Alcaldes siguen haciendo n¨²meros sobre los millones de deudas heredados
Los nuevos ayuntamientos democr¨¢ticos se han encontrado con unas corporaciones en ruinas y con un doble problema econ¨®mico, que ha venido a sumarse a otros de diversa ¨ªndole: unas deudas elevadas -Sevilla, 5.800 millones de pesetas; Bilbao, 2.500; Salamanca, 1.500; Barcelona deber¨¢ para fin de a?o 72.000 millones- y un d¨¦ficit presupuestario que, seg¨²n recientes declaraciones del ministro de Hacienda, al explicar el decreto-ley del Consejo de Ministros pasado que autoriza a los ayuntamientos a tomar medidas impositivas nuevas, es de 200.000 millones de pesetas y se incrementar¨¢ hasta 250.000 millones, aunque otras fuentes estiman que podr¨ªa superar los 400.000 millones.Los municipios espa?oles se han tomado esta situaci¨®n econ¨®mica con distinta filosof¨ªa. La antigua Corporaci¨®n de Alicante enajen¨® varios solares de propiedad municipal para paliar algunas deudas, medida que ha sido criticada por sus sucesores, que hubieran preferido tener patrimonio, aunque hubieran heredado deudas, m¨¢xime cuando en este cap¨ªtulo hay doscientos millones de pesetas sin cobrar, en concepto de distintos arbitrios, y se sospecha que no llegar¨¢n a cobrarse nunca.
Imaginaci¨®n para tapar huecos
En otras ocasiones, se acude a una resignaci¨®n casi cristiana, que llev¨® al concejal de Cultura de Ciudad Real a decir, ante la penuria econ¨®mica de su Ayuntamiento: ?Tenemos que suplir el dinero con imaginaci¨®n.? Hay otros casos en los que un candidato, que luego resulta vencedor, es capaz de pa vonearse de haber declarado sus pensi¨®n de'pagos en su empresa dos d¨ªas antes de las elecciones. Mariano Y¨²fera, un constructor de Mazarr¨®n que se present¨® como in dependiente y que se considera comunista cristiano, lo hizo as¨ª. Cacique adorado por muchos porque, seg¨²n algunos, ha creado puestos de trabajo, aunque haya destroza do la ecolog¨ªa de la costa murciana, se pase¨® el 1 de abril por su pueblo encartelado con aropliaciones del peri¨®dico que daba cuenta de su bancarrota. El y sus independientes dominan ahora el pueblo, donde un cementerio mud¨¦jar de m¨¢s de cuatro siglos de antig¨¹edad ha sido convertido en basurero municipal.
En aquellos municipios donde ha ganado la izquierda, donde las elecciones han supuesto un m¨ªni mo cambio, las nuevas corporacio nes est¨¢n todav¨ªa dedicadas al estudio de expedientes, an¨¢lisis de situaciones y toma de contacto con los distintos problemas de los vecinos. La urgencia o la situaci¨®n de algunos temas ha llevado a algunos ayuntamientos a tener que adoptar medidas contrarias a las que propugnaron en la campa?a electoral. Una de estas circunstancias fue la legalizaci¨®n de viviendas construidas sin licencia o sin cumplir todos los requisitos exigidos en Valladolid. Entre los casos, que eran muchos y graves, estaba la falta de licencia para el establecimiento comercial de Simago, que lleva m¨¢s de diez a?os funcionando, o la f¨¢brica Michelin, que lleva m¨¢s de cinco. El alcalde socialista abri¨® un plazo para que todos los propietarios de obras sin legalizar pidieran su legalizaci¨®n y anunci¨® que el Ayuntamiento ser¨¢ duro con las nuevas solicitudes. ?De no haber tomado esta medida?, coment¨®, ?causar¨ªamos enormes perjuicios a personas modestas que han adquirido su vivienda a costa de muchos sacrificios.?
