"La Pasi¨®n seg¨²n san Juan" e "Israel en Egipto"
Este a?o la Semana Santa madrile?a tiene la compa?¨ªa musical que es tradici¨®n en todas las ciudades europeas. As¨ª, el Coro Nacional y Orquesta de C¨¢mara Espa?ola, la Academia y Coro Saint Martin-in-the-Fields, el Coro de Radio Nacional y el Monteverdi y Camerata Acad¨¦mica de Hamburgo desarrollan en el escenario del Real y en la iglesia de los Jer¨®nimos un importante ciclo de m¨²sica religiosa.Con un cuadro de solistas de gran calidad -Carmen Bustamante, Alfreda Hodgson, Adalbert Kraus, Ian Caley, Jakob Stampfli y Thomas Hemsley-, Salvador M¨¢s no consigui¨® una versi¨®n interesante de La Pasi¨®n seg¨²n san Juan. Ni la intenci¨®n -falta de criterio unitario-, ni la realizaci¨®n, ni el rendimiento de los grupos corales e instrumentales, llegaron al nivel que la misma obra exige. Todos esperamos que el nuevo titular de la Orquesta Ciudad de Barcelona, del que tantos elogios me hizo siempre Ros Marb¨¢, est¨¦ muy por encima de su actuaci¨®n madrile?a.
Coro Nacional y Orquesta de C¨¢mara Espa?ola
Director: S. M¨¢s. Solistas: C. Bustamante, A. Hodgson, A. Kraus.La Pasi¨®n seg¨²n san Juan, Bach. 5 de abril. Orquesta y Coro Saint Martin-in-the-Fields. Director: L. Heltay. Solistas: K. Flowers, L. Houghton, Ch. Brett. Israel en Egipto, Haendel 6, 7 y 8 de abril.
El Coro Nacional, reducido en la cuant¨ªa conveniente, luci¨® su buena materia prima y cant¨® bien, pero tampoco actu¨® con la seguridad y perfecci¨®n de otras ocasiones; Ia Orquesta, formada por excelentes profesores, quiz¨¢ ha debido responder en el primer a?o de su andadura a solicitudes tan varias como dif¨ªciles. Creo que si se afianza esta acertada fundaci¨®n de la Direcci¨®n General de M¨²sica ha de establecerse un r¨¦gimen de trabajo continuo y riguroso en todos los ¨®rdenes, pues todos sabemos que un conjunto de instrumentistas (aun de primera categor¨ªa) no es, por el mero hecho de su reuni¨®n, una orquesta. La colaboraci¨®n de los solistas instrumentales ajenos a la Nacional -Enrique de Santiago y Ulrich Dr¨¹ner, violas de amor; Sergi Casademunt, viola da gamba; Jorge Fresno, la¨²d, y Xavier Salietti, ¨®rgano- tuvo la jerarqu¨ªa que los nombres garantizan.
Luego, no hay que olvidarlo, est¨¢ Juan Sebasti¨¢n Bach. El solo contacto directo del p¨²blico con una obra como La Pasi¨®n seg¨²n san Juan justifica el ¨¦xito obtenido. Esto y que cuanto hemos comentado, como es l¨®gico, tiene un valor relativo. Es decir, se refiere a decepci¨®n frente a las posibilidades y categor¨ªa de los medios puestos en juego, pero queda lejos -conviene subrayarlo- de lo que en lenguaje vulgar denominamos un desastre. S¨®lo la labor de un Evangelista como el de Kraus, la de un Jes¨²s tal el de Stampfli o las intervenciones de la Bustamante, la Hodgson y Caley, justificaban la asistencia al concierto.
No es superior, de ning¨²n modo, el Coro de la Academia Saint Martin-in-the-Fields, ni eran comparables los solistas, salvo el formidable contratenor Charles Brett. Tampoco el director Laszlo Heltay es un inspirado, sino un puntual ordenador y conocedor de los estilos musicales. Sin embargo, en conjunto, la versi¨®n de Israel en Egipto, de Haendel, fue magn¨ªfica Obra de caracter¨ªsticas tan diferentes a la de Bach, est¨¢ montada principalmente sobre el coro y, por su forma, viene a ser una sucesi¨®n de n¨²meros que no alcanzan la cohesi¨®n interna y la organizaci¨®n dram¨¢tica de otros oratorios haendelianos.
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