"El bombardeo de ?La Prensa?, un s¨ªmbolo sangriento m¨¢s de la dictadura de Somoza"
El edificio del diario nicarag¨¹ense La prensa, el m¨¢s influvente y el de m¨¢s tirada del pa¨ªs, fue bombardeado y destruido la noche del lunes por la artiller¨ªa y la aviaci¨®n de la Guardia Nacional de Anastasio Somoza. Este diario ha sido el m¨¢s firme basti¨®n period¨ªstico de la oposici¨®n democr¨¢tica a Somoza y a su r¨¦gimen desde el origen de esta dinast¨ªa centroamericana. En enero de 1978, cuando La Prensa cumpl¨ªa cincuenta a?os, uno de sus directores, Pedro Joaqu¨ªn Chamorro, fue asesinado en un oscuro crimen cuyos rastros llegan hasta el entorno presidencial. El otro de sus directores, Pablo Antonio Cuadra, que desde 1954 codirige La Prensa; se encuentra en Madrid. Con ¨¦l convers¨®
?Mi primera reacci¨®n al conocer ahora mismo la destrucci¨®n del diario La Prensa?, dice Pablo Antonio Cuadra, ?ha sido la de guardar un tremendo silencio. Luego, la de pensar que se trata del complemento de la muerte de Pedro Joaqu¨ªn. Primero, la muerte; luego, la destrucci¨®n. Es como un s¨ªmbolo de la dictadura, de su horror por las ideas, por los hombres que piensan, por la libertad de expresi¨®n. La voladura de La Prensa es un s¨ªmbolo sangriento que se define en s¨ª mismo.?Para el actual codirector de La Prensa, el diario ha sido el portavoz independiente de toda la oposici¨®n antidictatorial, incluso la m¨¢s radical. ?Hemos dado toda la libertad en las colaboraciones y en las tribunas del peri¨®dico, mediando ¨²nicamente para que dentro de la oposici¨®n no se dieran fricciones, para alentar y promover la unidad opositora y que esta unidad significara una salida hacia la democracia y la libertad de Nicaragua.?
Ametrallamientos nocturnos
No es el primer atentado armado que el peri¨®dico sufre. A lo largo de todo este a?o los ametrallamientos nocturnos han sido frecuentes, para intentar intimidar a las doscientas personas que all¨ª trabajamos, dice Pablo Antonio Cuadra.
Tampoco es la primera ocasi¨®n en que la imprenta es destruida. A los asaltos se sumaban la censura y las suspensiones, muy frecuentes. La ¨²ltima ha sido voluntaria, poco despu¨¦s de iniciarse la ¨²ltima ofensiva guerrillera en Nicaragua, cuando Anastasio Somoza orden¨® la censura previa a todos los medios y La Prensa se neg¨® a salir a la calle en estas condiciones, mientras sus lectores, muchos de los cuales acud¨ªan de madrugada a los talleres a recoger su diario, aplaud¨ªan esta decisi¨®n.
"La m¨¢s alta cuota de sangre y destrucci¨®n"
?Dada la actual situaci¨®n nicarag¨¹ense?, dice el periodista y escritor Cuadra, ?lo dram¨¢tico es que todav¨ªa no se haya producido la ca¨ªda del dictador, ya que la cuota de sangre y destrucci¨®n que Somoza ha costado a mi pa¨ªs es la m¨¢s alta de cuantas Nicaragua ha soportado en su historia.?
Respecto a la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, se muestra un poco pesimista. ?A quienes me preguntan por qu¨¦, les respondo que porque ya mataron a los optimistas, a todos los j¨®venes que han luchado por una Nicaragua libre, democr¨¢tica. Mi esperanza es que pueda producirse, no sin dificultades, lo reconozco, una soluci¨®n pol¨ªtica a la espa?ola?, agrega, ?esto es, que se llene el vac¨ªo de poder de Somoza con un Gobierno nacional comprometido a darle todo el impulso posible a un proceso de democratizaci¨®n del pa¨ªs.?
?Entiendo que todas las fuerzas en lucha ya hab¨ªan llegado a aceptar esta forma de salida del t¨²nel pol¨ªtico en que se encuentra mi pa¨ªs antes de salir de viaje para asistir al congreso de escritores celebrado estos d¨ªas en Canarias?, dice Pablo Antonio Cuadra.
Para el director del destruido diario La Prensa, a quien todos los nicarag¨¹enses identifican con un ministro de Cultura en la sombra -desde los dieciocho a?os ha protagonizado todos los esfuerzos period¨ªsticos, literarios y po¨¦ticos de su pa¨ªs, como las revistas Vanguardia, Cuadernos del Taller de San Lucas, El Pez y la Serpiente, La Prensa Literaria y otras-, la reconstrucci¨®n de Nicaragua depende de lo que se tarde en hallar una soluci¨®n pol¨ªtica. La unidad que siempre anhelamos puede verse socavada por una prolongaci¨®n de la violencia.?
Para este hombre de 69 a?os, consagrados al periodismo y la poes¨ªa, cuya musa ?es Nicaragua?, y cuya tarea primordial ha sido, seg¨²n sus palabras, la de ?crear, junto a otros escritores y periodistas nicarag¨¹enses, una Rep¨²blica Literaria, de textos y poemas, para acabar con una dictadura que asedia y silencia a nuestro pueblo?, no es f¨¢cil ver que, de pronto, ?todo lo que ha ido cre¨¢ndose y creciendo con uno mismo es arrasado por la sola ambici¨®n de un hombre. Como nicarag¨¹ense y como periodista tengo un titular para la primera p¨¢gina de La Prensa en el caj¨®n de mi mesa desde hace 45 a?os: la dictadura ha terminado?.
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