La Democracia Cristiana gana las elecciones en Italia
Los resultados oficiales de las elecciones italianas celebradas el domingo y el lunes, suministrados por el Ministerio del Interior a la hora de cerrar esta edici¨®n, confirman el mantenimiento de la Democracia Cristiana (DC) como el primer partido italiano o minor¨ªa mayoritaria, con el 38,5% en el Senado, una vez escrutado m¨¢s del 90% de las papeletas (un 0,4% menos respecto a 1976), y en la C¨¢mara de Diputados, con el 25% escrutado, el 37,3% (frente al 38,6% en 1976). Seg¨²n las proyecciones podr¨¢n perder dos diputados.
El segundo aspecto destacado de estas elecciones es el sensible retroceso del Partido Comunista (PCI), con un 31,4% en el Senado, que supone un 2,4% menos que en 1976, mientras que en la C¨¢mara alcanzar¨ªa el 32,5%, es decir, dos puntos menos que en las pasadas elecciones. Perder¨ªan diecis¨¦is diputados. Y tambi¨¦n el fuerte avance del Partido Radical, que ha triplicado sus votos, pasando del 1,1% al 3,3%, mientras es de resaltar el estancamiento del Partido Socialista, en torno al 10%, as¨ª como un ligero avance de los partidos del centro -socialdem¨®cratas y republicanos-, que participan en la actual coalici¨®n de Gobierno junto a la DC.Entre las 2.000 personas que se concentraron anoche ante la sede del PCI en Roma hab¨ªa cierta resignaci¨®n.
En cuanto el secretario general del PCI, Enrico Berlinguer, sali¨® al balc¨®n, volvieron a sonar los gritos de ?es hora de cambiar, el PCI debe gobernar?, pero con menos fuerza que en los m¨ªtines de la campa?a electoral. Los aplausos fueron fuertes, pero con diferencia lo fueron mucho mayores cuando Pietro Ingrao, presidente comunista de la C¨¢mara, salud¨® a los presentes. A Ingrao se le considera la primera figura del ala izquierda del PCI, que cuenta con gran fuerza en la base y que forz¨® una postura m¨¢s dura hacia la Democracia Cristiana.
Berlinguer dijo que ?en ocaslones anteriores hab¨ªamos acudido aqu¨ª a celebrar el avance del partido, pero ahora es distinto?. En ese mismo momento se hizo un profundo silencio en la calle. El l¨ªder comunista afirm¨® que, no obstante, ?nos hemos consolidado como una gran fuerza pol¨ªtica que debe participar en las decisiones de la direcci¨®n del pa¨ªs?.
En Piazza Navona, donde se congregaron los radicales, el ambiente era distinto, triunfal. Emma Bonino, miembro de la direcci¨®n del partido, dijo que era un momento de intensa satisfacci¨®n para todos por haber conseguido triplicar los votos. ?Estos votos se los hemos arrebatado al Partido Comunista y a la izquierda, aunque nos hubiese gustado tambi¨¦n quit¨¢rselos a la derecha.? Consider¨® que con los radicales hab¨ªa vencido el inconformismo hacia ?la gran componenda de la mayor¨ªa gubernamental?, y acus¨® al Ministerio del Interior de ocultar los resultados de las grandes ciudades, donde los radicales esperan conseguir entre el 5% y el 7% de los votos.
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El Partido Comunista de Enrico Berlinguer, principal perdedor
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En la Democracia Cristiana predominaba la serenidad. Su secretarlo nacional, Benigno Zaccagnini, afirm¨® a los periodistas que los ?resultados confirmaban el mantenimiento del papel central de la DC en la vida democr¨¢tica del pa¨ªs?. Puso de relieve que el retroceso del PCI confirma que no ha sido atendido el ?perentorio planteamiento comunista de entrar en el Gobierno?, y consider¨® positivo el reforzamiento de los partidos del centro y el mantenimiento del Partido Socialista.
Por su parte, el secretario general del PSI, Bettino Craxi, habl¨® de consolidaci¨®n y reforzamiento de los votos socialistas, reiter¨® la disposici¨®n de su partido a negociar cualquier f¨®rmula de gobierno, aunque dijo que el recurso a un centro izquierda ?era una hip¨®tesis que ni siquiera tomaba en consideraci¨®n?. Se?al¨® que su partido tendr¨ªa una posici¨®n determinante dentro del Parlamento.
?El PSI entra en el Parlamento -dijo Craxi- en una posici¨®n determinante y parece inevitable que con los socialistas habr¨¢ que negociar para la creaci¨®n del nuevo Gabinete.?
