"Vamos a dejar una ciudad limpia, culta y con una circulaci¨®n libre"
Pregunta. ?Cu¨¢l es su balance de estos primeros cien d¨ªas al frente del Ayuntamiento de Madrid?Respuesta. Un balance completo es dif¨ªcil porque los asuntos son muchos. Yo lo reducir¨ªa a unos cuantos criterios esenciales que nos han permitido arreglar algunas cosas. Por lo pronto, ten¨ªamos el problema del propio Ayuntamiento como instrumento de acci¨®n. Era necesario reducir los tiempos burocr¨¢ticos con el objeto de agilizar la respuesta a las peticiones del vecindario. Eso est¨¢ en marcha y podemos decir que, por ejemplo, las licencias de obras, que tardaban hasta siete meses, teniendo que dejar en dep¨®sito o reserva grandes cantidades de dinero quienes ten¨ªan que hacer la obra, se van a conceder ahora en quince d¨ªas. Ya est¨¢ el proyecto hecho y s¨®lo falta aplicarlo a trav¨¦s de las correspondientes disposiciones.
El segundo problema era el de la actividad dentro de la casa. El personal est¨¢ aplicando un proceso de eficacia. Las salidas y entradas est¨¢n pr¨¢cticamente anuladas fuera de las horas correspondientes. Se est¨¢ logrando que los funcionarios correspondan de manera voluntaria a nuestro esfuerzo, de manera que el instrumento burocr¨¢tico se est¨¢ perfilando poco a poco. Ahora estamos en la fase m¨¢s dif¨ªcil, que es la de trasladar al personal de los lugares en los que sobra a otros en los que falta, lo que genera siempre dificultades.
El Ayuntamiento, como instrumento, ha mejorado considerablemente y creemos que va a mejorar m¨¢s. Las obr¨¢s del edificio de la calle Sacramento est¨¢n a punto de terminar y esto nos va a permitir tambi¨¦n ampliar algunos servicios. Tambi¨¦n estamos intentando comprar la casa frontal, que cierra por completo el circuito de la plaza de la Villa, con lo que nuestras instalaciones estar¨¢n ya relativamente concentradas, para que el proceso sea m¨¢s f¨¢cil.
P. ?Cree que Madrid es realmente hoy m¨¢s habitable que tres meses atr¨¢s?
R. En tres meses no se puede conseguir nada de eso, ser¨ªa una jactancia inadmisible decir otra cosa. Lo que hemos hecho ha sido informarnos de todos los problemas e intentar resolver los m¨¢s urgentes. Pero algunas cosas est¨¢n ya de hecho mejor que antes. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Gerencia de Urbanismo, que ha aplicado unos criterios muy rigurosos, concretamente en la radical eliminaci¨®n de aquellos funcionarios que teniendo exclusiva con el Ayuntamiento trabajaban tambi¨¦n para fuera, a veces, en el caso de los arquitectos, en estudios propios compartidos. Tambi¨¦n hemos acelerado aquello que no ten¨ªa una din¨¢mica suficiente, corno es el caso de Visomsa, que ya est¨¢ empezando a edificar. La Gerencia de Urbanismo ha acelerado de tal modo las cosas que en muy poco tiempo se ver¨¢n los resultados. Algunas cosas, incluso, ya se notan y este es el caso de las barriadas con chabolas, que han visto ya llegar las m¨¢quinas y que se ha empezado a edificar. Se ha visto as¨ª que el Ayuntamiento hace algo y ha renacido la confianza entre los vecinos.
En otro orden de cosas, ha que y se?alar tambi¨¦n la creaci¨®n de las zonas peatonales y los nuevos carriles-bus que entrar¨¢n en funcionamiento en septiembre y que aliviar¨¢n el tr¨¢nsito en la ciudad. Pero lo que se ha notado realmente en estos tres meses es que han disminuido las tensiones respecto al Ayuntamiento, que hemos pacificado algunos temas, que hemos evitado algunas huelgas y que hemos logrado una mayor regularidad en los transportes de la EMT. Tambi¨¦n es perceptible que la ciudad est¨¢ m¨¢s limpia y que hemos subsanado algunas deficiencias en las instalaciones deportivas municipales, concretamente en las de nataci¨®n. En definitiva, estamos trabajando para que la ciudad tenga menos pesadez. Nada espectacular, pero al menos s¨ª tenemos una plataforma de despegue que antes no exist¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa conseguir para Madrid en estos cuatro a?os?
