Disminuye el inter¨¦s editorial en la Feria del Libro de Niza
Los costos "son muy elevados", y los objetivos, "poco definidos"
El XI Festival del Libro de Niza, Francia (4 al 9 de mayo), dif¨ªcilmente sobrevivi¨® a su d¨¦cada de existencia, o ?sobrevivi¨® para morir?, seg¨²n una fuerte corriente de opini¨®n de los entendidos en la materia. Lo menos que se dijo es que sus organizadores se hicieron el harakiri con el festival de este a?o. Estas afirmaciones reflejan en gran parte lo que puede observarse en el recinto del Palacio de Exposiciones del elegante balneario de la Costa Azul.En efecto, el Festival del Libro de Niza naci¨® en el a?o 1969 con la secreta esperanza de la municipalidad de dicha ciudad de competir con la feria del libro de Francfort, y superarla con el tiempo. Eso no ocurri¨®, aunque en a?os anteriores, para quienes han seguido su trayectoria, ?tuvo momentos felices?.
A la m¨¢s que ostensible ausencia, este a?o, de las principales casas editoras de Francia (baste decir que no concurrieron ni Gallimard ni Seuil, pero tampoco otras veinte consideradas entre las m¨¢s importantes de ese pa¨ªs) se sum¨® la ausencia de stands que otrora animaban el festival, como los del Nouvel Observateur, Le Monde, Le Point. Estos ¨²ltimos no concurrieron, afirman los organizadores, porque sus clientes, las casas editoras que contratan su publicidad, manifestaron desde un principio su desacuerdo con seguir asistiendo al evento de Niza, y cumplieron, al pie de la letra, con su ausencia y desentendimiento del XI Festival.
Pero es m¨¢s. El principal programa literario de la televisi¨®n francesa, Apostrophes, se incluy¨® ?fatalmente? entre los ausentes de este a?o, mientras que su realizador, el conocido Bernard Pivot, decidi¨® en cambio, a treinta kil¨®metros de Niza, en Cannes, filmar un programa literario, aprovechando la presencia, en esa ciudad, de varias actrices (Laureen Bacall, Sof¨ªa Loren y otras), cuyas biograf¨ªas acaban de ser editadas en franc¨¦s.
Al parecer, las razones de este fracaso tienen or¨ªgenes distintos: los representantes de las casas editoras francesas aducen que los costos en Niza son demasiado elevados ?para un objetivo mal definido?. Las casas editoras extranjeras, especialmente las italianas, numerosas en a?os anteriores, dejaron de concurrir este a?o ante la ausencia de las francesas.
Liberalizaci¨®n de precios
Por otra parte, el inter¨¦s de una feria internacional del libro en Niza resulta mucho menos atractivo que un evento de la misma ¨ªndole en Par¨ªs, se ha dicho. A estas causas se suma la actual preocupaci¨®n de los libreros franceses ante la liberalizaci¨®n de los precios de los libros a partir del pr¨®ximo 30 de junio. Esta medida, si bien fue solicitada durante a?os al Gobierno, llega en un momento econ¨®mico para Francia en el cual sus resultados preocupan seriamente a la industria editorial.Por ¨²ltimo, se aducen causas ?pol¨ªticas?, que tienen relaci¨®n directa con el alcalde de Niza (municipalidad organizadora de estos eventos), Jacques Medicin, un hombre que no goza de las simpat¨ªas de los intelectuales y que el a?o pasado se vio mezclado en turbios asuntos de casinos. Medicin, de una antigua familia de Niza, tiene fuertes detractores en el seno de su propio partido, el Radical, y en el conjunto de la mayor¨ªa pol¨ªtica francesa, se?al¨® Le Matin, de Par¨ªs.
Ante la evidente ausencia de figuras literarias importantes del extranjero, los organizadores intentaron reemplazarlos con la presencia de algunos best-sellers franceses, como Jean d'Ormesson, Max Gallo, Michel Butor, Frangoise Mallet-Joris, Fran?oise Nourissier y Regine Desforges.
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