"Miseria" de la Condici¨®n Femenina en Espa?a
La Subdirecci¨®n General de la Condici¨®n Femenina ha pasado de tener un presupuesto de 95 millones de pesetas el pasado a?o a contar con poco m¨¢s de 51 en el presente. Los servicios de orientaci¨®n familiar, establecidos por un decreto conjunto de los ministerios de Sanidad y Cultura en septiembre de 1978, est¨¢n paralizados, y los pocos existentes -en Madrid s¨®lo hay uno, en Vallecas- funcionan a medias y con criterios muy distintos a los que la Subdirecci¨®n de la Condici¨®n Femenina, a trav¨¦s del Ministerio de Cultura, hubiera querido darles, seg¨²n sus responsabilidades. Informa
Medio mill¨®n de folletos de informaci¨®n sobre m¨¦todos anticonceptivos, que se redactaron y editaron en la citada subdirecci¨®n, duermen en una habitaci¨®n del departamento, con expresa prohibici¨®n de que sean repartidos; los centros de Informaci¨®n de la Mujer y el Centro de Documentaci¨®n, creados para dar respuesta a dudas de cualquier especie y terminados desde hace meses, no han entrado en funcionamiento hasta ahora -parece que lo har¨¢n en septiembre u octubre, en C¨¢ceres, Palma de Mallorca, Madrid y Sevilla- por falta de locales y por algunos indicios de bloqueo presupuestario. Pese a todo esto, Margarita Espa?a, directora general -director, dice ella- de Desarrollo Comunitario, de quien depende Condici¨®n Femenina, afirnia que no posee indicios de que la Administraci¨®n tenga abandonado el tema de la mujer o quiera quit¨¢rselo de en medio; dice que ?mientras yo est¨¦ aqu¨ª la Subdirecci¨®n de Condici¨®n Femenina es sagrada?, y justifica los olvidos del poder por el poco rango administrativo del organismo. Al fin y al cabo, ?una subdirecci¨®n no es m¨¢s que una subdirecci¨®n, desde el punto de vista de la Administraci¨®n. Yo querr¨ªa que fuera incluso una secretar¨ªa de Estado y tuviera m¨¢s amplios poderes. Ya veremos si alguna vez nos toman en serio?.As¨ª, las responsables de un organismo de poco m¨¢s de dos a?os de vida -su creaci¨®n data de junio de 1977- remiten el poco contenido pr¨¢ctico de sus competencias a los Ministerios de Hacienda y Sanidad y afirman que no pueden interpretar como desinter¨¦s la absoluta falta de respuesta de estos departamentos. ?C¨®mo reaccionaron, por ejemplo, ante el recorte presupuestario de casi el 50%? ??C¨®mo vamos a reaccionar? En la Administraci¨®n, ese es el problema. Pero se pueden hacer cosas con el dinero que nos han dado. A veces la cuesti¨®n no estriba en tener mucho dinero, sino en c¨®mo se usa?, dice Mar¨ªa del Mar Vanaclocha, subdirectora general de la Condici¨®n Femenina. ?Pero no se ven frenadas, como si no interesara a nadie lo que se traen entre manos? ?Eso, siempre; nos frenan en todos los lados?. Y para colmo, fuentes de la subdirecci¨®n afirman que ?tenemos fama de izquierdosas dentro del Ministerio?.
Los Centros de Informaci¨®n de la Mujer
Los Centros de Infonnaci¨®n de la Mujer (CIM) y el Centro de Documentaci¨®n y Biblioteca de la Mujer se pensaron como organismos dependiente de Condici¨®n Femenina. El primero de ellos tiene codificadas 10.000 respuestas de un amplio temario, desde problemas jur¨ªdicos a ense?anza, reglamentaci¨®n de trabajo, direcciones ¨²tiles y cuestiones diversas. La biblioteca se compone de cerca de 2.000 vol¨²menes sobre temas relacionados con la mujer. El retraso en la entrada en funcionamiento de estos dos servicios se centra, principalmente, en la falta de locales, aunque algunas opiniones apuntan la falta de inter¨¦s de Margarita Espa?a, directora general de Desarrollo Comunitario, para gestionarlos. Esta falta de inter¨¦s, seg¨²n las mismas fuentes, habr¨ªa llevado a bloquear los presupuestos destinados a los servicios relacionados con el CIM.
