Dos informes
ACABAN DE aparecer, casi simult¨¢neamente, los informes anuales que sobre la econom¨ªa espa?ola realizan con car¨¢cter peri¨®dico el Banco de Espa?a y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE). Los informes no s¨®lo se limitan a una puntual descripci¨®n de lo ocurrido, sino que adem¨¢s suelen presentar una valoraci¨®n cr¨ªtica de la pol¨ªtica econ¨®mica desarrollada por las autoridades.El informe de la OCDE se mantiene, en esta ocasi¨®n, en ese tono todav¨ªa m¨¢s neutral que lo acostumbrado, limit¨¢ndose a describir el estado de la econom¨ªa espa?ola y la actuaci¨®n de las autoridades econ¨®micas, aunque reconociendo que la pol¨ªtica econ¨®mica seguida ha sido correcta. En efecto, el desequilibrio de los pagos con el exterior se ha resuelto satisfactoriamente y el porcentaje de inflaci¨®n ha descendido diez puntos a lo largo de 1978, lo que concede cierto margen de maniobra para emprender una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s ambiciosa que comience a corregir el problema del paro. En este sentido, el informe considera apropiado el prop¨®sito de las autoridades econ¨®micas de inclinarse por una pol¨ªtica monetaria y fiscal m¨¢s expansivas, aunque advierte sobre los peligros de una inflaci¨®n todav¨ªa muy elevada y bien arraigada enel comportamiento y en los h¨¢bitos de los agentes econ¨®micos.
La OCDE hab¨ªa previsto en su informe un crecimiento del PIB (producci¨®n total de bienes y servicios) del 4 % en volumen, con un alza de los precios al consumo del 14 %, pero, a ra¨ªz de las ¨²ltimas elevaciones en los precios del petr¨®leo, las previsiones aparecen corregidas. El PIB crecer¨¢ menos y los precios subir¨¢n m¨¢s. No se pronuncia por ning¨²n porcentaje concreto, aunque vista la situaci¨®n de la econom¨ªa a mediados de a?o es razonable pensar que las anticipaciones formuladas acerca de un crecimiento del 3 %, similar al de 1978, y un alza de precios en tomo al 15-16 %, tambi¨¦n similar a la de 1978, son bastante realistas.
Incluye el informe una cautelosa alusi¨®n a los peligros de un d¨¦ficit creciente del sector p¨²blico que puede amenazar el desarrollo del sector privado de la econom¨ªa. Este planteamiento nos conduce hacia el otro informe, el del Banco de Espa?a, donde despu¨¦s de un examen del desarrollo del sector p¨²blico, de recomendable lectura para quienes se interesen por los hechos econ¨®micos espa?oles, se abordan los problemas de la econom¨ªa y de la organizaci¨®n productiva de la sociedad espa?ola.
El crecimiento de la econom¨ªa espa?ola, afirma el banco, est¨¢ cada vez m¨¢s condicionado por el entorno internacional, y ah¨ª las perspectivas han dejado de ser optimistas para ser sustituidas por las de un crecimiento hasta 1985 muy modesto, que a lo m¨¢s que puede aspirar es al mantenimiento, en los pa¨ªses industriales, de las cifras de paro en sus niveles actuales, mientras los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo no productores de petr¨®leo se enfrentar¨¢n con crecientes d¨¦ficit comerciales que acabar¨¢n imponi¨¦ndoles un menor margen de crecimiento.
Las previsiones cuantitativas sobre el crecimiento del PIB en 1979 se indican por el Banco de Espa?a en tomo a una zona del 3,5 %, aunque este porcentaje se ha debido formular con anterioridad a las ¨²ltimas subidas en el precio del petr¨®leo decretadas por la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP).
El informe recalca que la continuidad del d¨¦ficit de las empresas p¨²blicas puede convertirlas en servicios sociales que absorban recursos disponibles para la inversi¨®n privada con graves consecuencias para el empleo y el crecimiento. Estos d¨¦ficit se repiten, desgraciadamente, en otras zonas de la actividad p¨²blica, alcanzando cotas alarmantes en el caso de la Seguridad Social. El informe dice textualmente: ?No cabe hablar de los d¨¦ficit p¨²blicos sin referirse a c¨®mo van a ser financiados -mediante emisiones o a trav¨¦s de la expansi¨®n monetaria- y a c¨®mo esa financiaci¨®n va a absorber recursos reales con cargo al excedente del sector del mercado.? En otras palabras, el informe se est¨¢ preguntando cu¨¢l es el sentido de transferir recursos desde el sector privado al sector p¨²blico de la econom¨ªa y en qu¨¦ medida esa transferencia no puede acabar con las posibilidades de salir de la situaci¨®n actual de estancamiento y paro.
Esas alarmas sobre lo que est¨¢ sucediendo en el sector p¨²blico no son ni nuevas ni gratuitas. El Gobierno no deber¨ªa deso¨ªrlas por m¨¢s tiempo, si quiere que alguna vez se produzca el punto de inflexi¨®n de nuestra econom¨ªa y que comencemos, por lento que sea, un proceso de recuperaci¨®n.
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