Maribel y la extra?a comida
Quienes barruntaban qu¨¦ hab¨ªa tras tanto celo en ocultar la cumbre en El Ventorro encontraron lo que buscaban: la rubia peligrosa. Y cay¨® la infamia sobre la infamia
Valencia, martes, 29 de octubre de 2024, d¨ªa de la gran dana. Una mujer, comunicadora de prestigio, acude a una comida convocada por un hombre, presidente de la comunidad aut¨®noma, cuyo motivo solo conocen ambos. La cita es en uno de esos restaurantes en los que se abren vedas y se cierran tratos a los que se va con la premisa de que lo que pasa en El Ventorro se queda en El Ventorro, que as¨ª se llama la posada. Ella y ¨¦l, ¨¦l y ella, permanecen varias horas intramuros tratando sus asuntos en la intimidad de un reservado hasta que, bien entrada la tarde, ambos abandonan el local, cada uno por su lado. Fin de la historia. El almuerzo no tendr¨ªa m¨¢s inter¨¦s ni misterio, salvo para los interesados, si no fuera porque ¨¦l es el m¨¢ximo responsable de la protecci¨®n de los valencianos y, mientras dedicaba su atenci¨®n a esa ciudadana en concreto, dej¨® de dedic¨¢rsela al resto, sabiendo que podr¨ªan estar en peligro.
Algo deb¨ªa pesarle la conciencia al molt honorable president cuando estuvo 10 d¨ªas ocultando con qui¨¦n comi¨® y por qu¨¦ mantuvo en su agenda un encuentro tan importante para ¨¦l como para llegar tarde al gabinete de crisis en el que se ten¨ªa que decidir qu¨¦ hacer para avisar a la poblaci¨®n de lo que se le ven¨ªa encima y retrasar la alarma para ponerla a salvo. Tres veces cambi¨® de versi¨®n sobre el asunto hasta que el viernes 8 de noviembre, acorralado fuera y, qui¨¦n sabe si tambi¨¦n dentro de casa, hizo filtrar con qui¨¦n y para qu¨¦ estuvo reunido tanto tiempo. El motivo aducido, ofrecerle a la comunicadora la direcci¨®n de la radiotelevisi¨®n p¨²blica valenciana, as¨ª, entre prisa y prisa, no fuera a ser que se la quitaran, no se lo creen ni ellos. Pero quienes barruntaban qu¨¦ podr¨ªa haber tras tanto celo en tapar la cumbre de El Ventorro encontraron lo que buscaban. A la mujer fatal, la rubia peligrosa, la encarnaci¨®n de qu¨¦ tira m¨¢s de seg¨²n qu¨¦ t¨ªos que las carretas del cargo. Vino entonces la infamia sobre la infamia. Mientras ¨¦l, Carlos Maz¨®n, se lava las manos de la sangre de los m¨¢s de 200 muertos de la riada cortando cabezas de colaboradoras, ella, Maribel Vilaplana, sin responsabilidad alguna en la historia, ha tenido que desaparecer del mapa hasta que amaine la ola de machismo y carcunda que le ha ca¨ªdo encima, como si la de barro, ruina y muerte fuera poca. Valencia, Espa?a, 2024. Qu¨¦ indecencia, qu¨¦ verg¨¹enza, qu¨¦ asco todo.
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