Su¨¢rez busca en Argel el establecimiento de un nuevo clima de confianza hacia Espa?a
El presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, pisa ma?ana tierra argelina. Le acompa?an en su visita rel¨¢mpago, de poco m¨¢s de un d¨ªa, los ministros de Asuntos Exteriores e Industria, Marcelino Oreja y Carlos Bustelo, los dos mimados del cuarto Gabinete Su¨¢rez, que intentar¨¢n reforzar en los planos diplom¨¢tico y econ¨®mico el alcance hist¨®rico de esta primera visita de un jefe del Gobierno espa?ol a la patria de los Ben Bella, Bumedian y Chadly.
El objetivo del viaje parece bien simple: restablecer la confianza entre Espa?a y Argelia, convencer a los dirigentes argelinos de que el Gobierno de Madrid quiere mantener relaciones cordiales y equidistantes con los tres pa¨ªses del Magreb, al margen del conflicto del Sahara. De una crisis que ahora bulle de nuevo en sus frentes diplom¨¢tico y militar ante el anuncio libio de la existencia de un eventual acuerdo de paz polisario-mauritano, que incluir¨ªa la cesi¨®n a los saharauis del pobre trozo sahariano (Tiris El Gharbia), que el acuerdo tripartito de Madrid regal¨® a Nuakchott.
Un viaje, pues, en caliente. Con idas y venidas m¨¢s que triangulares de ministros y emisarios, con partes de guerra (todos victoriosos), con un Gobierno mauritano que nada entre Uld Dadah, Uld Salek y Uld Busseif, que negocia con Tr¨ªpoli, Rabat y Argel, y que tiene siempre como tel¨®n de fondo a Par¨ªs, por mucho que se empe?en nuestros siempre sorprendidos expertos del palacio de Santa Cruz, risue?os encantados del supuesto fracaso del plan franc¨¦s de paz, que hoy,con alg¨²n retoque que otro, parece constituir la base de este confuso pacto entre mauritanos, polisarios y libios.
Por todo ello, y por ser Argelia escenario de un cuasi nuevo r¨¦gimen, el fugaz viaje de Su¨¢rez tendr¨¢ efectos en la esfera internac¨ªonal. Puede el presidente espa?ol obtener alguna noticia sobre el presente y futuro del oculto Ben Bella, la crisis del Sahara, la guerra del petr¨®leo, la situaci¨®n africana y las perspectivas de la pr¨®xima cumbre de la OUA, a celebrarse en Monrovia el pr¨®ximo mes de julio, y que ser¨¢ objeto de la atenci¨®n espa?ola por si los vocablos Canarias, Ceuta y Melilla surgen en los debates y el principal motivo del viaje oficial del rey don Juan Carlos a Liberia. Tambi¨¦n el presidente tendr¨¢ una primera oportunidad para tomarle el pulso, sobre el terreno, a la nueva diplomacia del t¨¢ndem Chadly-Benyahia, que sustituye al ya hist¨®rico Bumedien-Buteflika.
Al ministro Oreja le pone muy nervioso que, en los viajes oficiales, los informadores le pidan la lista completa de los resultados obtenidos al cierre del viaje. El ministro, despu¨¦s de relatar sus excelentes relaciones con su colega de turno y las cordiales conversaciones con el presidente...; el jefe del Gobierno y m¨²ltiples ministros, concluye: ?No se pueden esperar resultados inmediatos, la pol¨ªtica exterior tiene sus plazos, se hace lo que se puede, los resultados se ir¨¢n viendo.?
Lo cierto es que, en lo que a las relaciones hispano-magreb¨ªes se refiere, todav¨ªa estamos por ver alg¨²n resultado o gesto concreto por parte de nuestros vecinos del Sur. A Marruecos y a Mauritania se les regal¨®, sin contrapartidas el Sahara, hoy en conflicto por el ¨²ltimo Gobierno del franquismo y el primero de la Monarqu¨ªa. A cambio de la entrega, s¨®lo unos generosos acuerdos de pesca, en eterna renegociaci¨®n con Nuakchott y sometido a la amenaza de ruptura por parte de Rabat, que respeta cuando le viene en gana un status que mal negociado por Espa?a, a la espera de la ratificaci¨®n del acuerdo por el Parlamento marroqu¨ª (que buenas prisas tuvo para concluir con Mosc¨² un acuerdo similar) a¨²n sin fecha, lo que demuestra un resultado palpable de la visita que el presidente Su¨¢rez realiz¨® a Rabat el pasado a?o.
Problemas pendientes
Va a costar restablecer la conhanza entre Madrid y ArgeIia. Son muchos los temas y las cicatrices, aunque el momento puede ser propicio por el cambio de escenario en Argel. Han quedado atr¨¢s las retiradas de los embajadores, por la firma del acuerdo pesquero con Rabat en los albores de 1978, los enfrentamientos personales entre Oreja y el ex embajador Kheladi y las acusaciones argelinas al Gobierno espa?ol por el atentado extremista al dirigente del MPAIAC, Antonio Cubillo.
S¨ª quedan temas pendientes. Por ejemplo, el de la supuesta africanidad de Canarias, que fue el ¨²ltimo pulso de los ministros Oreja-Buteflika, con ventaja moment¨¢nea para el primero. Una africanidad que Espa?a parece que gan¨® en lo pol¨ªtico en la ¨²ltima cumbre de la OUA en Jartum y que Argelia mantiene por lo geogr¨¢fico-pesquero (aunqu¨¦ ya se mantiene por inercia) de cara a la convocatoria de Monrovia. Este ser¨¢, sin duda, con el Sahara, tema clave de las conversaciones Su¨¢rez-Abdelghani. Y hablando del Sahara, bien vale la pena una referencia al Frente Polisario, que ya mantiene relaciones oficiales con Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico.
No se descarta un encuentro de Su¨¢rez con el Polisario. Al menos el presidente no lo descartaba la pasada semana en Madrid, aunque ello, de ocurrir, tendr¨ªa el car¨¢cter de una conversaci¨®n Polisario-UCD, porque el Gobierno no ha reconocido a¨²n a la Rep¨²blica Arabe Saharahui Democr¨¢tica (RASD). Y ello, a pesar de los esfuerzos que despleg¨® el se?or Rup¨¦rez, meses atr¨¢s. en una ruidosa noche diplom¨¢tica en Argel.
Por ¨²ltimo, vale la pena se?alar aqu¨ª las posibles incidencias econ¨®micas del viaje. Las cuestiones energ¨¦ticas ocupar¨¢n un primer plano de las conversaciones t¨¦cnicas y de manera especial los contactos de gas y los cr¨¦ditos espa?oles. Luego est¨¢ el viejo proyecto del gasoducto transhispano hacia la Europa comunitaria e infinidad de proyectos relacionados con el desarrollo tecnol¨®gico e industrial de Argelia. Las incidencias agr¨ªcolas del posible ingreso de Espa?a en la CEE para los productos del sector argelino tambi¨¦n podr¨ªan entrar en discusi¨®n en unos debates que, al contrario de lo que ocurre en el ¨¢mbito pol¨ªtico y diplom¨¢tico, se presentan como prometedores.
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