Nadie paga impuestos
?Sab¨ªan ustedes que los ciudadanos de este pa¨ªs no pagamos impuestos, multas, arbitrios ni otro tipo de tasas municipales? ?Sab¨ªan que hasta ahora pens¨¢bamos, y nos cuesta dejar de seguir haci¨¦ndolo, que el agua, la recogida de basuras y el alumbrado municipal ca¨ªan de arriba, como los nombramientos? En algunas provincias, como Sevilla, Palencia o Salamanca, se ha empezado a notar cierta colaboraci¨®n de la gente con los ¨¢yuntamientos democr¨¢ticos en este tema. Pero no se pierdan de vista el panorama. El Ayuntamiento de Yecla, en Murcia, ha concedido una amnist¨ªa para las multas de tr¨¢fico impagadas, pero, a su vez, la precavida Corporaci¨®n ha pensado en instalar un servicio de cepos y gr¨²as. En Segovia, m¨¢s del 70% de los ciudadanos no paga el impuesto de circulaci¨®n, y lo mismo sucede en Salamanca, donde las deudas por este concepto ascienden a veintisiete millones de pesetas. En esta ciudad, los morosos dan una justificaci¨®n a su actitud y dicen que la urbanizaci¨®n de las v¨ªas p¨²blicas es muy deficiente.
Tambi¨¦n los hay bastante alejados de predicar con el ejemplo. En Bogarra, un pueblo de la sierra de Albacete, todos los miembros del Ayuntamiento deben el impuesto municipal de Veh¨ªculos, a excepci¨®n de un concejal socialista que se ha pasado por taquilla. Sin duda ignoran lo que est¨¢ sucediendo en Huelva, donde el Ayuntamiento precinta a diario unos seis coches por el mismo motivo. El alcalde de Vigo, Manuel Soto, del PSOE, prometi¨® una amnist¨ªa para las multas de tr¨¢fico, pero tuvo que variar su intenci¨®n porque le advirtieron de su ilegalidad. En este punto de las nultas, los ayuntamientos se han comportado de distintas maneras: desde casos como el de Elda, donde se est¨¢ estudiando su cobro v¨ªa juzgado, porque, al parecer, as¨ª se podr¨ªa ingresar medio mill¨®n de pesetas al mes, hasta el de Granada, cuya Corporaci¨®n se ha dicho, en un alarde de justicia distributiva: hagamos una investigaci¨®n sobre los morosos, a fin de distinguir a quienes no tengan capacidad para pagar, por encontrarse en paro, por ejemplo, cuya cuesti¨®n quedar¨ªa de finitivamente zanjada, de los que s¨ª tengan medios, a los que se obligar¨¢ a pagar por todos los medios legales.
Claro que no siempre es el contribuyente medio el que intenta eludir sus responsabilidades. Jos¨¦ Castro Alvarez es alcalde de Puente¨¢reas, un pueblo de Pontevedra, a cuyo sill¨®n se present¨®, y se lo llev¨® de calle, dentro de una candidatura que se denomin¨® independiente, aunque la opini¨®n popul ar y las conexiones conocidas la se?alaran como auspiciada por P¨ªo Cabanillas.
El se?or Castro, que fue reelegido sin dificultad, tras once a?os de desempe?o digital del cargo, es representante de los sectores m¨¢s ultras en una zona donde todav¨ªa se edita un peri¨®dico de la Hermandad de Alf¨¦reces Provisionales llamado Metralla. El alcalde de Puente¨¢reas ocult¨® durante tres meses la resoluci¨®n del Ministerio de Obras P¨²blicas por la que se denegaba definitivamente el plan de o rdenaci¨®n urbana de la comarca de El Condado, de la que es cabecera Puente¨¢reas, y que ¨¦l patrocinaba. Despu¨¦s se vio la venta de un monte comunal por dos millones y medio de pesetas a una sociedad de cuyo consejo de administraci¨®n fue luego vocal el se?or Castro. La sociedad vendi¨® el monte a Sigalsa (otra raz¨®n social, Sodiga, tiene el 51% de las acciones) y en la operaci¨®n parece que han desaparecido alrededor de nueve millones de pesetas. El monte ha de revertir ahora al Ayuntamiento, pero sin que las cuentan lleguen a estar claras.