Problemas de alquiler
Ante la inexistencia de un sitio para trabajar, los equipos del CIM intentaron instalarse en algunos de los antiguos locales alquilados por la Secci¨®n Femenina o el Instituto de la Juventud, aunque con algunos de los propietarios de esos locales hayan tenido problemas, ya que aqu¨¦llos pretenden elevar los precios de los alquileres. Los precios estaban bastante reducidos y congelados desde a?os atr¨¢s, en funci¨®n, en algunas ocasiones, de la adhesi¨®n de los due?os a las ideas que los inquilinos anteriores representaban. Un caso de esta adhesi¨®n es el de la propieatria del chalecito de Rodr¨ªguez Mar¨ªn, n¨²mero 36, donde iba a estar el Centro de Informaci¨®n de la Mujer de Madrid, de donde echaron al equipo del CIM, tras alegar la propietaria-que lo necesitaba para ella. Con anterioridad, en este local hab¨ªan cortado el gas y les hab¨ªan dejado de enviar los peri¨®dicos por falta de pago, hechos que algunas personas relacionan con la escasa velocidad con que se tramitan las facturas por parte de las responsables de la Direcci¨®n General de Desarrollo Comunitario, especialmente de alguna antigua militante de la Secci¨®n Femenina.
Actualmente, el CIM est¨¢ instalado desde primeros de julio, aunque sin inaugurarse, en la calle de Men¨¦ndez Pelayo, y all¨ª trabajan de doce a catorce personas, dos de ellas hombres. Este nuevo emplazamiento tambi¨¦n tuvo problemas, hasta el pu?ao de que hace unos meses el due?o se neg¨® a dejar entrar la mudanza con los muebles del CIM por considerar que se le pagaba un alquiler demasiado bajo. Al final, el CIM ha logrado instalarse all¨ª, en un piso por cuyos rincones hay todav¨ªa pilas de libros de la Formaci¨®n Pol¨ªtica del Bachillerato de la ¨¦poca franquista y manuales de hogar y corte y confecci¨®n, entre otros recuerdos del reciente pasado. Este cambio de domicilio del CIM ha hecho que ya no sirvan para nada los 50.000 folletos que se editaron sobre ?Qu¨¦ es el CIM? y que estaban sin distribuir, entre otras cosas porque no se ha inaugurado el centro. Ante la tardanza en abrir estos centros de informaci¨®n, pese a estar terminado, cundi¨® la sospecha de que la directora general de Desarrollo Comunitario quisiera traspas¨¢rselo al padre Verd¨², coordinador de las Aulas para la Tercera Edad, dependientes de la Direcci¨®n General, quien, seg¨²n esta hip¨®tesis, habr¨ªa llevado a trabajar a un equipo suyo totalmente nuevo, que no tendr¨ªa nada que ver con el actual.
Margarita Espa?a, directora general de Desarrollo Comunitario, niega cualquier versi¨®n que la relacione con el bloqueo presupuestario al CIM, o con esa opini¨®n de algunas fuentes de Condici¨®n Femenina, en el sentido de que ?en sus ¨²ltimas intervenciones siempre nombra a la familia, a los ni?os, a los subnormales; a todos, menos a la mujer?. ?Yo?, dice Margarita Espa?a, ?no he bloqueado nada. Hemos luchado por tener un edificio mat¨¢ndonos a buscar sitio y estoy deseando ver el CIM en la calle. Por otra parte, es falso que haya pensado en el padre Verd¨² para dirigir el centro. ?Faltar¨ªa! ?
La directora general no se considera ?una feminista militante, aunque reconozco la realidad del momento actual y la discriminaci¨®n de la mujer?. ?No es que yo no hable nunca de la mujer?, dice Margarita Espa?a, ?si no que antes de ser director general de la mujer estuve en la Subdirecci¨®n de la Familia y me lo s¨¦ mejor. No obstante, para m¨ª las tres subdirecciones que tengo -Familia, Condici¨®n Femenina y Bienestar Social- son igual de importantes.? Tambi¨¦n rechaza que la prohibici¨®n de distribuir los 500.000 folletos sobre anticonceptivos editados por Condici¨®n Femenina radique en ella: ?Yo no tengo nada que ver. Creo que el Ministerio de Sanidad no dio el visto bueno a la parte t¨¦cnica de los folletos dec¨ªan que el lenguaje era demasiado elevado y que no ten¨ªan calidad suficiente. Son problemas de compartir competencias. Al fin y al cabo yo soy de UCD y UCD est¨¢ contra el aborto. En tonces, tendr¨ªa que estar a favor de la planificaci¨®n familiar, de la informaci¨®n. Pero por ese camino la cosa est¨¢ un poco paradilla.?
