur¨®n rojo? de Barcelona, CCOO tienen unos nombres y unos apellidos concretos,-as¨ª como una mayor tradici¨®n inmediata de lucha, tanto sindical como ciudadana.
El avance comunista tiene no s¨®lo una significaci¨®n c¨ªvica, sino tambi¨¦n en relaci¨®n con las tendencias internas del PSUC. En efecto, la candidatura comunista de Barcelona era eminentemente leninista, tanto como la de las legislativas era bandera blanca. Ahora el predominio obrero era total y, en consecuencia, el apoyo de CCOO tambi¨¦n lo fue. La contraposici¨®n de esta victoria con aquella derrota -todo en t¨¦rminos relativos- tendr¨¢ su peso en la trayectoria inmediata del comunismo catal¨¢n.
Paso en falso
Por lo que respecta a la actitud de la direcci¨®n del PSUC en la noche misma de las elecciones hubo por lo menos un paso en falso. Consisti¨® en la visita que efectuaron a la sede del partido de Jordi Pujol. Fue muy visible que los comunistas no eran bien venidos por todos los militantes de aquel partido. Hubo un grupo de militantes de Convergencia que, para complicar las cosas, empez¨® a gritar ?Guti, Guti?. La cara de Tr¨ªas Fargas no era en absoluto de satisfacci¨®n. El propio Pujol se acerc¨® al grupo y pregunt¨®: ??Qu¨¦ han elegido un nuevo secretario general de nuestro partido?? El incidente no tuvo mayores consecuencias y educadamente Pujol acompa?¨® a los visitantes a la puerta.Ahora aparece como muy claro que los socialistas empezar¨¢n a o¨ªr cantos de sirena, por la izquierda, de los comunistas, y por la derecha, de Jordi Pujol. Los primeros pondr¨¢n hincapi¨¦ en Barcelona-ciudad y su entorno industrial; los segundos, en las diputaciones.
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