Conviene un tribunal con amplias competencias

?Resulta inquietante el af¨¢n de ciertas fuerzas pol¨ªticas por recortar las posibles competencias del Tribunal Constitucional, desenterrando el argumento de que determinados preceptos de la Constituci¨®n no ser¨¢n susceptibles de interpretaci¨®n jur¨ªdica, sino s¨®lo de decisi¨®n pol¨ªtica?, afirm¨® ayer el secretario de Estado para el Desarrollo Constitucional, Juan Antonio Ortega, en una conferencia organizada por UCD y la Fundaci¨®n Humanismo y Democracia.Seg¨²n el conferenciante, no se trata de convertir al Tribunal Constitucional en un ¨®rgano pol¨ªtico, y menos en un ¨®rgano ?superconstitucional?, sino de no resucitar las viejas ?.inmunidades del poder?, puesto que ni el Gobierno ni el Parlamento pueden estar por encima de la Constituci¨®n.

A?adi¨® que no deber¨ªa ser visto con recelo, sino con satisfacci¨®n, el hecho de que se consagre una pluralidad de instrumentos jur¨ªdicos a asegurar el cumplimiento de la Constituci¨®n y a resolver eventuales conflictos. El ?recurso previo? no cierra ninguna v¨ªa pol¨ªtica, seg¨²n el conferenciante. Adem¨¢s, por razones de calendario, no parece que el recurso previo vaya a ser utilizado para enjuiciar los estatutos en curso de negociaci¨®n.

En otro momento de su intervenci¨®n, el se?or Ortega y D¨ªaz Ambrona asegur¨® que los tribunales constitucionales que existen hoy en las principales democracias pluralistas continentales son una garant¨ªa insustituible para asegurar que las Constituciones no resulten letra muerta y que el funcionamiento de las instituciones no quede abandonado al juego arbitario de la lucha por el poder.

Unzueta califica a Oliart de magn¨ªfico oponente

El senador vasco Miguel Unzueta desea dejar constancia de un malentendido surgido en torno a sus declaraciones sobre las negociaciones de la Moncloa (v¨¦ase EL PAIS, 19-VII-1979). El se?or Unzueta se refer¨ªa en las mismas a un negociador de UCD con el que surgieron algunas dificultades, y se le atribu¨ªa, por error, la profesi¨®n de abogado del Estado, cuando el ¨²nico abogado del Estado que particip¨® en las conversaciones, Alberto Oliart, fue, a juicio del senador vasco, un magn¨ªfico oponente.