Craxi afirm¨® tambi¨¦n que ?el pa¨ªs necesita un per¨ªodo de estabilidad?, y agreg¨®: ?S¨ª no se encuentran las condiciones para el ingreso de los socialistas, nosotros buscaremos en cualquier caso asegurar la estabilidad del pr¨®ximo Gobierno.?
La impresi¨®n general, entre los observadores, es la de una relativa estabilidad del voto, con las excepciones del descenso de los comunistas que, por primera vez desde 1946, pierden votos, el aumento de las radicales, y el estancamiento de los socialistas.
Estas variaciones en los datos ofrecidos desde los distintos centros, Ministerio del Interior, o institutos demosc¨®picos, obligan a los dirigentes de los partidos a una comprensible prudencia. Desde la sede de la Democracia Cristiana se pod¨ªa apreciar, cuando empezaron a salir las primeras indicaciones sobre el resultado, una relativa decepci¨®n, que a lo largo de la tarde fue cediendo, seg¨²n iban llegando datos m¨¢s confortantes.
Desde la sede PCI, al descenso de los votos obtenidos era contemplado con relativo optimismo, ya que, seg¨²n afirmaban los responsables comunistas, el retroceso es menor del que apuntaban las encuestas, y eso, dec¨ªan, tras una campa?a electoral abiertamente anticomunista.
Para los socialistas, el panorama era de relativa preocupaci¨®n, ya que el PSI apuntaba hacia un refuerzo de votos que le permitiese negociar, en posici¨®n de fuerza, con la Democracia Cristiana la participaci¨®n en una mayor¨ªa gubernamental, con o sin comunistas, o en un Gabinete de unidad nacional, con o sin el PCE.
La euforia era contenida en el Partido Radical. Mauro Mallini, diputado y l¨ªder del grupo parlamentario del citado partido, declar¨® a EL PAIS que ese aumento ha sido debido, en parte, ? a un voto positivo de quienes estaban de acuerdo con la pol¨ªtica desarrollada por nosotros en las C¨¢maras legislativas?, y en parte, a un voto negativo, depositado por quienes no est¨¢n de acuerdo con la actuaci¨®n de sus partidos, sean la DC, el PCI o el PSI.
Opiniones sobre la abstenci¨®n
La interpretaci¨®n del aumento de la abstenci¨®n es objeto tambi¨¦n de pol¨¦mica. Para los radicales, seg¨²n nos afirm¨® Mallini, responde a un fracaso de la pol¨ªtica de la mayor¨ªa. Seg¨²n algunos comentaristas pol¨ªticos, no hab¨ªa que dramatizar esta elevaci¨®n del porcentaje. Seg¨²n su tesis, en el sur italia no ha votado menos gente, ya que los emigrantes no ha podido venir a italla para depositar su papeleta ibe la ley, y debido a la como prescri crisis econ¨®mica (este factor puede deducir un punto a la citada cifra). El hecho de tener que pagarse el viaje y el miedo a perder el puesto de trabajo (en Alemania Federal se ha dado alg¨²n caso de amenaza en este sentido), les ha retra¨ªdo a la hora de cumplir con el deber c¨ªvico que en Italia es una obligaci¨®n. Quien no justifica la no participaci¨®n en las elecciones se encontrar¨¢ con un ?no voto? en su certificado de buena conducta.
La televisi¨®n estatal italiana (como las radioemisoras privadas) realiz¨® un continuado despliegue hasta altas horas de la madrugada. Fueron invitados pol¨ªticos, artistas y representantes de la prensa nacional y extranjera (entre ellas EL PAIS). Cuando al iniciar la emisi¨®n se comentaba el porcentaje de abstenciones, el diputado de la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata de la Rep¨²blica Federal de Alemania y presidente del Partido Popular Europeo, Klepsch, coment¨® a EL PAIS que no deb¨ªa exagerarse, ya que la participaci¨®n del electorado era muy elevada, muy por encima de la media europea. ?No creo que se pueda hablar de un cansancio del electorado?, nos dijo.
Entre los presentes se encontraba tambi¨¦n Fernando Alvarez de Miranda, ex presidente de las Cortes, quien manifest¨® a este peri¨®dico que su primera impresi¨®n sobre las elecciones era la de una relativa estabilidad electoral. Sobre los ¨²ltimos incidentes de Navarra, nos dijo que cab¨ªa preguntarse ?si no hay un inter¨¦s, por una parte y otra, en dar al traste con la democracia espa?ola?.
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