Muere en Nueva York el cineasta Nicholas Ray
El pasado domingo falleci¨® en Nueva York, a los sesenta y siete a?os, Nicholas Ray, a consecuencia de un c¨¢ncer de pulm¨®n que ten¨ªa desde hace doce a?os. Considerado como uno de los grandes directores de la posguerra, su obra cinematogr¨¢fica constituye uno de los puntales m¨¢s importantes del cine norteamericano de los a?os cincuenta.
Tras una brillante carrera en Hollywood, el productor norteamericano Samuel Bronston le contrata en 1960 para hacer en Espa?a una de sus m¨¢s importantes pel¨ªculas. A pesar de los m¨²ltiples desacuerdos entre ambos, que llevan a variar el montaje y los di¨¢logos, el ¨¦xito de Rey de reyes (1961), una ambiciosa visi¨®n de la vida de Jesucristo, impulsa a Bronston a encargar a Ray la direcci¨®n de la m¨¢s cara de sus superproducciones. 55 d¨ªas en Pek¨ªn (1963), con su gran reparto, sus miles de extras, su gui¨®n de Philip Yordan, que Ray reescribe todas las noches durante el rodaje, y donde se puede encontrar la soledad y el romanticismo que caracterizan sus mejores obras, es el mayor fracaso de su carrera. Las desavenencias entre Bronston y Ray alcanzan un l¨ªmite cuando Ray cae enfermo y, seg¨²n un rumor que se extiende entre sus admiradores, Bronston exagera la importancia de la enfermedad para que Ray no aparezca por el rodaje y la pel¨ªcula la acaben Robert Parrish, Andrew Marton y Guy Green, desfigurando por completo el proyecto original.Desde este momento, Ray, convertido en la encarnaci¨®n de sus propios personajes, vaga por Europa a la b¨²squeda de un productor para sus m¨²ltiples proyectos, sin encontrarlo jam¨¢s. Alcoholizado, enfermo del c¨¢ncer que ha terminado de matarle, es f¨¢cil ver a Ray en el Festival de Cannes, cambi¨¢ndose de ojo el parche que caracteriza a los mejores directores norteamericanos. En los diecis¨¦is a?os que separan 55 d¨ªas en Pek¨ªn de su muerte s¨®lo consigue hacer una interesante pel¨ªcula underground, We can't go home again (1973), producida, escrita, fotografiada, dirigida e interpretada por ¨¦l, y uno de los sketchs que componen Sue?os h¨²medos (1974), que actualmente se exhibe en Madrid, tambi¨¦n interpretada por Ray.
Su t¨ªmida carrera de actor, iniciada al interpretar el papel de embajador norteamericano en 55 d¨ªas, en Pek¨ªn, y que termina con su aparici¨®n en la reciente versi¨®n del musical Hair, le lleva a ser el protagonista de sus ¨²ltimas pel¨ªculas y a trabajar a las ¨®rdenes de algunos de sus m¨¢s fieles admiradores y amigos. En 1977 interpreta el personaje de un pintor en El amigo americano, del alem¨¢n Win Wenders, que actualmente se exhibe en Madrid. Esto hace que mientras Wenders prepara en Estados Unidos, para Francis Ford Coppola, Hammett, biograf¨ªa del famoso creador de la ?novela negra?, Ray y Wenders ruedan, para la productora alemana de este ¨²ltimo, Lightning Over Water, pel¨ªcula sobre la que nada se sabe, que se anuncia como ?Nicks movie, a film by Nicholas Ray and Win Wenders?. Esta obra, que iba a marcar la vuelta de Ray a la industria cinematogr¨¢fica, es el punto final de una desgraciada carrera que, tras alcanzar las m¨¢s altas cimas, es segada por la incomprensi¨®n de los grandes productores, con los que Ray siempre tuvo problemas.
Un director maldito
El 7 de agosto de 1911 nace en La Crosse (Wisconsin) Nicholas Raymond Kienzle, que posteriormente reducir¨ªa su nombre a Nicholas Ray. Estudia arquitectura en la Universidad de Chicago y obtiene una beca para trabajar con el famoso arquitecto Frank Lloyd Wright. Este aprendizaje es clave para sus futuras concepciones cinematogr¨¢ficas y para el abundan te uso que hace del cinemascope en su obra. Atra¨ªdo por el mundo del espect¨¢culo, trabaja como autor y director en la radio y como ayudante de Elia Kazan y John Houseman en sus montajes teatrales.V¨ªctima de los m¨¢s duros a?os de la censura del general Franco, s¨®lo se estrenan en Espa?a la mitad de sus pel¨ªculas, y lo hacen distorsionadas y mal. Sus trabajos m¨¢s importantes son difundidos por televisi¨®n durante la etapa en que programaci¨®n cinematogr¨¢fica era mod¨¦lica, a principios de los a?os setenta. Tal vez para compensarle de este mal trato, el Festival de San Sebasti¨¢n le nombra presidente del jurado en 1974 y organiza una retrospectiva de su obra.
En 1947, Houseman le produce The live by night, su primera pel¨ªcula. Es una personal adaptaci¨®n de una ?novela negra? de Edward Anderson, donde se aprecia el lirismo, la rebeli¨®n de los j¨®venes contra los adultos, la ambig¨¹edad moral y la fascinaci¨®n por la violencia que caracterizan su obra. La compra de RKO por el multimillonario Howard Hughes supone que su estreno se retrase tres anos y que pase inadvertida. In a Lonely Place (1949), una de sus mejores obras, con Humphrey Bogart en un papel de guionista esc¨¦ptico y amargado, da una visi¨®n muy negra del Hollywood de la ¨¦poca. Aunque aparentemente Johnny Guitar (1953) es un western tradicional, tiene las caracter¨ªsticas del cine de Ray: el h¨¦roe solitario, un marcado tono rom¨¢ntico, un mundo de simb¨®licas miradas. Rebelde sin causa (1955), en virtud de ser una de las tres interpretadas por James Dean, es una de sus pel¨ªculas m¨¢s conocidas. De nuevo aparece el enfrentamiento entre j¨®venes y adultos, la frustraci¨®n del protagonista, que busca un refugio solitario donde poder vivir con su amada y no logra encontrarlo. Bigger than life (1956), drama de un hombre, interpretado por James Mason, que se droga con cortisona para evadirse de la dura realidad que le rodea, es una de sus obras maestras, nunca estrenada en Espa?a.
A pesar de las alteraciones introducidas por el productor en La verdadera historia de Jesse James (1956), el resultado queda lejos de los westerns tradicionales y se con vierte en una nueva exposici¨®n de las preocupaciones de Ray. Menos inter¨¦s tienen Bitter victory (1957) y Wind across the everglades (1958), que por enfermedad de Ray acaba su productor y guionista. En Chicago, a?o treinta (1958) mezcla, dentro de su esquema habitual, el cine de gangsters y la comedia musical. En Los dientes del diablo (1960), coproducci¨®n entre Inglaterra, Francia e Italia, que por primera vez le trae a trabajar a Europa, vuelve a quedar muy claro su planteamiento del h¨¦roe solitario que busca d¨®nde poder vivir en paz y tranquilidad. Por culpa de sus desavenencias con Samuel Bronston, tanto Rey de reyes como 55 d¨ªas en Pek¨ªn, sus m¨¢s ambiciosos proyectos, quedan lejos de sus planteamientos y marcan el final de la obra de uno de los mejores realizadores de la generaci¨®n que debuta en cine despu¨¦s de la segunda guerra mundial y que es uno de los ¨²ltimos grandes del cine cl¨¢sico norteamericano.
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