Las maniobras antiobreras de la CEOE y sus acuerdos con UGT
Secretario general de CCOO
No es necesario esforzarse para explicar que toda negociaci¨®n entre fuerzas opuestas, si no se hace desde posiciones de equilibrio, su resultado es una claudicaci¨®n del m¨¢s d¨¦bil ante el m¨¢s fuerte, o una declaraci¨®n de intenciones sin contenido.
Tampoco es preciso insistir demasiado en que la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) -que firm¨® la ?declaraci¨®n? con UGT- representa fundamentalmente a los grandes patronos, a la Asociaci¨®n Espa?ola de Banqueros, asociada a CEOE, y en gran medida, a las multinacionales. El propio Ferrer Salat, presidente de la CEOE, lo es a su vez de Ferrer Internacional, ocupando adem¨¢s un alto cargo en el Banco de Europa, am¨¦n de otro en la trilateral.
La peque?a y mediana empresa est¨¢, en lo esencial, adherida a la CEPYME y COPYME, y como la CEIM, no ha participado en la declaraci¨®n.
Dada la inferioridad de cualquier organizaci¨®n sindical aislada frente a esta concentraci¨®n de poder, frente a una CEOE respaldada por el Gobierno de UCD (en el que hay no pocos empresarios y banqueros, pero ning¨²n obrero), ser¨ªa aconsejable una elemental prudencia que consistir¨ªa en superar ese desequilibrio desfavorable, poni¨¦ndose de acuerdo antes (en torno a un programa com¨²n) con los dem¨¢s trabajadores, y en especial, con la organizaci¨®n m¨¢s importante del pa¨ªs, CCOO.
Ir sola UGT, renunciar a la presi¨®n del d¨ªa 11, despegarse de las otras organizaciones de clase es dejar a merced de ?las buenas intenciones? de los grandes capitalistas nacionales e internacionales los intereses de los trabajadores.
No podemos olvidar que ese gran capital es el mismo que nos explot¨®, oprimi¨® y reprimi¨® bajo la dictadura fascista de Franco; que ese gran capital sigue dominando el modelo econ¨®mico que es a¨²n el anterior; que ese modelo burocr¨¢tico de ese gran capital es el responsable de la crisis de la peque?a y mediana empresa, y del paro de mill¨®n y medio de trabajadores; responsable de que en vez de ?crear empleo, se destruya?. No podemos olvidar que esa oligarqu¨ªa, en estrecha relaci¨®n con las multinacionales, trata de cargarnos su crisis y por ello necesita negarnos medios y derechos sindicales, que son la herramienta que necesitamos para hacer un buen trabajo de clase y nacional.
Nosotros valoramos la habilidad en los negociadores, incluso la audac¨ªa pero, aqu¨ª y ahora, nadie enga?a a nadie; la sorpresa tampoco existe.
Los que en las f¨¢bricas y fuera de ellas tantas veces nos hemos sentado a la mesa de negociaciones sabemos que, a la hora de la verdad, lo fundamental era que los grandes empresarios vieran y sintieran que los trabajadores del taller, del tajo, de la oficina o del campo estaban unidos, api?ados detr¨¢s de los que discut¨ªan en su nombre, dispuestos siempre a presionar. La unidad activa es vital. Cualquier divisi¨®n en el momento que se lucha (y la lucha sindical se descompone en presi¨®n y negociaci¨®n o viceversa, en la perspectiva de clase) es fatal para el ¨¦xito de la operaci¨®n.
No dudo que los compa?eros de UGT conocen y valoran esta experiencia, al igual que conocen las palabras del gran dirigente obrero y socialista alem¨¢n Augusto Bebel, que cuando los reaccionarios le aplaudieron exclam¨®: ?Viejo Bebel, cuando los reaccionarios te aplauden, preg¨²ntate qu¨¦ tonter¨ªa has cometido.? Ninguna promesa, ninguna t¨¢ctica, ninguna estrategia, ninguna situaci¨®n interna o externa puede justificar el ?despegue?. Los resultados para todos los trabajadores son negativos, incluidos sus autores; el ejemplo de Fuerza Obrera, en Francia -reducida a la m¨ªnima expresi¨®n- es concluyente.
Despu¨¦s del show, lo que queda de los ?acuerdos CEOE-UGT? son ?ideas de principio susceptibles de ser traducidas ... ?; del estatuto del trabajador, nada; de salarios, precios, trabajo, edad de jubilaci¨®n, nada, nada de nada, si descontamos las ??deas de principio ... ? y el peligro de m¨¢s despidos y de negar representaci¨®n a las PYME.
