La bailarina Vlasova, abandona libremente Estados Unidos
La bailarina del ballet Bolshoi Ludmila Vlasova comunic¨® anoche personalmente a funcionarios del Gobierno de Estados Unidos su intenci¨®n de regresar a la URSS, poniendo fin as¨ª al extra?o incidente diplom¨¢tico entre las dos superpotencias creado por la retenci¨®n durante tres d¨ªas de un avi¨®n sovi¨¦tico en el aeropuerto de Nueva York por las autoridades norteamericanas.
Ludmila Vlasova, de 36 a?os, se entrevist¨® con diplom¨¢ticos norteamericanos en un peque?o autob¨²s que se hab¨ªa estacionado junto al avi¨®n de Aeroflot, en el que la bailarina y otros 52 ciudadanos sovi¨¦ticos, una docena de ellos ni?os, hab¨ªan pasado las ¨²ltimas 72 horas.El principal negociador de Estados Unidos en esta crisis, Donald Mchenry, de quien se habla como nuevo embajador en la ONU, declar¨® anoche en la terminal del aeropuerto Kennedy que la bailarina sovi¨¦tica le hab¨ªa convencido de que quiere regresar voluntariamente a la URSS y no lo hace bajo presiones o amenazas. Ludmila Vlasova rechaz¨® una entrevista con su marido, el bailar¨ªn Alexander Godunov, que se refugi¨® en Norteam¨¦rica el pasado jueves y dijo despu¨¦s que su mujer estaba siendo obligada a volver a Mosc¨².
Los norteamericanos dieron permiso de salida al avi¨®n sovi¨¦tico, un Ilushin 62 blanco y azul, que deb¨ªa haber despegado anoche a las once y media, hora de Madrid. Sin embargo, la fuerte lluvia reinante oblig¨® a un nuevo aplazamiento, si bien se espera que el aparato sovi¨¦tico salga para Mosc¨² a primera hora de la madrugada del martes.
La Casa Blanca se declar¨® ?satisfecha? del desarrollo del incidente, y el jefe de prensa, Jody Powell, manifest¨® anoche que los extranjeros tienen derecho a elegir libremente si quieren abandonar Estados Unidos. Por su parte, el secretario de Estado en funciones, Warren Christopher, dec¨ªa que el incidente supone una reafirmaci¨®n del principio de ?no repatriaci¨®n forzosa?.
M¨¢s satisfechos se mostraban los sovi¨¦ticos, ya que, seg¨²n un fot¨®grafo norteamericano que logr¨® entrar anoche en el avi¨®n de Aeroflot, los pasajeros acogieron con aplausos y risas a la bailarina despu¨¦s de la entrevista de ¨¦sta con los diplom¨¢ticos estadounidenses, y vasos y botellas anunciaban los brindis con que ser¨ªa festejada la salida de Nueva York, despu¨¦s de una retenci¨®n de tres d¨ªas.
La entrevista dur¨® veinte minutos y estuvieron presentes un n¨²mero indeterminado de funcionarios de los dos Gobiernos, junto con los int¨¦rpretes correspondientes.
Las negociaciones fueron especialmente tensas en los primeros momentos, cuando las dos superpotencias intercambiaron desacostumbradas acusaciones en la ¨¦poca de la distensi¨®n.
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La bailarina Ludmila Vlasova no recibi¨® amenazas, seg¨²n propia confesi¨®n
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La atm¨®sfera no fue ?coercitiva?, seg¨²n los norteamericanos, que admitieron que la bailarina habl¨® libremente. Cuando le preguntaron a Ludmila Vlasova si estaba siendo amenazada, ella respondi¨® con una sonrisa: ??Acaso tengo yo aspecto de estar amenazada??, a lo que el principal negociador norteamericano responder¨ªa m¨¢s tarde: ?La verdad es que ten¨ªa aspecto de bailarina?.
Para conseguir esa breve entrevista hicieron falta largas y tediosas negociaciones, que en algunos momentos se desarrollaron a muy alto nivel pol¨ªtico y diplom¨¢tico. Los norteamericanos quer¨ªan hablar con la bailarina fuera del avi¨®n, en un ?ambiente no coactivo?, mientras que los sovi¨¦ticos se negaban a que Ludmila Vlasova saliera, pero no a que los diplom¨¢ticos estadounidenses entraran en el aparato.
Por fin se lleg¨® al acuerdo de un lugar ?neutral? para el encuentro, y se pens¨® primero en una sala m¨®vil, de las empleadas en el aeropuerto para transportar pasajeros, aunque al final se opt¨® por un autob¨²s peque?o, blanco y amarillo. Poco despu¨¦s de las diez de la noche del lunes, hora de Madrid, ten¨ªa lugar el encuentro, y al filo de la medianoche se anunciaba que los norteamericanos se daban por satisfechos con la declaraci¨®n de la se?ora Vlasova y permitir¨ªan despegar el avi¨®n ruso.
Desde que fuera retenido, de forma espectacular, el pasado viernes, en la terminal de Pan Am del aeropuerto Kennedy, de Nueva York, Ludmila Vlasova y otros 52 ciudadanos sovi¨¦ticos permanecieron dentro del avi¨®n. Aunque se facilit¨® alimentos y bebidas, as¨ª como aire acondicionado, la incomodidad fue obvia para los frustrados pasajeros. Un grupo de pasajeros norteamericanos sali¨® el s¨¢bado por la ma?ana y vol¨® a Mosc¨² por otros medios, v¨ªa Londres.
No se conocen por el momento las reacciones del bailar¨ªn Alexander Godunov, que hab¨ªa repetido, a trav¨¦s de comunicados le¨ªdos por su abogado, que su esposa estaba siendo obligada a salir de Estados Unidos. La bailarina hizo una declaraci¨®n el s¨¢bado en la que dec¨ªa querer a su marido, pero expresaba su deseo de regresar a Mosc¨².
El resto del ballet Bolshoi, finalizada su actuaci¨®n en Nueva York, lleg¨® ayer a Chicago, donde estar¨¢ menos de una semana, para finalizar su gira en Los Angeles.
Por su parte, la madre de Ludmila Vlasova se dirigi¨® ayer a las autoridades norteamericanas, a trav¨¦s de un mensaje radiado desde Mosc¨², en el que solicitaba al Gobierno de Washington que dejase de presionar sobre su hija.
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