Un "curriculum" divertido
Margarita Espa?a, 38 a?os -?no pongas la edad; bueno, haz lo que quieras, es una chorrada?- tiene un curriculum que ella califica como divertid¨ªsimo. Cuando hac¨ªa tercero de Farmacia se cas¨® con Mariano Rabad¨¢n -?es m¨¢s majo que cien?, ?el mejor economista que tiene Espa?a?-, cuya foto figura sobre la mesa de su despacho, se fue a Ginebra, ?porque mandaron a Mariano a hacer el staff de una banca?, y acab¨® la carrera al nacer el tercero de sus hijos, aunque nunca le gust¨® demasiado Farmacia. Luego hizo dos a?os de Econ¨®micas en la Aut¨®noma, ?porque me interesaban mucho los temas de Mariano? y se diplom¨® en An¨¢lisis Financiero. ?A todo esto?, dice, ?iba teniendo los ni?os y no buscaba trabajo porque mi primera funci¨®n era estar con los chavalillos hasta que los mandaba al colegio.? Hizo un a?o de Psicoan¨¢lisis Aplicado, dos a?os de Teolog¨ªa Moral y se diplom¨® en t¨¦cnicas proyectivas en el campo de la Psicolog¨ªa Aplicada.
Su primer trabajo fue en el Tel¨¦fono de la Esperanza, aunque a ella le gusta decir ?centros privados de orientaci¨®n familiar?, porque -afirma-, all¨ª el anonimato es importante. En 1977 hizo la campa?a de UCD, ?aunque en la lista iba con el n¨²mero 36, la cuarta suplente?, y ?me casqu¨¦ veintid¨®s m¨ªtines hablando sobre la mujer, la familia y la educaci¨®n?. La primera vez que se empez¨® a concienciar un poco fue en una cena, ?por un amigo de Mariano que trabaja con ¨¦l en el grupo March? y entr¨® en el Partido Popular. ?No conoc¨ªa a P¨ªo Cabanillas?, dice, que ¨¦l era el presidente y yo una mico de la base. ? La directora general niega haber tenido contactos con el Opus Del -??Por favor!?-, ?ni con la Acci¨®n Cat¨®lica, ni con nada?. Afirma que educa a sus hijos, ?sin discriminarlos por raz¨®n de sexo?.
?Por qu¨¦ Margarita Espa?a dice siempre que es director general? ?Las de Condici¨®n Femenina?, afirma, ?me reniegan. Pero cuando fui a jurar el cargo, eljefe de protocolo, que sabe diecinueve idiomas, me explic¨® que se utilizaba la palabra en ambos casos. ?
Las responsables de Condici¨®n Femenina y de la Direcci¨®n General de Desarrollo Comunitario, de la que depende, consideran importantes las actividades que est¨¢n llevando a cabo y algunas de las que han hecho como un convenio con Radio Ecca, para la formaci¨®n permanente de adultos, sobre todo mujeres, en el medio rural, otro convenio con Editorial Marsiega, por el que se montaron ciclos de informaci¨®n a la mujer en diecisiete provincias, la convocatoria de los premios nacionales Mar¨ªa Espinosa para trabajos realizados sobre temas de la mujer y otras actividades. ?Actualmente?, dice Margarita Espa?a, ?estamos centradas en propiciar el tema de la investigaci¨®n de la paternidad y en la creaci¨®n de un comit¨¦ de seguimiento del desarrollo legislativo de la Constituci¨®n desde el punto de vista de la mujer. Tambi¨¦n queremos crear grupos de animaci¨®n sociocultural que canalicen la acci¨®n de Condici¨®n Femenina -hay en preparaci¨®n en nueve provincias-, nos hemos reunido con las mujeres de los sindicatos y pensamos sacar en octubre alguna publicaci¨®n que recoja informaci¨®n e inquietudes sobre la mujer.?
?Uno de los puntos en que m¨¢s queremos insistir?, dice la directora general, ?es en lo relacionado con la Seguridad Social y la incidencia de la reforma fiscal, que penaliza el trabajo de la mujer. Si un hombre est¨¢ en paro, la mujer no puede meterlo en su cartilla y ¨¦sta no percibe lo que le dan al hombre por tener una mujer. A m¨ª me lo dijo Mariano: ?Chiqui, si ma?ana nos separamos nos ahorramos 600.000 pesetas de impuestos. ?
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