R. Yo le aseguro que cuando nos vayamos de aqu¨ª vamos a dejar el problema de la circulaci¨®n bastante libre, una ciudad limpia, no contaminada, y una cultura municipal alta. con una capacidad de convivencia desconocida.
P. C¨®mo catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico, m¨¢s habituado a tratar con las ideas que Con las realidades, ?no se siente abrumado por un cargo en el que se le pide eficacia y no brillantez te¨®rica?
R. No me ha costado ning¨²n es fuerzo hacerine a la alcald¨ªa porque, en contra de lo que se cree, yo soy un hombre de acci¨®n y lo he demostrado bastantes veces a lo largo de mi vida. Me gusta la pr¨¢ctica. Por otra parte, los que estamos acostumbrados a emplear metodolog¨ªas para la actividad parlamentaria y hemos hecho adem¨¢s sociolog¨ªa pr¨¢ctica durante alg¨²n tiempo en Norteam¨¦rica como yo he hecho, no nos cuesta ning¨²n trabajo aplicar el m¨¦todo general a los casos concretos. Si a esto se une, no digo que la capacidad de trabajo, pero s¨ª el h¨¢bito del trabajo, el emplear las catorce horas diarias que m¨¢s o menos empleo en el Ayuntamiento no es para m¨ª ning¨²n esfuerzo. Por otra parte es un trabajo que me agrada por el cambio y hasta cierto punto yo dir¨ªa que me rejuvenece.
P. ?Ha sido satisfactorio el resultado del pacto PSOE-PCE?
R. Se ha cumplido lo que hab¨ªamos dicho, que la pr¨¢ctica une, aunque a veces separen las ideas, Trabajando en una corporaci¨®n en la que hay que resolver problemas muy concretos es muy dif¨ªcil mantener puntos de vista pol¨¦micos. Si se trata de ampliar el n¨²mero de colectores, y le pongo este emplo porque uno de estos d¨ªas se abre el concurso para iniciar los tres grandes colectores que Madrid necesita de forma urgente, qui¨¦n va a discutir los colectores. Lo que ha ocurrido es que ah¨ª estamos juntos, pero no s¨®lo los que hemos hecho eso que se llama pacto, sino tambi¨¦n UCD. La pr¨¢ctica nos est¨¢ uniendo a todos.
P. Pero UCD se queja de no poder participar como quisiera.
R. UCD forma parte de las juntas de distrito con el mismo n¨²mero de miembros que el PSOE. Es cierto que, en contra de mi criterio, no ocupa ninguna presidencia, pero, aun siendo esto importante, no est¨¢ mal representada. Tambi¨¦n forma parte de todas las comisiones informativas y tiene acceso a todos los temas. Ciertamente, nos gustar¨ªa que participase m¨¢s directamente en las tareas municipales, y ello ser¨¢ posible, seguramente, cuando se apruebe la nueva ley de r¨¦gimen local.
P. ?Un Gobierno de coalici¨®n UCD-PSOE modificar¨ªa la actual alianza municipal con los comunistas?
R. Yo creo que es pr¨¢cticamente inviable en estos momentos ese Gobierno de coalici¨®n, que tal vez hubiera sido necesario de haber continuado el acoso de la violencia. Pero el Gobierno Su¨¢rez ha salido fortalecido despu¨¦s de la aprobaci¨®n del Estatuto vasco, y cada vez es m¨¢s remota esa posibilidad de Gobierno de salvaci¨®n nacional. Pero, si se diese el caso, todos tendr¨ªamos que arrimar nuestros esfuerzos, comunistas incluidos. No veo, por tanto, que tenga que cambiar la situaci¨®n en el Ayuntamiento.
P. Unos d¨ªas antes de que fueran elegidos los nuevos alcaldes democr¨¢ticos el Gobierno opt¨® por retirarles las competencias que ten¨ªan en materia de orden p¨²blico. ?Deber¨ªan los alcaldes recuperar esas competencias?
R. Por supuesto que s¨ª. Hay temas en los que tenemos nosotros m¨¢s informaci¨®n que nadie, pero nos falta poder para intervenir. Este es el caso, por ejemplo, del tr¨¢fico de drogas en distintas zonas de la ciudad, como en el bulevar de Vallecas, que se ha convertido en un mercado diario que conocemos muy bien, sin que tengamos otra posibilidad que la de presentar denuncias. Hay que conseguir una complementariedad, porque cuando tenemos informaci¨®n nos falta poder, y al rev¨¦s.
