Cien mil personas la aparici¨®n de The Who en Londres
El hecho de ver a 100.000 personas reunidas en el. espacio justo para darles apretadamente cabida es por s¨ª mismo un espect¨¢culo. Pero si a eso se a?ade las salvajes vibraciones de un buen rock, la fascinante actuaci¨®n de quienes lo producen, la magia de las luces que barren el escenario o del rayo l¨¢ser que hace aparecer en el aire fant¨¢sticas figuras tridimensionales, aquello se convierte en un verdadero alucine, entre salvaje ceremonia tribal y anticipaci¨®n futurista.Ese, fue el recital de The Who, en el que todos esos elementos concurrieron, llevando al m¨¢ximo las posibilidades del rock como fiesta masiva, circo y teatro. The Who demostraron que, despu¨¦s de quince a?os, conservan sus facultades. Consiguieron electrizar al p¨²blico, en el que los nuevos teen-ager se mezclaban con los viejos para admirar la misma m¨²sica, los mismos trucos que les dieron el ¨¦xito en su d¨ªa, la m¨ªtica furia destructiva de The Who.
Como en los mejores tiempos, Pete Townshend, alma del grupo, recorr¨ªa el escenario, ametrallando con la guitarra a los espectadores, hac¨ªa girar el brazo derecho como un molinete y saltaba con las piernas tiesas. La gente aullaba de entusiasmo. Mientras, Roger Daltrey practicaba sus lanzamientos de micr¨®fono con el mejor estilo de los cantantes de rock, y John Entwistle, impasible, como suelen ser todos los bajos, se concentraba en su trabajo. Por detr¨¢s, Kenny Jones, el bater¨ªa que sustituye a Keith Moon, muerto el a?o pasado de una sobredosis, y que por primera vez actuaba con ellos en p¨²blico, a la altura de las circunstancias, mantuvo el ritmo durante las casi dos horas de actuaci¨®n.
El recital fue una antolog¨ªa, como el que ofrecieron en mayo pasado en Frejus (Francia), a modo de ensayo, con ocasi¨®n del estreno de sus pel¨ªculas The kids are alright y Quadrophenia, en el Festival de Cannes. Empezaron con sus primeros t¨ªtulos famosos: Substitute, un single aparecido en 1966, que fue retirado del mercado por razones legales, o I Can't explain. Despu¨¦s, algunos temas de lo que, seg¨²n muchos, es su mejor disco, Who's next: Barba O'Riley, Behind blue eyes y Wont get fooled again, que sali¨® en 1971 en Espa?a con dos canciones censuradas. Inevitable, My generation, himno de una generaci¨®n, single de 1965, que forma parte del ¨¢lbum Quadrophen¨ªa, y es una de las canciones de la pel¨ªcula de ese mismo t¨ªtulo. Tambi¨¦n interpretaron otros temas del ¨¢lbum: Doctor Jimmy y Bell Boy. El punto cumbre del recital se alcanz¨® con Pimball Wizard y See me free me, de la ¨®pera Tommy. El rayo l¨¢ser entr¨® en acci¨®n, el escenario se llen¨® de humo y la gente, enfebrecida, se puso en pie con los brazos en alto para corear la canci¨®n. Ya se hab¨ªan consumido centenares de galones de cerveza -la llevaban en bidones de pl¨¢stico- y los porros pasaban de mano en mano. Pero no hac¨ªa falta ni beber ni fumar para colocarse. Bastaba con ver aquello. Continuaron con su elep¨¦ Who are you, para terminar con Long live rock, su ¨²ltimo hit reeditado por la banda sonora de la pel¨ªcula The kids are alright, a¨²n in¨¦dito en Espa?a. Pero el p¨²blico no se conform¨® con eso. Millares de cerillas y mecheros se encendieron para reclamar la repetici¨®n. Despu¨¦s de hacerse rogar un buen rato, volvieron a salir, por fin, The Who y cantaron un tema ya cl¨¢sico del rock, Summertime blues, de Eddie Cuchan.
Qui¨¦nes son los Qui¨¦n
La presentaci¨®n de The Who en Wembley es s¨®lo parte del formidable montaje -pel¨ªculas, discos, camisetas, p¨®sters...- que son capaces de organizar las grandes empresas del mundo musical. Este verano, en dos salas c¨¦ntricas de Londres pr¨®ximas a Picadilly, se proyectan las pel¨ªculas de The Who. La primera, Quadrophenia, dirigida por Frank Roddam, que se estren¨® en 1973, es la historia de Jimmy, que ejemplariza la de toda una generaci¨®n de adolescentes que vivieron la apoteosis del pop y las encarnizadas batallas entre rockers y mods, que durante una ¨¦poca se celebraron como un ritual todos los fines de semana en las playas de Brighton.La otra pel¨ªcula, The kids are alright, es una especie de biograf¨ªa del grupo, lo que son y lo que fueron, a base de fragmentos de sus, principales actuaciones, entrevistas y algunos n¨²meros que ellos montan.
En las colas de esos cines y por la calle se ven j¨®venes quincea?eros vestidos con las camisetas de The Who -la o de la inscripci¨®n coronada de una flecha- y otros con el t¨ªpico uniforme de los mods; el pelo corto, pantalones Levis y amplios anoraks. Los milagros de la publicidad, del marketing a gran escala hacen posible estos fen¨®menos. Pero la aplicaci¨®n de todos los recursos de comercializaci¨®n y venta del producto no empa?a el m¨¦rito del grupo, que integra con The Beatles y The Rolling Stone la trinidad sagrada del pop. En concreto, The Who fueron los profetas de una generaci¨®n de teenagers que se identificaban con las canciones que escrib¨ªa Pete Townshend en primera persona, en las que expresaba sus neuras, traumas, decepciones y fracasos juveniles y, sobre todo, participaban con entusiasmo de la violencia de sus actuaciones p¨²blicas, al t¨¦rmino de las cuales ten¨ªan la sana costumbre de destrozar gran parte de sus car¨ªsimos equipos.
Babelia
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