El debate socialista
Quisi¨¦ramos hacer algunas anotaciones sobre la l¨ªnea editorial del peri¨®dico EL PA?S acerca del XXVIII Congreso del PSOE. Los ataques difamatorios lanzados desde sus p¨¢ginas contra los partidos de izquierda durante la pasada campa?a electoral del 1 de marzo, la salida ?casual? del dominical dedicado a la vida ?¨ªntima? de Adolfo Su¨¢rez poco antes de las de junio del 77 y alg¨²n que otro comentario ya nos ten¨ªan avisados del pie que cojea su diario. No nos hemos sorprendido, pues, de que EL PA?S forme parte activa en la(Pasa a p¨¢gina 12)
El debate socialista
(Viene de p¨¢gina 11)
campa?a contra el marxismo desatada por m¨²ltiples sectores de la derecha y recogida en sus ¨®rganos de expresi¨®n.
Centr¨¢ndonos en los editoriales dedicados por su peri¨®dico al XXVIII Congreso, salta a la vista la confusi¨®n que se pretende crear equiparando marxismo a irresponsabilidad e inmadurez, y socialdemocracia a pluralismo, prudencia y modernidad. Resalta el injusto apelativo de ?radicales? otorgado a los delegados marxistas del congreso, ?radicales respecto a qui¨¦n? El radicalismo es un valor muy relativo, depende de quien formule la apreciaci¨®n. Personalmente, no creemos que G¨®mez Llorente, Bustelo o Tierno pequen de radicales, se han pronunciado por una base ideol¨®gica tradicional en el PSOE y acorde a su compromiso con la clase obrera espa?ola. El sector socialista del partido es desprestigiado de una manera infame, no entendemos el concepto que tiene EL PA?S de la ?lealtad? al secretario general, ?qu¨¦ precio tiene?, ?debe renunciar a sus fundamentos un partido en aras a la lealtad a sus dirigentes?, ?la democracia es algo meramente formal que s¨®lo sirve mientras no afecte a la posesi¨®n del poder? En un partido autocr¨¢tico y presidencia lista es muy normal que as¨ª ocurra, en uno socialista y democr¨¢tico no es aceptable.
Por ¨²ltimo, ser¨ªa conveniente clarificar dos aspectos, a nuestro juicio equivocados, muy utilizados por su peri¨®dico a la hora de criticar la definici¨®n marxista del PSOE; nos referimos a los t¨¦rminos de ?interclasista? y ?dogm¨¢tico?. El PSOE no es un partido interclasista, ni en su militancia ni en su electorado; no le vota la burgues¨ªa (entendiendo por burgues¨ªa la detentadora de los medios de producci¨®n), sus tantos por cientos electorales en barrios de clase acomodada son m¨ªnimos; al PSOE le votan en un 80% las clases trabajadoras. En cuanto a las acusaciones de ?dogmatismo? o identificaciones ?Dios-Marx? por parte de los marxistas, no son aplicables al socialismo cient¨ªfico, cuya cualidad fundamental es, precisamente, la cr¨ªtica constante, la evoluci¨®n de sus planteamientos te¨®ricos y la apertura a las nuevas corrientes de pensamiento.
El antimarxismo a ultranza, se?ores de EL PAIS, s¨ª que es un dogma.
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