Absuelto el ex l¨ªder liberal brit¨¢nico, Jeremy Thorpe
El ?juicio del siglo? ha terminado con una sentencia absolutoria para el ex l¨ªder liberal brit¨¢nico Jeremy Thorpe y el resto de los acusados. ?Pueden ustedes marcharse.? Con estas tres palabras, el juez Cantley puso fin, en la tarde de ayer, a uno de los procesos m¨¢s sensacionales de los vistos en el vetusto tribunal de lo criminal de Old Bailey, tras conocerse el veredicto absolutorio del jurado.
Hasta ese momento, el silencio en la sala hab¨ªa sido absoluto. Los cuatro acusados, Jeremy Thorpe, cincuenta a?os, ex l¨ªder del Partido Liberal, y sus amigos David Holmes, John Le Mesurier y Georges Deakin, permanec¨ªan en un dram¨¢tico silencio en el banquillo, con sus rostros contra¨ªdos por la tensi¨®n.Cuando se anunci¨® el veredicto, los tres amigos de Thorpe no pudieron contener un gesto de alegr¨ªa, mientras miraban a sus familias, que permanec¨ªan entre el p¨²blico. Pero la flema brit¨¢nica no abandon¨® al pol¨ªtico liberal ni un solo momento. Su cara no cambi¨® de expresi¨®n. Simplemente aguard¨® a que su mujer, Marion, que no le ha abandonado ni un momento, se acercase a donde se encontraba para fundirse con ella en un fuerte abrazo, mientras su madre, Ursula, de 76 a?os, se acercaba a besarle, con los ojos inundados de l¨¢grimas.
Thorpe entreg¨® a su mujer los dos almohadones que hab¨ªa utilizado para aliviar sus posaderas durante los 31 d¨ªas de juicio, y abandon¨® el banquillo para escabullirse de la nube de reporteros que le esperaban y salir del tribunal por la parte posterior, protegido por los oficiales de la corte. Los periodistas trataron de seguirle, pero el juez Cantley, sin inmutarse, dijo: ?Permanezcan donde est¨¢n, o at¨¦nganse a las consecuencias. ?
El destino del matrimonio Thorpe se desconoce, aunque se cree que partir¨¢n inmediatamente hacia un lugar secreto de la costa adri¨¢tica, donde un amigo les ha dejado su villa.
El juicio, calificado por la prensa inglesa como el ?proceso del siglo?, comenz¨® en la primera quincena de mayo, una semana despu¨¦s de las elecciones generales, precisamente para que su desarrollo no influyera en la posible decisi¨®n de los electores de Jeremy Thorpe. Pero la publicidad en torno al caso fue la consecuencia directa de que el pol¨ªtico liberal perdiese un esca?o por Devon, que hab¨ªa venido defendiendo con ¨¦xito en los ¨²ltimos veinte a?os.
Thorpe, Holmes, Le Mesurier y Deakin han tenido que responder a la acusaci¨®n de ?conspiraci¨®n para asesinar a Norman Scott?, un ex modelo masculino. Por su parte, Thorpe estaba tambi¨¦n acusado de incitar a un ex piloto comercial, Andrew Newton, a asesinar a Scott. Los cuatro se hab¨ªan declarado inocentes.
La "saga" Thorpe
La historia es suficientemente conocida. Thorpe, a quien un abogado defini¨® como un hombre tan dotado por la naturaleza que ?hasta ten¨ªa tendencias homosexuales?, fue acusado por Norman Scott de haber iniciado una conspiraci¨®n para desembarazarse de ¨¦l, cuando se dio cuenta de que sus pretendidas relaciones sexuales pod¨ªan poner en peligro su carrera pol¨ªtica. A este respecto, la acusaci¨®n mantuvo que Thorpe contrat¨® los servicios de Newton para asesinar al modelo. En realidad, Newton se limit¨® a matar al perro de Scott.
El pol¨ªtico liberal ha mantenido en todo momento que las acusaciones de Scott no constitu¨ªan mas que una simple patra?a, y que ¨¦l mismo hab¨ªa puesto el caso en conocimiento de Scotland Yard y del ministro del Interior cuando se dio cuenta de la lata que le daba. Es impensable, dijo el abogado de Thorpe, que se produjese una conspiraci¨®n para asesinar a Scott cuando dos altos oficiales del Gobierno ten¨ªan conocimiento de lo que estaba pasando.
Uno de los momentos m¨¢s interesantes del proceso se produjo cuando Thorpe y dos de los otros tres acusados se negaron a testificar. Pareci¨® que los indicios de culpabilidad se acentuaban. Pero el juez Cantley advirti¨® al jurado que la negativa a comparecer como testigo no deb¨ªa influenciar su veredicto, ya que de acuerdo con la ley inglesa esta es una cuesti¨®n opcional, y la no comparecencia de los acusados no significa que tengan nada que ocultar. En realidad, la declaraci¨®n de los acusados es algo relativamente nuevo en los tribunales ingleses, cuya pr¨¢ctica no se introdujo hasta 1968.
Uno de los aspectos del caso m¨¢s interesantes a considerar es el tema de la homosexualidad de Jeremy Thorpe. D¨¢ndose perfecta cuenta de que esas tendencias podr¨ªan influenciar de forma negativa el veredicto del jurado, el defensor agarr¨® el tema por los cuernos desde el primer d¨ªa de su intervenci¨®n.
?Este tribunal no se ha constituido?, dijo, ?para juzgar la moralidad de una persona. Esta es una sala de lo criminal, y lo que se somete a la consideraci¨®n del jurado no es una cuesti¨®n moral, que est¨¢ fuera de su competencia juzgar, sino, simplemente, una cuesti¨®n penal.? El argumento cal¨® hondo en la mente de los nueve hombres y tres mujeres del jurado, que se ha atenido estrictamente a las pruebas presentadas.
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