Vald¨¦s: "Es una ley cara pero no es ut¨®pica
?En junio de 1974 present¨¦ una tesis doctoral sobre el r¨¦gimen penitenciario que fue discutida, por demasiado cr¨ªtica. En julio de 1979, cinco a?os despu¨¦s, se ha aprobado la ley General Penitenciaria, a la que han querido dar mi nombre. Como profesor no puedo pedir m¨¢s.? Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s, 32 a?os, director general de Instituciones Penitenciarias, fue el gran triunfador de la jornada parlamentaria de ayer. Los diputados, los ministros, los periodistas, no le dejaban andar dos pasos seguidos por los pasillos del Congreso. EL PAIS pudo charlar con el se?or Garc¨ªa Vald¨¦s con relativa tranquilidad -s¨®lo interrumpida levemente por los ministros de Justicia, I?igo Cavero, y de Administraci¨®n Territorial, Antonio Font¨¢n-, y este es el resultado de la entrevista.Pregunta. ?Es verdad que se ir¨¢, una vez aprobada la ley?
Respuesta. S¨ª. Todav¨ªa queda el tr¨¢mite en el Senado. Calculo que en octubre, o as¨ª, podr¨¦ dedicarme de nuevo a la Universidad.
P. Hay quien dice que se va por motivos de seguridad, por un miedo muy razonable despues del atentado frustrado que sufri¨®. O que ha esperado a estar en la cresta de la ola para abandonar el barco.
R. No es verdad. Despu¨¦s del atentado segu¨ª hasta terminar esta ley. En cuanto al ¨¦xito de la reforma penitenciaria, tendr¨ªa derecho a irme una vez obtenido. Pero tampoco es cierto esta ley, no se ha hecho milagrosamente, sino porque existe un equipo y, unos grupos parlamentarios que la respaldan. En la Administraci¨®n penitenciaria hay trescientos hombres nuevos, que son lo mejor de lo mejor, aunque, claro, no hay m¨¢s cera que la que arde. Si ning¨²n insensato lo estropea, este equipo funcionar¨¢ y no me necesita a m¨ª para ello.
P. ?Pero es que no le tienta la pol¨ªtica despu¨¦s de este ¨¦xito legislativo? ?No le atrae tampoco entrar en alg¨²n partido?
R. Vuelvo a la Universidad como si no hubiera pasado nada. La satisfacci¨®n que me produjo cuando por primera vez me llam¨® Haddad para participar en la reforma penitenciaria me mantiene dispuesto de nuevo a ser ¨²til para tareas en las que se exija un hombr? de mi formaci¨®n jur¨ªdica, independiente pol¨ªticamente y que piensa seguir si¨¦ndolo.
P. ?La ley General Penitenciaria no es una ley ut¨®pica en el contexto espa?ol?
R. Es una ley cara, pero no ut¨®pica. Su desarrollo necesita mucho dinero, que habr¨¢ que proveer en los Presupuestos para 1980. Pero las medidas de tratamiento que en ella figuran pueden realizarse con los equipos que tenemos ahora. Y el nuevo r¨¦gimen abierto y los permisos de salida est¨¢n va suficientemente entrenados. No quiero caer en la trampa de creer que esta es una ley para Suecia. porque puede ser realidad en Espa?a.
P. Esta ha sido una ley mod¨¦lica en lo que se refiere a colaboraci¨®n del Parlamento y la Administraci¨®n. ?Cu¨¢les han sido las aportaciones principales de las comisiones de investigaci¨®n del Congreso y del Senado de las c¨¢rceles?
R. Las principales, en materia de trabajo, seguridad social y la innovacion unica del seguro de desempleo. Tambi¨¦n se ha perfeccionado las visitas ¨ªntimas de familiares y allegados, que incluyen el desarrollo de la sexualidad del recluso.
P. ?Por qu¨¦ no se ha recibido la enmienda defendida por el comunista Sol¨¦ Barber¨¢ sobre derecho de asociaci¨®n para los presos?
R. Conste que no me opongo frontalmente a esta propuesta. Pero es un derecho desconocido en las legislaciones europeas. La ley General Penitenciaria recoge una aut¨¦ntica cogesti¨®n en materia cultural, deportiva, r¨¦gimen de comidas, etc¨¦tera. Por ahora, creo que es suficiente.
P. ?C¨®mo aceptar¨¢ la Copel esta ley?
R. No hay Copel. La Copel est¨¢ deshecha, desprestigiada. Ya no me escribe nadie con esas siglas. Los antiguos l¨ªderes de la Copel est¨¢n en primer o segundo grado, a punto de obtener la libertad o en la calle.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.