La Commonwealth discute el conflicto de Rodesia
La conferencia de la Commonwealth aborda hoy, en Lusaka, el plato fuerte de su 22? reuni¨®n, el tema de Zimbabwe-Rodesia, y, por primera vez en mucho tiempo, un acontecimiento ocurrido ayer en Salisbury puede contribuir a mejorar la precaria situaci¨®n del obispo Abel Muzorewa.El m¨¢ximo cr¨ªtico interno de Muzorewa, el reverendo Ndabaningi Sithole, l¨ªder del partido africano de Uni¨®n Nacional, decidi¨® ayer que su agrupaci¨®n pol¨ªtica ocupe los doce esca?os en el Parlamento de Salisbury que le corresponden de acuerdo con los resultados electorales, al tiempo que anunci¨® su decisi¨®n de colaborar con el Gobierno rodesiano.
Hasta este momento, Sithole se hab¨ªa negado sistem¨¢ticamente a ocupar los esca?os parlamentarios, alegando que los comicios de abril hab¨ªan sido ?ama?ados?. Todav¨ªa no se sabe si Sithole ocupar¨¢ los dos puestos en el Gobierno de unidad nacional de Muzorewa a los que tiene derecho de acuerdo con el n¨²mero de diputados obtenidos. Tambi¨¦n se ignoran las razones que han impulsado a este dr¨¢stico cambio de actitud del hasta ahora enemigo del actual jefe de Gobierno de Salisbury.
La decisi¨®n de Sithole es doblemente sorprendente porque s¨®lo hace unos d¨ªas se hab¨ªa rumoreado la posibilidad de que Sithole y sus partidarios se unieran al sector guerrillero dirigido por Robert Mugabe.
Pero lo que resulta evidente es que, por primera vez desde las elecciones, Muzorewa puede presentar a la opini¨®n mundial y africana un Parlamento completo donde est¨¢n representadas varias tendencias de opini¨®n. La ausencia de Sithole de la asamblea de Salisbury constitu¨ªa un obst¨¢culo para la propia posici¨®n del obispo, y as¨ª se lo manifestaron en Washington y Londres.
Noticias de ¨²ltima hora recogidas por los enviados especiales de la televisi¨®n brit¨¢nica en Lusaka informan sobre la probabilidad de que se celebre una entrevista entre el secretario del Foreign Office, Lord Carrington, y el dirigente nacionalista Joshua Nkomo. Seg¨²n estas informaciones, Nkomo parece que ha suavizado su hasta ahora postura intransigente ante el discurso moderado y conciliador pronunciado por la se?ora Thatcher.
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