La Junta de Reconstrucci¨®n Nacional gobierna en Nicaragua desde ayer

La Junta de Reconstrucci¨®n Nacional y el Gabinete designado por ella gobierna desde ayer en Nicaragua. El ¨²ltimo obst¨¢culo para la llegada a Managua de los que se consideran leg¨ªtimos representantes de este pa¨ªs, el pintoresco Francisco Urcuyo, desapareci¨® con su precipitada salida de Nicaragua hacia Guatemala, producida en la tard¨¦ del mi¨¦rcoles. En las primeras horas de ayer, soldados desconcertados y temerosos corr¨ªan con sus armas hacia los centros de refugio, en embajadas, hospitales e iglesias, declarados neutrales por la Cruz Roja Internacional.

En lo que durante meses fuera oficina de Anastasio Somoza y, por unas horas, residencia de su sucesor, Francisco Urcuyo, la desolaci¨®n era estremecedora. Los periodistas pudimos recorrer las habitaciones del dictador. Mapas militares, documentos de todo tipo, restos de una comida apresurada, compon¨ªan el paisaje del bunker.

En las cercan¨ªas, dos tanquetas abandonadas, veh¨ªculos militares dejados de cualquier modo, en medio de la calle, y un silencio que ensordece. De vez en cuando se escuchan algunos disparos. No son enfrentamientos, sino soldados que disparan sus armas antes de ingresar a los lugares de refugio. Los guardistas inquieren a los periodistas: ??Qu¨¦ hacemos? Nos van a matar. Nos dijeron que los americanos nos iban a ayudar. ?

En las primeras horas de la ma?ana de ayer, columnas sandinistas fuertemente armadas se aproximaron a la capital para controlar cuanto antes la situaci¨®n, sobre todo para evitar un derramamiento de sangre mayor. Los comandantes del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) se hicieron inmediatamente cargo de las instalaciones militares abandonadas e impartieron ¨®rdenes a las milicias populares que han tomado los barrios. A media ma?ana, las tropas sandinistas hab¨ªan llegado ya al bunker de Somoza.

No se ha producido una rendici¨®n formal de la Guardia Nacional. Hasta ¨²ltimas horas de la tarde (hora de Madrid), los mandos de ¨¦sta huyeron, simplemente, dejando abandonados a su suerte a los soldados. El jefe director de la Guardia por unas horas, general Francisco Mej¨ªa, y todo su estado mayor abandonaron Nicaragua en la noche del mi¨¦rcoles. Sigui¨® los pasos de Francisco Urcuyo, que tampoco renunci¨®, como lo exig¨ªa su deber constitucional. Se fue casi sin despedirse.

El coronel Fulgencio Largaespada, que se hizo cargo de la jefatura del Estado Mayor de la Guardia Nacional tras la huida de Mej¨ªa y sus colaboradores, ha hecho un llamamiento a trav¨¦s de la radio para que cese el fuego y se rindan todos los soldados que a¨²n no lo han hecho a los combatientes sandinistas.

Se han producido algunos, escasos, episodios de saqueo. La actitud general de los sandinistas es amable, cort¨¦s, cordial. No ha habido, hasta ahora, venganzas ni odios.

Comenz¨® a conocerse que la situaci¨®n hab¨ªa pasado a estar controlada por los nuevos gobernantes cuando Radio Nacional de Nicaragua difundi¨® un mensaje del arzobispo de Managua, monse?or Ovando y Bravo, reci¨¦n llegado a la capital. A trav¨¦s de las ondas, que apenas unas horas antes insultaban y anatematizaban al ?comandante Miguel?, el prelado exhort¨® a la poblaci¨®n a mantener la calma y a contribuir a la tarea de reconstrucci¨®n. Otra emisora, Radio X, propiedad de Anastasio Somoza, comenz¨® a difundir, pasadas las nueve de la noche, consignas del FSLN y canciones de protesta, que hac¨ªa a?os no se escuchaban en Nicaragua.

La Junta de Reconstrucci¨®n Nacional, cuyo traslado a Managua desde la ciudad de Le¨®n est¨¢ previsto para las pr¨®ximas horas, hizo un llamamiento a los combatientes del Frente para que ?sean generosos en la victoria, como fueron implacables en los combates?. Existe la convicci¨®n de que los integrantes del nuevo Gobierno van a hacer toda clase de esfuerzos para que la nueva situaci¨®n se consolide en este pa¨ªs con la menor violencia posible.

Los primeros actos oficiales del nuevo Gobierno ser¨¢n la derogaci¨®n de la Constituci¨®n, la disoluci¨®n de las C¨¢maras legislativas y la implantaci¨®n de un estatuto, por el que se regir¨¢n durante los primeros d¨ªas los destinos de la nueva Nicaragua. El poder ejecutivo ser¨¢ ejercicio por la Junta de Reconstrucci¨®n Nacional, auxiliada por el Gobierno y un Consejo de Estado, compuesto por treinta personalidades de distintas tendencias pol¨ªticas. Ser¨¢ nombrada igualmente una Corte Suprema de Justicia, que ejercer¨¢ en el pa¨ªs el poder judicial.