Divorcio universidad-institutos

La universidad se ha divorciado de nosotros. Y lo ha hecho por disparidad de caracteres y porque no ¨¦ramos suficientemente puros. El proceso, como todo proceso, ha sido doloroso. Yo dir¨ªa, hasta cruel.Recuerdo todav¨ªa los tiempos felices, nada lejanos, en que est¨¢bamos unidos y los catedr¨¢ticos de universidad presid¨ªan nuestros tribunales de rev¨¢lida de grado superior (sexto de bachillerato) y los a¨²n m¨¢s recientes, en que -menos puristas- aceptaron en su seno a los catedr¨¢ticos de escuelas universitarias (muchos, no doctores). Para lo primero no tengo explicaci¨®n. Supongo, s¨®lo supongo, que con su presencia querr¨ªan elevar el nivel de la Ense?anza Media. Lo segundo parece m¨¢s claro. A dichas escuelas, a pesar de su apellido, nunca las han considerado como formando parte de su distinguida familia.

Lo triste es que tenemos un hijo com¨²n, que ahora es hijo de padres separados, el Curso de Orientaci¨®n Universitaria, ni?o pomposamente bautizado, con nombre compuesto y apellido de post¨ªn. No s¨¦ si los tribunales dictar¨¢n normas para que lo saquemos adelante, aun, sin vernos, pero mucho me temo que lo resuelvan quit¨¢ndole el apellido. No nos queda m¨¢s que decir. Procuraremos olvidarlos y que sean muy felices.

Catedr¨¢tica de instituto.