Buscando prestamistas
Para empezar a paliar la mala situaci¨®n financiera de los ayunta mientos la mayor parte de ellos han pensado, entre otras medidas, en recurrir a pr¨¦stamos del Banco de Cr¨¦dito Local o de las Cajas de Ahorro. En casos aislados, como el de Llodio, en Alava, Ayuntamien to regido por un independiente apoyado por Herri Batasuna, se han conseguido importantes subvenciones y cr¨¦ditos de la Diputaci¨®n Foral. Esta situaci¨®n, relacionada directamente con la permanencia en Alava de los conciertos econ¨®micos, que parece ser¨¢n restituidos ahora a otras provincias vascas, ha hecho que los alcaldes guipuzcoanos y vizca¨ªnos comparen su mala situaci¨®n financiera con la saneada de sus vecinos alaveses y vean en los conciertos la ¨²nica posibilidad de resolver sus problemas.
Los ayuntamientos han propuesto tambi¨¦n otras medidas para salir del endeudamiento y del d¨¦ficit presupuestario en el que se encuentran. As¨ª, han iniciado aut¨¦nticas cruzadas de concienciaci¨®n del ciudadano para que pague las multas y los impuestos -Almer¨ªa, Huelva y M¨¢laga son tres ejemplos- y han comenzado la puesta al d¨ªa de los impuestos de radicaci¨®n de industrias o el estudio de la posible emisi¨®n de bonos municipales, como en el caso de Le¨®n. Tambi¨¦n piensan que deber¨ªa incrementarse el grado de participaci¨®n de los municipios en los impuestos generales del Estado y que habr¨ªa que elaborar nuevas ordenanzas fiscales y dar a luz, de una vez, la nueva ley de R¨¦gimen Local.
Las nuevas corporaciones saben que pocos ciudadanos pagan, pero que algunos lo hacen y ese dinero no llega jam¨¢s a las arcas municipales. Hace escasamente una semana la prensa daba cuenta de la investigaci¨®n abierta por el Ayuntamiento de Barcelona con respecto a un posible caso de corrupci¨®n municipal en la recaudaci¨®n de impuestos, cuyo producto podr¨ªa ascender a varios cientos de millones de pesetas.
Pese a todo lo anterior, tambi¨¦n hay ayuntamientos con una cierta tradici¨®n de varios a?os de terminar el ejercicio con super¨¢vit. Son los rara avis del panorama Enanciero municipal de este pa¨ªs y a veces su super¨¢vit queda dulcificado por grandes n¨²meros rojos en los bancos. Teruel, con un presupuesto de 160 millones de pesetas, ha venido saldando sus cuentas de forma positiva -dos millones en 1978-, aunque su endeudamiento con el Banco de Cr¨¦dito Local asciende a cien millones de pesetas. Sant Fel¨ª'u de Llobregat, en Barcelona, ha terminado sus tres o cuatro ¨²ltimos ejercicios con super¨¢vit del orden de los tres millones de pesetas por a?o. El Grove, en Pontevedra, cuyo alcalde es comunista, pasa por ser uno de los municipios m¨¢s ricos de Galicia y su situaci¨®n econ¨®mica mejorar¨¢ a¨²n m¨¢s a ra¨ªz de la instalaci¨®n del casino de la isla de La Toja. Zamora y Yecla, Avila -que no ha heredado deudas pero los contribuyentes deben treinta millones y muchos son ya incobrables- y Le¨®n son tambi¨¦n ejemplos de municipios menos endeudados. En la capital leonesa se termin¨® el ejercicio de 1978 con un super¨¢vit de treinta millones de pesetas, que la nueva corporaci¨®n regida por la izquierda, piensa utilizar para paliar el d¨¦ficit de servicios de la ciudad. No obstante, socialistas y comunistas han manifestado que el super¨¢vit no es una prueba de buena administraci¨®n de los fondos municipales, sino el resultado de regir el ayuntamiento con criterios de empresa privada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.