Andr¨¦s Segovia
avanza despacio, pero con seguridad, pisando levemente el escenario de madera. En el auditorio, algunos espectadores se revuelven inquietos, porque quiz¨¢ el ruido de sus relojes puede perturbar al gran guitarrista espa?ol. Este, mientras, prepara su guitarra y se aproxima la banqueta -especialmente construida para ¨¦l- de aluminio, plegable. Antes de iniciar el con cierto piensa en su hijo de siete a?os, que en Madrid ya estudia para ser otro gran guitarrista es pa?ol. El concierto comienza y los ingleses que le escuchan -la escena descrita sucede en Londres- no mueven un p¨¢rpado hasta que el maestro acaba. Los aplausos le envuelven. Ahora, en Buenos Aires, donde Andr¨¦s Segovia ha ofrecido una serie de actuaciones, el guitarrista se ha llevado, junto a la satisfacci¨®n de los aplausos, una desagradable sorpresa. Cuando fue a buscar su banqueta de concierto se encontr¨® con que la hab¨ªan robado unos desconocidos. La noticia la public¨® la prensa argentina anteayer y hasta el momento no consta que haya aparecido el objeto. Los organizadores del con cierto han hecho un dram¨¢tico llamamiento a los ladrones de la banqueta, a quienes piden encarecidamente que devuelvan el peque?o mueble que han sustra¨ªdo ?como recuerdo?. La banqueta, afirman, ?es imprescindible para el maestro ?. Andr¨¦s Segovia ya regres¨® a Espa?a. Se espera que su banqueta corra la misma suerte que la capa de la reina Sof¨ªa, que le fue robada tambi¨¦n en Buenos Aires, con motivo de una visita de la pareja real a Argentina. La capa volvi¨® a su due?a. Mientras no aparezca el mueble sustra¨ªdo a Segovia, ¨¦ste seguir¨¢ tocando, porque, como dijo hace unos d¨ªas, ?tocar¨¦ mientras tenga fuerza en los dedos?. En la actualidad, Andr¨¦s Segovia tiene 86 a?os. EL PAIS quiso saber ayer si ya le hab¨ªa sido devuelta su banqueta. En su domicilio de Madrid no estaba el maestro.
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