Reflexiones sobre el aborto

Al igual que don Jos¨¦ Luis Abad Fern¨¢ndez, soy universitario y cotidiano lector de su peri¨®dico; quisiera comentar y puntualizar alguna de las reflexiones que acerca del aborto hace el citado se?or en su carta al director publicada el pasado d¨ªa 20-4-79, pretendiendo que sean le¨ªdas, al parecer, con ¨¢nimo de convencer a los portadores de ?nuestra? (que ser¨¢ la suya) reserva espiritual.Reflexi¨®n 1.?. El se?or Abad nos especifica que nadie en contra de su voluntad est¨¢ obligado a abortar, a?ade adem¨¢s que cada cual debe tener libertad moral para actuar seg¨²n su conciencia. La, primera parte de esta reflexi¨®n creo que es indiscutible, en cambio la segunda me parece inaceptable, pues cuando no existe libertad en lo material para atentar contra la propiedad ajena, se pretenda la libertad de obra en contra o a favor de una vida de la cual la mujer es ¨²nicamente portadora. Si esta libertad se les atribuyera, por qu¨¦ no permitir la eutanasia, la muerte de tantos seres anormales f¨ªsica o ps¨ªquicamente, que coaccionan de forma m¨¢s contundente la vida de todos aquellos de quienes dependen?

Reflexi¨®n 2.?. Estoy completamente de acuerdo con el se?or Abad, m¨¢xime debido a que por mi profesi¨®n, pues soy cirujano, tengo que ver y atender alguna de estas complicaciones. que si existen se podr¨ªan suprimir con una pol¨ªtica social orientada a encauzar el futuro del ser que est¨¢ latiendo en el seno materno, y no suprimi¨¦ndose.

Reflexi¨®n 3.?. No comprendo por qu¨¦ las se?oras que van a Londres a abortar tienen que ser bajitas y cat¨®licas, quiz¨¢ ser¨ªa conveniente investigar por ver si tienen alg¨²n cromosoma o gen especial que as¨ª las marque.

Reflexi¨®n 4.?. Veo que al t¨¦rmino de sus reflexiones se declara opuesto al aborto, lo cual me resulta de todo punto incomprensible, y no entiendo que siendo contrario a ¨¦l solicite medios materiales para llevarlo a cabo.

Comprendo antes bien que en ning¨²n plano de la vida se debe orientar la acci¨®n del individuo a combatir consecuencias, sino a prevenirlas.

Procurar una buena educaci¨®n e informaci¨®n anticonceptiva ser¨ªa la elecci¨®n m¨¢s libre, sobre todo para el ser inocente al que se le niega la vida antes de nacer.