Filosof¨ªas esot¨¦ricas y cocina natural
El Tercer Festival para la Mente, el Cuerpo y el Esp¨ªritu est¨¢ ah¨ª para pasear, a ser posible sin prisas. Quien tenga ganas de aprender, puede hacerlo; quien de entretenerse, tambi¨¦n, y a¨²n queda espacio para indignarse y/o re¨ªrse. En todo caso es un asalto a la imaginaci¨®n y un verdadera prueba para lo que llamamos criterio com¨²n (selectivo, por supuesto). ?Qu¨¦ es aqu¨ª m¨¢s loco? ?Lo m¨¢s alucinante o lo m¨¢s aparentemente cuerdo? Veamos.Para empezar nos asalta un nombre terrible: La sociedad teos¨®fica. ?No hay religi¨®n mas alta que la verdad?, dice bajo un s¨ªmbolo que auna la serpiente (eternidad), la sv¨¢stica (las energ¨ªas de la. naturaleza), Om (s¨ªmbolo de la vibraci¨®n creadora), Ankh (el triunfo de la vida sobre la muerte) y los tri¨¢ngulos entrelazados (las dos naturalezas -f¨ªsica y espiritual- del hombre). La sociedad teos¨®fica se re monta al siglo pasado, cuando fue fundada por una noble emigrante rusa y un coronel norte americano. En el stand los libros van desde el yoga hasta el tarot, todas las religiones y un moderno proyector que muestra lo bonita que es su sede en Madras (India) Al lado est¨¢n otros te¨®sofos, los de la escuela de Swedenborg, un m¨ªstico sueco del siglo XVIII. Este Swedenborg era asombroso y escribi¨® sobre ciencias (todas o casi), -viajes, filosof¨ªa, teolog¨ªa y psicolog¨ªa, al tiempo que aprend¨ªa nueve idiomas, se dedicaba a la artesan¨ªa y lograba un asiento en el Parlamento sueco. Como la mayor¨ªa de los aqu¨ª presentes, ninguna de las dos sociedades se declara a s¨ª misma una religi¨®n, sino que m¨¢s sencillamente las supera a todas.
Un poco despu¨¦s est¨¢ el Instituto de Piramidolog¨ªa, que anuncia un misterioso e importante evento para principios de septiembre.
Una televisi¨®n muestra a un indio barbado y de ojos saltones que nos empuja a la meditaci¨®n, pero justo enfrente se encuentra el stand de la iglesia Invisible es decir: Cristo. Lo curioso d ¨¦stos es que tienen montado un tinglado de importaci¨®n y venta de cassettes, proyectores, altavoces y dem¨¢s, cuyo destino son el resto de las organizaciones. Ellos los consiguen a precios muy interesantes y el resto lo aprovechan. Intermediarios existen por todas partes, incluso aqu¨ª.
La Conciencia de Krishna ha montado un templete incre¨ªble, con su tienda de productos indios y todo. La actitud sectaria de los concienciados, que reclaman la ¨²nica y suprema divinidad de Krishna contrasta con la actitud tranquila del Centro de Yoga Sivananda, tal vez los menos espectaculares de todas las creencias presentes. Claro que un avatar del destino (sin duda su karma) les sit¨²a entre una tienda de art¨ªculos peruanos y otra de ropas, cuyo mayor atractivo es presentar s¨®lo colores degradados (mediante un spray, indican).
Y ah¨ª no acaba la cosa, porque enfrente tenemos un par de ?tipis? indios (de Am¨¦rica), una de las atracciones del festival. Por unas 40.000 pesetas se tiene una forma natural de acampada para toda la familia (el ?tipi? es grande y no hay problemas para enderezarse en ¨¦l) y a la cual puede otorgarse incluso una lectura m¨ªstica, cosa dificil con un ?caravan? de pl¨¢stico.
Desde los ?tipis? se escucha algo parecido a H?ndel: es M¨¢s all¨¢ del velo, una composici¨®n de un tal Clifford Entickrtap susurrada al autor por el esp¨ªritu del mismo H?ndel. Los h?ndelianos no se paran ah¨ª y hablan de un parlamento interplanetario con sede en Saturno y de la procedencia venusiana de Jes¨²s y Buda, entre otras varias originalidades. Al menos, eso explica una amable y canosa se?ora de sonrisa verdaderamente iluminada.
La organizaci¨®n del Poder, que est¨¢ al lado, regala libros y explica c¨®mo aprovechar mejor el poder del cosmos en beneficio de la humanidad.
El centro escandinavo de yoga ense?a los beneficiosos efectos de lavarse las fosas nasales con agua ligeramente salada, tras lo cual uno puede comer una panocha de ma¨ªz con diversas salsas o un ?famoso? plato japon¨¦s que all¨ª ser¨¢ estupendo, pero aqu¨ª sabe a rayos. Esta zona en la que penetramos est¨¢ consagrada a la comida (y a la Enciclopedia Britannica, que se apunta a todas). Son o pretenden ser, alimentos naturales (macrobi¨®tica incluida), pero resulta que para almacenarlos con comodidad en el frigor¨ªfico hemos de meterlos en unos revolucionarios contenedores de pl¨¢stico fabricados por William Leven and Co. Incluso hay un puesto que nos aconseja fumar sanamente, para lo cual ofrecen su propia mezcla, de origen desconocido.
Comida vegetariana
A las horas de comer, y por riguroso turno, se suceden en la cocina abierta al p¨²blico distintas organizaciones que prueban en la pr¨¢ctica como el vegetarianismo hay que propon¨¦rselo.
Una de las cosas m¨¢s divertidas es la presencia de la Asociaci¨®n de Frisbee (el disquito ese de pl¨¢stico que se lanza, se recoge y as¨ª). Y es divertido por el aspecto lumpen de quienes permanecen en el stand. El frisbee es muy sano, estos t¨ªos pasan de todo y el contraste se agradece.
Por ah¨ª cerca se venden camas ,ortop¨¦dicas a la medida, vestimentas para yoga y un jab¨®n m¨¢gico a base de menta y almendras. Mientras todo este personal :se afana en explicarte de qu¨¦ va su guerra, sin ponerse nunca en plan absorbente-plasta, tiene lugar la rifa permanente que organiza la muy exc¨¦ntrica Gran Orden de las Ratas de Agua. Sortean entre otras cosas un Morris-Mini -cubierto de monedas de oro que anda por all¨ª expuesto y te retan a que adivines cu¨¢ntos cientos de barbos sumatranos (tertazona partipentazona) han introducido en una pecera. En todo caso comprar un boleto no hace mal a nadie y s¨®lo escuchales merece la pena.
Pero por hoy ya ha sido suficiente. El resto, qu¨¦dese para ma?ana.
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