El aval del Estado
LOS MADRILE?OS debemos felicitarnos esta vez de la iniciativa de nuestro Ayuntamiento por su tenaz actividad a la hora de negociar un cr¨¦dito de trescientos millones de marcos (unos 11.000 millones de pesetas) con un consorcio bancario alem¨¢n. El cr¨¦dito tendr¨¢ por finalidad la financiaci¨®n del Plan de Saneamiento Integral de Madrid. Todos los miembros de la respetable Corporaci¨®n apoyan la idea de obtener una financiaci¨®n externa, aunque cada uno de ellos le a?ade sus gotitas ideol¨®gicas. El comunista y teniente de alcalde se?or Tamames parece preferir la concesi¨®n de un cr¨¦dito directo del Tesoro, que debe ser el encargado de sanear las haciendas locales. El ex alcalde y ucedista se?or Alvarez parece que encuentra un poco ofensiva la idea de buscar el dinero por ah¨ª fuera, pero no le hace tampoco feos a que fuese la banca nacional la financiadora, pero avalada por el Tesoro, como debe ser.Hay acuerdo, pues, en que, de un modo o de otro, el dinero llegue a las arcas del Ayuntamiento madrile?o y tambi¨¦n existe acuerdo -municipal, se entiende, y en principio- de que aparezca el Tesoro P¨²blico del Estado espa?ol como avalista o como acreedor directo del Ayuntamiento de Madrid.
El argumento est¨¢ clar¨ªsimo. El Tesoro garantiza un pr¨¦stamo, porque el Ayuntamiento no tiene fondos propios suficientes para acometer el Plan de Saneamiento, ni tampoco presenta un balance aceptable a los ojos de un prestamista. De este modo, todos los contribuyentes del Estado espa?ol tienen el privilegio de participar con sus impuestos en el caso, muy probable, de que el Municipio de Madrid ande corto de dineros a la hora de reembolsar al consorcio alem¨¢n. El ejemplo es magn¨ªfico para los restantes ayuntamientos del Estado espa?ol. Si sus recursos propios no son suficientes para hacer frente a sus planes reales o imaginarios, no tienen por qu¨¦ devanarse los sesos en sanear sus finanzas y conseguir con los impuestos locales atender a sus gastos o presentar un buen balance que confirme que a la hora del pago ser¨¢ solvente. La disciplina municipal ha sido rota ya en la capital del Estado, que abrir¨¢ los ojos de los ayuntamientos provinciales acerca de las magn¨ªficas expectativas de dinero estatal para todos los pueblos y ciudades.
Lo curioso es que los tres representantes del Ayuntamiento madrile?o, que seg¨²n un procedimiento u otro utilizan al Estado para, en definitiva, endeudarse en su nombre, pertenecen a partidos pol¨ªticos con implantaci¨®n en todo el territorio del Estado. Lo curioso es que los se?ores Tierno-Aymerich, socialista; Tamames, comunista, y Alvarez, UCD y buen derechista, representan a partidos o tendencias que protestan, con toda raz¨®n, de la inflaci¨®n y de los d¨¦ficit del sector p¨²blico del Estado o la Seguridad Social. Ya es hora de que las nuevas y esperadas administraciones de los ayuntamientos emprendan seriamente el espinoso camino de ordenar y equilibrar los presupuestos municipales. Por supuesto, esto no es flor de uno ni de cien d¨ªas, pero hay que empezar. Hasta ahora s¨®lo hemos o¨ªdo hablar de gastos, sueldos y personal directivo, pero de meter en vereda los gastos se ha o¨ªdo muy poco en unos ayuntamientos a los que el diario ingl¨¦s Financial Times se?alaba hace muy poco como los m¨¢s manirrotos de Europa. Dicen los ingleses que el transporte urbano de Madrid es el segundo en sus costes por kil¨®metro en el viejo continente. El primero resulta que es Barcelona. Buen consuelo. Buen consuelo. Sin duda, el alcalde Tierno deb¨ªa estar en el ajo de la prodigalidad barcelonesa cuando ha partido en busca de cr¨¦ditos exteriores que tendr¨¢n que garantizar los contribuyentes manchegos, andaluces, vascos, valencianos, etc¨¦tera, y pagarlos, si las deudas del Ayuntamiento de Madrid las cubre el Estado de todos los espa?oles. Claro que a lo mejor estamos equivocados y el Ayuntamiento negociar¨¢ el pr¨¦stamo sin el aval del Estado. ?Con qu¨¦ aval entonces?
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