P. Madrid pasa por ser una ciudad insegura. ?Piensa hacer algo el Ayuntamiento?
R. En este tema se ha producido un cierto desenfoque. Las calles est¨¢n m¨¢s vac¨ªas que antes, pero no s¨®lo es cuesti¨®n de miedo, lo que ocurre es que la familia tiene ahora unos determinados focos de atracci¨®n que antes no ten¨ªa. Este es el caso, por ejemplo, de la televisi¨®n. El fen¨®meno se da en todas las grandes ciudades. Ahora bien, y por lo que se refiere al tema de la seguridad, es necesario restablecer el servicio de los serenos, y lo vamos a hacer, aunque hay una cierta oposici¨®n, incluso dentro del Ayuntamiento. Yo conf¨ªo mucho en esta medida para devolver una mayor confianza a los madrile?os.
P. Los partidos de la izquierda prometieron durante la campa?a electoral que iban a modificar la fiscalidad con unos criterios progresistas que permitiesen atajar la especulaci¨®n. ?Se ha hecho algo en este sentido?
R. Estamos trabajando en el tema con intensidad. Concretamente un equipo se ha dedicado al impuesto de radicaci¨®n, que en este momento est¨¢ mal construido. Un comerciante de Vallecas, por ejemplo, paga proporcionalmente m¨¢s que el Corte Ingl¨¦s. Tenemos que volver a la equidad: que pague m¨¢s el que m¨¢s gane, y no s¨®lo esto, sino que pague tambi¨¦n m¨¢s el que utilice para su beneficio los servicios de la ciudad. Los comerciantes perif¨¦ricos no tienen Metro, ni autob¨²s, ni grandes iluminaciones, ni otras tiendas que lleven a su vez a otros clientes. Esto significa que hay que plantearse el impuesto de radicaci¨®n desde nuevos criterios.
Por otra parte, hay que revisar todo el sistema de tasas actual y lograr que se cobren. Que no suceda, como hasta ahora, que tasas tan importantes como las de basuras se pagaban mal. Actualmente hemos logrado una recaudaci¨®n de casi un 90%, pero cuando tratamos de cobrar otras, nadie las paga porque no tenemos elementos coactivos. Nuestra fiscalidad va a cambiar rotundamente.
P. ?Va a cambiar tambi¨¦n la fiscalidad para el Estado, como
"Vamos a dejar una ciudad limpia, culta y con una circulaci¨®n libre"
principal usuario de la ciudad?R. Se est¨¢ planteando en el estudio del impuesto de radicaci¨®n. El Estado ocupa muchos kil¨®metros de la ciudad, con oficinas, ministerios y con instituciones anejas. La verdad es que paga muy poco. Vamos a pedirle que pague lo que debe pagar, ni m¨¢s ni menos. Porque hasta ahora parece como si el Estado nos estuviese haciendo un favor, por ser la capital del reino, y la verdad es que no nos favorece. Somos la capital y nos tiene que atender como tal, o, si no, como una ciudad que ha pasado ya los cuatro millones y medio de habitantes.
P. El reciente decreto-ley de ayudas urgentes a los ayuntamientos, ?permitir¨¢ a Madrid salir de su servidumbre econ¨®mica?
R. No es suficiente. Es una ayuda que hemos conseguido despu¨¦s de unas largas discusiones. Al final, se ha llegado a un acuerdo que no es plenamente satisfactorio para nosotros y que nos deja todav¨ªa en una situaci¨®n dif¨ªcil. Se trata de un auxilio que a?adido a los impuestos indirectos de la gasolina y el agua, nos permitir¨¢n salvar algunas necesidades perentorias, pero realmente lo que hace falta no es llegar a una autarqu¨ªa, que es dif¨ªcil, pero s¨ª a un sistema que nos permita disponer de nuestra propia hacienda, sin estar siempre en posici¨®n de pla?idera ante el Estado.
P. ?Por d¨®nde debe llegar esa soluci¨®n, por la ley de R¨¦gimen Local?
R. Esta ley es esencial, tambi¨¦n una reforma de las normas vigentes de Hacienda. En definitiva, lo que hace falta es que la tributaci¨®n se reparta equitativamente entre el Estado, la regi¨®n y el municipio, de acuerdo con los servicios que cada uno presta.
P. Su partido vive en estos momentos una etapa importante. ?No le aparta este cargo de alcalde del debate interno del PSOE?
