La reforma sanitaria

? ... ) Dos concepciones contrapuestas de la sanidad, divergentes por la diversidad de sus acentos en la medicina p¨²blica o privada, han orientado este debate en el que intereses concretos, etiquetados de profesionales, han jugado un papel determinante.Y un punto de referencia ha servido, en la mayor¨ªa de las ocasiones, para centrar estas divergencias: el de si se debe favorecer la integraci¨®n del m¨¦dico como asalariado en un sistema sanitario global o, por el contrario, promocionar la pr¨¢ctica de una medicina personalista, prolongando el tradicional enfoque liberal de la profesi¨®n con algunas correcciones ineludibles, en vista del desarrollo social y t¨¦cnico de la actividad m¨¦dica.

El proyecto de ley del Gobierno ha optado por una v¨ªa intermedia, aunque m¨¢s pr¨®xima a las tesis privatistas del Sindicato Libre de M¨¦dicos. Porque, en efecto, la propuesta gubernamental que se debatir¨¢ en el Parlamento sanciona el principio de libre elecci¨®n del m¨¦dico, en un primer nivel, concebido seg¨²n el patr¨®n tradicional del m¨¦dico de cabecera.

La ley de reforma sanitaria no recoge, en cambio, el pago por acto m¨¦dico, es decir, por cada servicio prestado, que era un principio complementario del anterior en las propuestas formuladas por el SLM, y que el propio ministro del ramo ha calificado de "prematuro". La "iguala" prevista a cargo de los beneficiarios de la asistencia supondr¨¢, no obstante, un incremento de la contribuci¨®n directa del ciudadano a la financiaci¨®n del sistema de car¨¢cter fiscal inequ¨ªvocamente regresivo. )?

1 de julio