Madrid, como "Cabaret"

Quiz¨¢ pase desde hoy a engrosar la lista de ciudadanos acreedores de un billete para Auschw¨ªtz o Treblinka, una vez que alguno de los que estuvieron por la plaza Mayor, los que provocaron en la antinuclear o los que cualquier d¨ªa pasean amenazantes sus botas de montar al paso de la oca por las calles de Madrid, sean por sus criminales haza?as ascendidos a f¨¹rher. Quiz¨¢, en lo peor, corra la misma suerte que Andr¨¦s o Raimundo.Pero quiero pensar que no; quiero, pese a mi enorme indignaci¨®n, pensar que m¨¢s tarde o m¨¢s temprano caer¨¢n, como vulgares delincuentes, en manos de la justicia.

No quiero pensar ni por un momento que por en¨¦sima vez la historia se repite, y que continuar¨¢n provocando, golpeando y matando impunemente, en el nombre de ?su? Dios y de ?su? patria.

Quiero pensar que es f¨¢cil cogerlos. sorprenderlos recibiendo instrucciones de sus superiores en alg¨²n sal¨®n Kitty o en los lujosos locales de alg¨²n partido y sentarles en el banquillo de la ley y mandarlos a emular el cautiverio de Hess, al que seguro tanto admiran.

No os tememos: somos muchos los ciudadanos que en este pa¨ªs creemos en la posibilidad de una convivencia democr¨¢tica y pac¨ªfica, y rechazamos de plano todo tipo de violencia; muchos que, como yo, tratan ahora de ahogar el triste recuerdo de Andr¨¦s, con la esperanza puesta en un ma?ana en paz y libertad para todos.