Noche de guerra en Nueva York
The Warriors nos llega precedida de una sospechosa fama que lo ¨²nico que hace es deformar m¨¢s y m¨¢s la imagen del filme, e impedir que pueda ser visto de una forma clara, directa y, sobre todo, libre de prejuicios. La pel¨ªcula ha provocado inusitadas reacciones de violencia a ra¨ªz de su proyecci¨®n en Estados Unidos, y se le achacan al menos tres muertes. Por si ello fuera poco, el lanzamiento espa?ol hace el producto a¨²n m¨¢s sospechoso: se cambia el t¨ªtulo original, Los guerreros, por Los amos de la noche, de intenciones m¨¢s intimidadoras que otra cosa, por no hablar del slogan utilizado: ?Si se encuentra con ellos, retroceda, corra, huya ... ? Se dir¨ªa que el objetivo es aumentar la paranoia del ciudadano medio o pedir mayor severidad en materia de orden p¨²blico. Sin embargo, todas estas cosas son absolutamente ajenas a las intenciones de Walter Hill. Vayamos por partes.Walter Hill debut¨® como realizar con El luchador (Hard Times-The Streetfighter, 1975), sobre la lucha callejera, a la que sigui¨® Driver (1977), remake bastante libre de otro gui¨®n de Hill que a?os antes hab¨ªa dirigido -y estropeado- Bud Yorkin: El ladr¨®n que vino a cenar. The Warriors es su tercer filme. Examinados los tres juntos, el primer rasgo com¨²n que destaca es que se trata de tres filmes nocturnos. Walter Hill, como Jean-Pierre Melville, parece hallar en la noche, en su color, en su ambiente y, sobre todo, en los personajes que la pueblan el clima ideal para sus historias. The Warriors es una f¨¢bula a mitad de camino entre el comic violento y la narraci¨®n mitol¨®gica. Un filme sobre la noche, sin interferencias del d¨ªa y sus habitantes. No es la guerra de la noche contra el d¨ªa, sino la guerra civil de la noche. Y para Hill la noche, como el d¨ªa, tiene su rutina y su sangre, sus reglas y sus leyes, sus l¨ªderes megal¨®manos y sus proyectos de futuro, sus traidores, sus caballeros, sus polic¨ªas y sus h¨¦roes del d¨ªa.
The Warriors (Los amos de la noche)
Director: Walter Hill. Gui¨®n: David Shaber y Walter Hill, basado en la novela de Sol Yurick. Fotograf¨ªa: Andrew Laszlo. M¨²sica: Barry De Vorzon. Int¨¦rpretes: Michael Beck, James Remar, Thomas Waites, Dorsey Wright, Bryan Tylery David Harris. Norteamericana, 1978. Locales de estreno: Fuencarral, El Espa?oleto, Mola y Royal.
Con un tiempo -una noche- y un espacio -la distancia que separa el Bronx de Coney Island- perfectamente definidos, Walter Hill compone la cr¨®nica del retorno al hogar de The Warriors, acosados por las tribus de todos los suburbios neoyorquinos y capitaneados por el aguerrido y prudente Swan, lo m¨¢s parecido a Parsifal que los nuevos tiempos permiten. The Warriors no es ninguna cr¨®nica realista -ni por supuesto neorrealista-, no es el retrato de ninguna realidad, no es la denuncia de nada, es un filme de guerreros, de m¨ªticos luchadores, que Hill ha situado en el m¨¢s inquietante -por pr¨®ximo- decorado de la ciudad moderna por excelencia. Pero estamos ante una obra estilizada, casi abstracta, que muy poco tiene que ver con las pel¨ªculas t¨ªpicas de bandas juveniles. Como de costumbre -aunque eso ya no sorprende a nadie-, The Warriors ser¨¢ atacada de fascista, de mitificar la violencia y dem¨¢s t¨®picos al uso. Sin embargo, se trata de uno de los filmes m¨¢s originales del a?o, intenso y trepidante, realizado con un sentido del humor tan grande como su sentido del cine, en un estilo a caballo entre Peckimpali y Bresson -quien sea capaz que lo imagine- que, sin duda alguna, envejecer¨¢ mejor que la cursi West Side Story o la crispada Naranja Mec¨¢nica, pel¨ªculas que s¨ª que mitificaban al macarra, y a las que The Warriors siempre ser¨¢ preferible.
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