"Los trastornos mentales responden a conflictos interpersonales"
La psiquiatr¨ªa actual est¨¢ en una profunda crisis de fundamento. Frente a concepciones del pasado que acentuaron el aspecto cerebral u org¨¢nico del enfermar mental, las nuevas posturas conducen necesariamente a la interpretaci¨®n de que todo conflicto mental expresa problemas interpersonales. Esta es la idea central de la conferencia pronunciada el viernes en Madrid por Carlos Castilla del Pino, en el curso de un homenaje por parte del profesorado no numerario ?hacia uno de sus compa?eros, que puede simbolizar, sin duda, uno de los ejemplos m¨¢s claros de responsabilidad intelectual en cuanto a la resistencia a la uniformizaci¨®n ideol¨®gica que en todo tiempo pretenden las dictaduras?.?La importancia de la psiquiatr¨ªa como hecho social es indudable -comenz¨® diciendo Castilla del Pino-. En el siglo XVI todav¨ªa no se hab¨ªa constituido. Su formaci¨®n comienza a finales del XVIII, y principios del XIX. Pero vemos que el pensamiento psicol¨®gico de un Shakespeare o un Cervantes es freudiano antes que Freud, aunque la medicina existiera como ciencia ya en aquel per¨ªodo. En el XIX, las novelas de Balzac, Sthendal o Dostoiewski buscan el aprendizaje del coraz¨®n humano y lo hac¨ªan m¨¢s profundamente que la medicina.?
Castilla del Pino dijo que la psiquiatr¨ªa es una ciencia de la conducta humana, como lo son las ciencias pol¨ªticas, econ¨®micas y las ciencias de la conducta en general. ??Se puede aplicar -se pregunta el conferenciante- el modelo f¨ªsico de enfermedad al problema de la mente?? Consider¨® que los hechos actuales han derribado este planteamiento.
?La psicopatolog¨ªa o psiquiatr¨ªa cl¨¢sica -afirm¨® el conferenciante- comienza a mediados del siglo XIX. Se piensa entonces que las enfermedades mentales radican en el cerebro. El positivismo de la ¨¦poca se orienta desde la fisiolog¨ªa a la psicopatolog¨ªa. Estas dos ciencias eran aproblem¨¢ticas, es decir, se encontraban satisfechas con su propio planteamiento.?
Castilla del Pino se?al¨® que a finales del siglo pasado se pensaba que cada enfermedad mental ten¨ªa una causa y un s¨ªntoma preciso y que los s¨ªntomas respond¨ªan a una alteraci¨®n de la corteza cerebral. ? Los planteamientos del positivismo eran rudimentarios. Ortega y Gasset, en 1923, vio el error l¨®gico del pensamiento positivista, afirmando que Freud destac¨® el car¨¢cter mental, no som¨¢tico, de los trastornos mentales.?
El destacado investigador espa?ol prosigui¨® su exposici¨®n expresando el nuevo concepto de la psicolog¨ªa como ?ciencia que interpreta el sentido y no la naturaleza de los actos de conducta?.
Significa lo anterior que frente a la preocupaci¨®n excesiva, fisiol¨®gica y positivista, por entender la mec¨¢nica del acto enfermo, lo importante hoy es entender su significado. Por ejemplo, las alucinaciones de los alcoh¨®licos o las que produce el porro u otras drogas no est¨¢n en la droga en s¨ª, sino en la mente de quien recurre a ellas. No basta, pues, comprender la mec¨¢nica de la alucinaci¨®n, sino el significado de los actos de conducta.
?No vamos a decir -afirm¨®- que toda la causa de los conflictos est¨¢ en el interior del sujeto. Eso ser¨ªa individualismo. Tampoco vamos a considerar que toda la causa est¨¢ en el exterior.
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