James M. Cain, un escritor olvidado

La llamada ?novela negra? nunca ha tenido mucho p¨²blico entre nosotros. Mientras, por ejemplo, se editaban y reeditaban las ochenta y una novelas de intriga de Agatha Christie, fracasaban dos interesantes colecciones donde se trataba de introducir la ?novela negra? entre medias de la de intriga. Tanto la ?Serie negra? de Distribuciones de Enlace, como ?Selecciones del s¨¦ptimo c¨ªrculo?, de Alianza Editorial, dejaban de publicarse. La primera cuando apenas contaba con veinticinco t¨ªtulos, y la segunda al llegar al cincuenta. Se objetar¨¢ que las traducciones eran malas y discutible la selecci¨®n de t¨ªtulos. Ahora, por motivos dif¨ªciles de explicar porque la selecci¨®n de t¨ªtulos sigue bordeando el caos y las traducciones siguen siendo malas, finalmente parece haber aparecido un p¨²blico consumidor de la colecci¨®n ?Novela negra? de Editorial Bruguera. Quiz¨¢ lo m¨¢s curioso es que estos tres intentos se apoyan, con m¨ªnimas variantes, en los mismos nombres: Dashiell Hammett, Raymond Chandler y Ross Macdonald. Sus obras se reeditan constantemente, mientras los restantes autores del g¨¦nero, incluso los mejores, son sistem¨¢ticamente olvidados. S¨®lo de cuando en cuando, como por equivocaci¨®n, aparece una de sus obras en los huecos que dejan en los cat¨¢logos las grandes estrellas, como ocurre con El cartero siempre llama dos veces.El 27 de octubre de 1977 muere James M. Cain en el m¨¢s absoluto de los olvidos. Su obra, junto a la de William R. Burnett, David Goodis, Horace McCoy, William McGivern y Cornell Woolrich, se sit¨²a entre lo mejor y menos difundido entre nosotros de la novela negra. Pertenece al grupo inicial de colaboradores de la revista ?Black Mask?, en la que se crea el g¨¦nero. Su amplia obra comienza en los a?os treinta y finaliza en los sesenta. Aunque en toda ella siempre existe un trasfondo policiaco, va desde la m¨¢s pura ?serie negra? a la historia de ?amor y aventuras?, pasando por la ?sentimental de ¨¦poca?. A trav¨¦s de su obra prevalece una misma forma narrativa, el relato en primera persona, y una misma obsesi¨®n por la ?mujer fatal?, que es el eje de todos sus tramas. En un momento se hacen traducciones de la excelente Pacto de sangre (1936) y de El estafador (1940), que hoy son imposibles de encontrar. En la actualidad son f¨¢cilmente asequibles Al final del arco iris (1957), entre las ?negras?, y Mignon (1962). entre las de ?¨¦poca?, pero son dos novelas menores. As¨ª como una de las obras maestras del g¨¦nero, El cartero siempre llama dos veces, que acaba de reeditar Alianza en la mala traducci¨®n de Federico L¨®pez Cruz, aunque ahora revisada por Carmen Criado.

James M. Cain es especialmente conocido por haber escrito dos novelas que han dado lugar a sendos cl¨¢sicos del ?cine negro?. Una es Doble indemnizaci¨®n (1943), llevada al cine por Billy Wilder en 1944, sobre un gui¨®n suyo y de Raymond Chandler y estrenada aqu¨ª como Perdici¨®n. La otra es El cartero siempre llama dos veces (1934), que fue objeto de tres versiones cinematogr¨¢ficas. El desconocido franc¨¦s Pierre Chenal dirigi¨® la primera, con el t¨ªtulo Le dernier tournant y dio lugar a una obra mediocre dentro del chirriante realismo galo de la ¨¦poca. Luego sirve la Luchino Visconti, en 1942, para burlar a la censura fascista y hacer su primera pel¨ªcula, Ossessione, una obra claramente neorrealista que s¨®lo utiliza la an¨¦cdota original. Es el hoy olvidado Tay Garnett, uno de los m¨¢s expertos artesanos de su ¨¦poca, quien hace en 1946, con el t¨ªtulo original, la mejor adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela.

El cartero siempre llama dos veces se mueve en ese terreno especialmente atractivo de la ?novela negra? en que se describe un ambiente normal, desconectado tanto de las fuerzas del crimen como de las de su represi¨®n, donde por un c¨²mulo de sucesos un hombre es atra¨ªdo por el delito generalmente, como ocurre en este caso, por culpa de una ?mujer fatal?. Es una perfecta descripci¨®n de ambientes y personajes que desarrollan una interesante intriga. Ser¨ªa de desear que esta novela finalmente obtuviese entre nosotros el ¨¦xito que merece.