Jo?o Moura, un monstruo
, , Plaza de Valencia. Segunda corrida de feria (lunes).-Toros de V¨¢zquez Silva, muy bien presentados, con casta. Alvaro Domecq: tres rejones bajos (aplausos y salida al tercio). Manuel Vidri¨¦: cuatro rejones muy bajos. Acaba con el toro pie a tierra el sobresaliente Rafael Chinarro, de media estocada, pinchazo y otra estocada atravesada (aplausos y algunos pitos). Jolio Moura: rejonazo en lo alto y seis descabellos (vuelta). Antonio Ignacio Vargas: dos rejones traseros y bajos (oreja). Domecq y Moura: cuatro rejones y Domecq, pie a tierra, seis descabellos (silencio). Vidri¨¦ y Vargas: dos rejones (aplausos).Un caso ¨²nico, asombroso; un monstruo es este Jo?o Moura, a¨²n muy joven, benjam¨ªn de cuantos rejoneadores de cierto fuste est¨¢n en activo. Torea. Y tal como torea, no se puede hacer mejor. ?0 s¨ª se puede? Quiz¨¢ lo conseguir¨¢ ¨¦l mismo, acaso no muy tarde; qui¨¦n sabe si ma?ana mismo. Es imprevisible. D¨ªa a d¨ªa incorpora novedades a su toreo. Ayer, en Valencia, fueron los giros.
Aquella sorpresa de Luis Francisco Espl¨¢ cuando, en banderillas, giraba ante la cara del toro, fue la misma sorpresa ayer y ese giro lo hac¨ªa Moura con el caballo. Lo para y permanece quieto unos segundos como si caballo y caballero fueran escultura, cabalga quedo y de frente, gana la cara, gira ante los pitones, a la salida del giro vuelve hacia el lado contrario, quiebra, re¨²ne en la grupa, clava arriba Jo?o Moura. As¨ª de dif¨ªcil y complicado, aunque Moura lo hace medido, f¨¢cil y armonioso.
La maravilla, El toreo de este benjam¨ªn portugu¨¦s es la maravilla. Un giro y otro. Las banderillas arriba, en la cruz. El entusiasmo en los grader¨ªos. El arte de torear, no importa ahora si ecuestre o a pie, en la cumbre. Empez¨® con un quiebro incre¨ªble de fuera a dentro, comprometid¨ªsimo, en el que reuni¨® y sali¨® con garbo y limpieza. Sigui¨® con rejones y banderillas en los medios, mediante encuentros de frente, de una radical autenticidad. Todo perfecto. Pero el goce no era tanto verle clavar como el toreo pausado y gustoso. ?Qu¨¦ temple el del benjam¨ªn Jo?o Moura! Y luego, las cabalgadas de costado, prendido el toro en el estribo, para volver suavemente y dejar encarados al caballo y a la res. E inmediatamente, la reuni¨®n y el par en lo alto.
Hasta con el rej¨®n de muerte, que es su tal¨®n de Aquiles, estuvo magn¨ªfico el portuguesillo, pues clav¨® a la primera y en las agujas. Pero con el descabello se demor¨® e, inexplicablemente, no hubo petici¨®n de oreja. Es absurdo, pero no tiene importancia, y nadie podr¨¢ desmerecer esta actuaci¨®n memorable, que se alinea entre las mejores que hayamos visto jam¨¢s a un rejoneador.
Otro torero grande a caballo es Alvaro Domecq, que estuvo ayer en Valencia inspirado; todas sus acciones supusieron un acierto total e hizo tambi¨¦n el toreo en plano de pureza. Moura y Domecq, en collera, volver¨ªan a lucirse, pero, por desgracia, llegado el momento de matar empataron a cero.
Junto a estas dos figuras de ¨¦poca, Manuel Vidri¨¦ y Antonio Ignacio Vargas estuvieron bien, seguramente muy bien, pero ya no era lo mismo. Vidri¨¦, sobrio, y Vargas, espectacular, gustaron en sus actuaciones individuales, Sobre todo cuando clavaban a dos manos, con cierta frecuencia por los adentros. Por colleras se pusieron pesad¨ªsimos, pues el toro se les aquerenci¨® en Chiqueros y no fueron capaces de sacarlo de all¨ª. Vargas le pegaba pasadas mil para clavar y, naturalmente, no pudo hacerlo ni una vez.
Un toro manso no tiene por qu¨¦ ser bald¨®n para la divisa. Toros mansos hay muchos. Ya los hay menos de casta, y as¨ª eran los, de V¨¢zquez Silva, que pidieron pelea en todos los terrenos y mor¨ªan pr¨¢cticamente de pie. Eran adem¨¢s una hermosura de toros, cuajados, largos, anchos y serios. Ven¨ªamos de ver, el d¨ªa anterior, los dijes que prepararon para el Cordob¨¦s y ten¨ªamos que notar la diferencia. Los de Valencia pod¨ªan ser abuelos de los de Benidorm. Pienso que si en Benidorm hubieran situado en la puerta de chiqueros, cruzado, a cualquiera de los toros de V¨¢zquez Silva, no habr¨ªa impedido la salida de los carlosn¨²?ez. Estos pasar¨ªan limpiamente por debajo de la barriga del abuelo, sin rozarla siquiera. Habr¨ªa sido bonito y enternecedor. ?Por qu¨¦ no intentarlo en la pr¨®xima ocasi¨®n? Ser¨ªa una importante innovaci¨®n para la fiesta, ahora que dicen que necesita de argumentos ins¨®litos.
Hoy, en la tercera corrida de feria, interviene D¨¢maso Gonz¨¢lez, el ¨ªdolo de la afici¨®n valenciana, junto a ¨¦l, Angel Teruel y Ni?o de la Capea. Los toros que se lidiar¨¢n pertenecen a la ganader¨ªa de Antonio S¨¢nchez de Sep¨²lveda, cuya procedencia actual es de vacas y sementales de Atanasio Fern¨¢ndez.
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