El Rayo bastante hizo con empatar
El Rayo, con sus limitaciones, que son muchas, sigue al borde del descenso sin enderezar su mal camino de las ¨²ltimas jornadas. El domingo, ante un Barcelona t¨¦cnicamente superior, que marc¨® pronto en un contraataque, luch¨® contra corriente en el marcador del partido, y tambi¨¦n en el de El Molin¨®n, donde venc¨ªa el Celta al Sp¨®rting. Despu¨¦s de empatar con m¨¦rito, a poco de iniciarse la segunda parte, fall¨® un penalti decisivo que le hubiera dado la victoria. Menos mal que el empate postrero gijon¨¦s permite al Rayo, al menos, no depender m¨¢s que de sus fuerzas en la ¨²ltima jornada, aunque una carambola con el Zaragoza podr¨ªa llevarle igualmente a Segunda Divisi¨®n.El Rayo Vallecano, por lo que se ha visto en la temporada y, m¨¢s a¨²n, por lo ocurrido el domingo en su campo, es una extra?a mezcla de ?quiero y no puedo? ser un equipo de Primera Divisi¨®n. Para empezar, el aspecto que presentaban las gradas pocos minutos antes de iniciarse el partido contra el Barcelona, un conjunto como para atraer espectadores, y en una ocasi¨®n en la que el cuadro rayista se jugaba poco menos que el descenso, era desolador. ?Qu¨¦ espera ya la supuesta afici¨®n rayista para ir a Vallecas? El campo no se llen¨®, aunque present¨® una buena entrada, pero si no lo hizo el domingo, dif¨ªcilmente lo har¨¢ ya. La conclusi¨®n, por lo que a apoyo se refiere, y de ah¨ª el d¨¦ficit econ¨®mico -cuarenta millones de pesetas- de un equipo que no ha hecho grandes gastos, pero que debe vender a sus tres mejores jugadores, Land¨¢buru, Tanco y Alvarito, para subsanarlo, es que no merece estar en Primera.
Los c¨¢lculos sobre sus posibilidades de permanecer quedan dichos en otra p¨¢gina, pero lo que s¨ª cabe a?adir por lo sucedido contra el Barcelona es que el Rayo, con mala suerte incluida, no da m¨¢s de s¨ª. Bastante hizo con atacar siempre, como pudo y supo, ante un rival muy superior, que jug¨® agazapado, para dar el susto en el momento menos pensado. Qued¨® claro, desde luego, que el equipo azulgranano vinoapasearse niajugar un encuentro apa?ado, pues su estilo de fuera de casa durante la temporada ha sido mucho peor. Se pudieron apreciar, eso s¨ª, ?momentos bajos?, como los de Neeskens, en la segunda parte, no habituales en su juego de fuerza -dej¨® ir a Land¨¢buru y Alvarito descaradamente un par de veces-, pero tambi¨¦n es verdad que el Barcelona no se jugaba otra cosa que el honor de cumplir para evitar las suspicacias -primas de terceros, como el Celta, aparte- y se pod¨ªa permitir respiros, otras veces menos justificados, en su propio inter¨¦s.
La historia del encuentro t¨¢cticamente fue muy elemental. El Rayo comenz¨® atacando, pero con pases largos desde la defensa, pues el Barcelona en el centro del campo fue muy superior. Neeskens no dej¨® tocar un bal¨®n a Land¨¢buru, el ¨²nico rayista adelantado, mientras los m¨¢s retrasados, Francisco y Rial, aparte de no colaborar en la creaci¨®n de juego, tampoco impidieron moverse con comodidad a Asensi y F¨¦lix, respectivamente. El caso de Francisco, m¨¢s lamentable aun, pues Asensi, seg¨²n su costumbre, tambi¨¦n arranc¨® desde muy atr¨¢s y eljugador rayista pudo crear m¨¢s peligro delante. El problema, naturalmente, fue que todos tienen sus limitaciones, y en el Rayo son como esa. Aunque Gonz¨¢lez le sustituy¨® por Robles, ¨¦ste no mejor¨® nada. Tampoco Marian dio m¨¢s peligro al entrar por Rial. Si el Rayo funcion¨® en la segunda parte con varias combinaciones desde el centro del campo, y con Land¨¢buru de protagonista -¨¦l forz¨® el penalti ante Costas, que desvi¨® un tiro suyo con el brazo-, fue por las ?ausencias? relatadas de Neeskens.
Por todo ello, no fue extra?o que la defensa azulgrana no tuviera problemas para contener a los delanteros rayistas, entre los que s¨®lo Pozo se mostr¨® m¨¢s h¨¢bil, tras controlar los balones largos, ¨²nicamente bien servidos, adem¨¢s, por Tanco. Clares y Alvarito fueron dos nulidades iniciales y despu¨¦s s¨®lo acertaron en aisladas ocasiones, cuando bajaron m¨¢s por balones o pudieron combinar con el centro del campo. Al delantero ex azulgrana, sobre todo, dio pena verle no tocar un bal¨®n de cabeza en todo el partido y ser superado siempre por Costas. Menos mal que fue h¨¢bil en el gol, tras iniciar el peligro un tiro de Pozo.
El Barcelona, sin forzar nunca, a su ritmo, con Rexach atendiendo el centro del campo -y mejorando incluso la parcela al entrar Mart¨ªnez-, pudo marcar m¨¢s goles al contraataque. Sin embargo, el fr¨ªo Krankl, al que marc¨® bien Tanco, volvi¨® a fallar dos oportunidades clar¨ªsimas -aparte de suspicacias, pues as¨ª ha perdido muchas en la temporada-, y s¨®lo Carrasco no desperdici¨® su ocasi¨®n, adem¨¢s de moverse con su soltura habitual de gran realidad. La mala suerte del Rayo, en los momentos finales, fue que Land¨¢buru hizo una paradinha excesiva en el penalti a falta de siete minutos y dej¨® escapar una victoria, que tambi¨¦n pudo convertirse en derrota en cualquier contraataque azulgrana. El empate postrero del Gij¨®n ante el Celta pali¨®, al menos, el duelo, aunque el porvenir rayista sigue muy negro. El domingo, el conjunto vallecano viaja a Las Palmas, mientras el Celta recibe al Atl¨¦tico. Aunque con la desventaja dejugar fuera de casa, depende de sus fuerzas -y del favor atl¨¦tico-, pues supera en el coeficiente particular al equipo gallego en caso de empate. Con el Zaragoza por medio -p¨¢gina 49- ya ser¨ªa mucho peor.
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