Es verdad que los medios de comunicaci¨®n de la derecha y los del Gobierno de la pol¨ªtica antisindical y su televisi¨®n han montado el espect¨¢culo de ?buenos y malos?; que la peregrinaci¨®n por los Ministerios y las declaraciones ?positivas? de los ministros de UCD, m¨¢s la audacia de Ferrer Salat y la CEOE, en Sevilla y otros lugares, dando certificados de buena conducta a unos y presentando a CCOO como el mism¨ªsimo demonio, digna de un ghetto,- primero, y de un holocausto despu¨¦s, pueden confundir a.alguien.
Despu¨¦s de la acci¨®n del d¨ªa 11, el prestigio de CCOO crece: en SEAT de Barcelona, del 11 hasta el 17, ingresaron en CCOO setecientos nuevos compa?eros; en M¨¢laga, cuarenta m¨¢s cada d¨ªa; en las federaciones de pensionistas y del metal se adhieren igualmente nuevos trabajadores, as¨ª como en otras organizaciones de la Confederaci¨®n.
Los resultados de las elecciones sindicales en los ¨²ltimos cuatro meses demuestran que CCOO sigue aumentando su fuerza, incluso en la empresa del presidente de la CEOE, Ferrer Internacional.
Lo quieren para impedir, en lo inmediato, que consigamos un buen estatuto de los trabajadores, y a m¨¢s plazo, hacernos pagar su crisis con m¨¢s paro, peores salarios y mantener su dominaci¨®n absoluta. Como siempre, combinan promesas con amenazas. Empiezan por propiciar el despegue y la conciliaci¨®n de clases, empujan a UGT hacia un sindicalismo que no se parezca en nada al de Largo Caballeo y de Pablo Iglesias. Despu¨¦s -piensan ellos-, quedar¨ªan enfrentados tres tipos de sindicalismo: el de presi¨®n y negociaci¨®n o de tinte comunista, el de los conciliadores o socialdem¨®cratas y los m¨¢s o menos amarillentos financiados por UCD. El gran capital y todos los reaccionarios se frotar¨ªan las manos.
No podemos caer en la trampa; los trabajadores no se dividen por ideas; se unen por intereses y por clase. No al ?divide y vencer¨¢s?, por muy sutil que sea.
De ?emergenc¨ªa? lo calificamos en los comunicados CCOO-CEPYME y CCOO-COPYME.
Hay que dar pan y trabajo a losparados; hay que salvar y reconvertir las empresas en crisis; hay que mantener la capacidad adquisitiva de salarios y pensiones cuando los precios se disparan. Para conseguir esto necesitamos medios; el patrimonio sindical y un buen estatuto del trabajador, con importantes derechos para los trabajadores y para los sindicatos. Pero necesitamos, sobre todo, unidad.
Las CCOO en nuestro congreso nos pronunciamos por un plan de solidaridad nacional contra el paro y la crisis. Por una econom¨ªa m¨¢s racional, m¨¢s nacional y m¨¢s participativo-democr¨¢tica. Por una cooperaci¨®n de todos en este plan de cuatro-cinco a?os, como hemos hecho con la Constituci¨®n y el Estatuto Vasco. Por id¨¦ntica salida para el estatuto del trabajador.
En este pa¨ªs, por alg¨²n tiempo, vamos a tener que repartirnos solidariamente trabajo, sacrificios y resultados, si queremos salir adelante. Esto exige abandonar las peque?as maniobras. Negociar siempre, pero desde posiciones de clase y de fuerza. Para los trabajadores el camino empieza en nuestra unidad de acci¨®n, y sigue con acuerdos despu¨¦s con la peque?a y mediana empresa, en torno a la lucha contra el paro y la crisis, de los que ambos somos v¨ªctimas. A continuaci¨®n, discutir con los dem¨¢s. La divisi¨®n en estos momentos equivaldr¨ªa a un suicidio de clase y nacional. S¨®lo un pu?ado, los ?mismos de ayer?, el gran capital burocr¨¢tico-olig¨¢rquico, se beneficiaria. Todos los dem¨¢s perder¨ªamos.
La postura de UGT sobre los temas que aqu¨ª se plantean se ofrece en otra tribuna libre que publicaremos ma?ana. La posici¨®n de la patronal no puede completar el marco de las fuerzas sociales ante los temas de actualidad social objeto de estos comentarios,ya que esta organizaci¨®n ha rechazado la invitaci¨®n de EL PAIS en este sentido.
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