R. Yo he seguido siempre la vida del partido como un te¨®rico o un ide¨®logo, pero con m¨¢s proximidad que ahora. Ahora estoy bastante marginado, lo veo desde lejos, no conozco bien las interioridades, s¨®lo conozco los problemas en t¨¦rminos generales. Pero en estos momentos en que hay mucha tensi¨®n e incluso yo dir¨ªa que lucha por el poder, por el mantenimiento de posiciones personales, prefiero estar como estoy.
P. ?Piensa que en el congreso extraordinario de septiembre va a haber realmente la posibilidad de encontrar una soluci¨®n de s¨ªntesis?
R. Yo creo que s¨ª. Cabe todo, pero creo que se impondr¨¢ el buen sentido y habr¨¢ representantes de las distintas opiniones y tendencias y una vez que est¨¦n en la junta del partido tendr¨¢n que responder colegiadamente a los problemas comunes, de acuerdo con lo que se haya decidido, dejando sus cuestiones personales o de grupo al margen. Porque se trata de un partido y no de una asociaci¨®n mercantil. Esto es lo que hay que meter en la cabeza a los que quieren hacer de la junta directiva de un partido un monopolio. Aqu¨ª no hay paquetes de accionistas, y eso no cabe.
P. Usted ha solido definirse como un marxista ut¨®pico...
R. Esto no hay que tomarlo as¨ª. Soy un marxista cient¨ªfico y he dicho muchas veces que mi defensa del materialismo hist¨®rico es muy clara. Ahora, creo que si perdemos nuestro horizonte ut¨®pico hemos perdido todo. Lo que a m¨ª me mueve y a otras muchos compa?eros es que somos hormigas que llevamos nuestro granito a la monta?a del progreso, en cuya cima vemos la paz, la libertad y la igualdad. Si nos quitan el convencimiento de que vamos a hacer esa monta?a, qu¨¦ sentido tiene que llevemos nuestro granito.
P. Retornando un poco la pregunta, a usted que es marxista y a su Ayuntamiento, que es de izquierda, el movimiento vecinal le acusa de hacer una pol¨ªtica que se diferencia poco de la etapa anterior y concretamente de no permitir una participaci¨®n real de los vecinos.
R. Es cierto que la participaci¨®n no ha sido mucha hasta ahora, pero en parte por el inmenso desbarajuste que hay en esa acci¨®n vecinal. Ya se les ha dicho repetidas veces que pueden concurrir a las juntas de distrito, que pueden estar presentes y opinar, pero la ley no permite darles capacidad de decisi¨®n y adem¨¢s ser¨ªa, un error, porque ellos mismos opinan de modo distinto. Sobre cada problema tenemos cientos de cartas con opiniones contradictorias. La soluci¨®n es que recojamos las opiniones y encontremos una l¨ªnea de sentido com¨²n y de eficacia. Ahora bien, cuando la acci¨®n vecinal es positiva y homog¨¦nea en temas espec¨ªficos, no s¨®lo pedimos que opine, sino que incluso nos traiga sus proyectos.
P. Antes ha dicho que el cargo de alcalde incluso le ha rejuvenecido. ?Le gusta este puesto?
R. El puesto, no; la funci¨®n, s¨ª. El puesto, no, porque lleva consigo toda una ret¨®rica y un mundo escenogr¨¢fico que no va con mi car¨¢cter. Pero tambi¨¦n es una actividad que permite arreglar algunas cosas, ayudar al pueblo de Madrid, cumplir -que muchas veces he dicho que es la palabra m¨¢s importante del diccionario- como creo que en estos momentos no podr¨ªan hacerlo muchas personas, porque puedo armonizar distintas tendencias y equilibrar tensiones. En ese sentido estoy satisfecho.
P. ?Aspira usted a ser presidente del Gobierno?
R. No, no, no. No es m¨ª inter¨¦s ese. Creo que he llegado al m¨¢ximo como alcalde. No han de ir las cosas tan mal en este pa¨ªs como para que tenga que ocupar yo ese puesto.
P. ?C¨®mo consigue compaginar su vida de profesor con la de alcalde?
R. Cuando llega el invierno, como empiezo muy pronto, a las 8.30, mi actividad como profesor, a las diez estoy libre y puedo seguir mi vida ordinaria. As¨ª, todos los d¨ªas le dedico una hora y media a la universidad y cuando hay alguna cosa excepcional, incluso me alargo una hora m¨¢s.
P. ?Piensa volver alg¨²n d¨ªa a la universidad para dedicarse ¨ªntegramente a ella?
R. Espero, conf¨ªo, lo deseo.
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