Un Atl¨¦tico nefasto; ni siquiera tuvo contraataque
ENVIADO ESPECIAL, El Valencia no tuvo necesidad de inventarse nada nuevo, ni siquiera de hacer un buen partido para imponerse a un Atl¨¦tico de Madrid que hizo gala de un nefasto planteamiento y que en ning¨²n momento dio sensaci¨®n de que podr¨ªa o quer¨ªa ganar, como si ignorase que con esta derrota se ve casi definitivamente alejado del t¨ªtulo. A los valencianos les bast¨® una completa y segura actuaci¨®n de Arias como l¨ªbero y un centro del campo que domin¨® y dobleg¨® siempre al rojiblanco. Poco m¨¢s, ya que Diarte y Felman sudaron la camiseta, pero hubo en eIlos m¨¢s voluntad que acierto.S¨®lo tuvo necesidad de crear juego el Valencia, ya que no ten¨ªa que destruir, porque el Atl¨¦tico nunca construy¨® nada. Se podr¨ªa decir sin temor a exagerar que el pilar en el que se forj¨® la victoria levantina fue Arias, que desde atr¨¢s imprimi¨® al menos seguridad, ya que no brillantez, al juego de su equipo. Empez¨® engarzado con Bonhof -esta vez canalizador y creador en el centro del campo- y tuvo la ayuda de Solsona, que salvo en un par de ocasiones no estuvo a la altura de otras ocasiones. A partir de aqu¨ª, el Valencia se acerc¨® al ¨¢rea rojiblanca, pero no de forma suficientemente incisiva como para crear complicaciones a la defensa madrile?a, que fue la l¨ªnea que se salv¨® del lamentable partido jugado en el Luis Casanova. De ah¨ª que los goles, no hay que enga?arse, vinieran como resultado de un disparo que posiblemente ni el mismo Castellanos pens¨® que acabar¨ªa donde acab¨®, y de un penalti que Sierra cometi¨® absurdamente, ya que la internada de Saura no revest¨ªa ni mucho menos un peligro claro e inminente, ¨²nica situaci¨®n que justifica recurrir a cometer la m¨¢xima falta.
Se puede asegurar que Szusza fue el ¨²nico de cuantos estaban en el campo que no se percat¨® de que el hombre a vigilar era Bonhof. Dio la sensaci¨®n -s¨®lo sensaci¨®n- de que Marcial era el encargado de vigilar al alem¨¢n; pero, por un lado, el rojiblanco ?no estaba por la faena? y, por otro, costaba creerlo, porque nadie menos indicado para seguir a Bonhof que el veterano centrocampista atl¨¦tico. Tampoco Solsona fue estrechamente marcado, y estos dos grandes creadores de juego, junto con la ya mencionada actuaci¨®n de Arias, que por su demarcaci¨®n anduvo muy suelto, permitieron que fuera el Valencia el que tuviera el bal¨®n muchos m¨¢s minutos en los pies que su rival.
El naufragio atl¨¦tico se fragu¨® en la desdichada actuaci¨®n de su centro del campo. El ¨²nico creador era Marcial, y ¨¦ste no quiso saber mucho del tema. Robi y Guzm¨¢n no tienen entidad para hacer jugar a un equipo, entre otras cosas, porque no son creadores ni constructores de juego, y un equipo como el Atl¨¦tico, que aspira a todo, no puede salir a un campo de f¨²tbol tan s¨®lo a destruir. Con el planteamiento que hizo ayer Szusza a pocos sitios se puede llegar, y habr¨ªa que preguntarse qu¨¦ es lo que hasta ahora ha aportado de nuevo al equipo del Manzanares el t¨¦cnico h¨²ngaro, que inexplicablemente fue fichado a mitad de temporada. Ahora, el Atl¨¦tico ya no juega bien ni fuera de su campo, que era su especialidad, porque por abandonarle le ha abandonado hasta el contraataque aquel peligroso que sigui¨® haciendo por inercia y basado en el esquema de juego dejado por Marcel Domingo, precisamente cesado en el que fue ayer su rival.
Con la plantilla que tiene el Atl¨¦tico no se puede hacer lo que hizo ayer en Valencia, y eso que Leivinha trabaj¨® algo m¨¢s de lo habitual,apoyando m¨¢s al centro del campo que a Rub¨¦n Cano y Rubio, solos y aislados porque el equipo no llegaba con solidez y no propiciaba ninguna jugada de ataque que se pudiera definir como tal. Pereira cumpli¨® en una misi¨®n que le result¨® c¨®moda, y el Atl¨¦tico estuvo siempre diluido por el c¨¦sped del Luis Casanova. Diluido y despistado, porque ni el penalti de Sierra ni la falta que provoc¨® la expulsi¨®n de Arteche debe hacerlas un profesional con sentido com¨²n.
El Atl¨¦tico se jugaba en Valencia mucho, pero no supo ni pudo hacerlo bien. El tren del t¨ªtulo est¨¢ ya muy lejano para ¨¦l, y es que tantos errores no se pueden permitir a un equipo con esas aspiraciones. Se podr¨ªa echar mano de que la suerte no le ha acompa?ado como a otros, pero tampoco es disculpa. Szusza ha venido a poner las cosas peor de lo que estaban, y el l¨ªo que actualmente tienen los hombres bajo su mando es porque no se entienden sus decisiones. Sin ir m¨¢s lejos, por ejemplo, la asuencia de Alberto.
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