Las autonom¨ªas
Acabamos de asistir a la discusi¨®n del segundo Estatuto de Autonom¨ªa, el de Catalu?a, que junto al de Euskadi ha abierto la larga serie de los programados para su pr¨®xima aprobaci¨®n. El espect¨¢culo ofrecido en los dos casos citados ha tenido a veces ribetes de tragicomedia, pues las buenas intenciones de los parlamentarios de turno que en peregrinaci¨®n ven¨ªan a Madrid, unidos como una pi?a, jur¨¢ndose el no aceptar se negociase por separado con ninguno de ellos, se estrellaban con la diab¨®lica habilidad negociadora del se?or Su¨¢rez, que les desbarataba su estrategia y les impon¨ªa su l¨ªnea de juego, llegando a tratar ¨²nicamente con el PNV en el caso vasco, marginando despectivamente al resto, y en la m¨¢s escandalosa de las intimidades, con nocturnidad y alevos¨ªa. Los negociadores catalanes tuvieron tambi¨¦n que doblar la rodilla y pasar por la Moncloa, sustrayendo el protagonismo pol¨ªtico que en estas lides deber¨ªa tener el Congreso de los Diputados en la comisi¨®n formada al efecto. Y as¨ª ser¨¢ m¨¢s o menos en los pr¨®ximos casos.Yo creo que esto no es serio; no deber¨ªa darse ese derroche de energ¨ªas y de tiempo por parte de los parlamentarios de cada pedazo de Espa?a con aspiraciones a ser titulado como pa¨ªs.... en la elaboraci¨®n de un anteproyecto que tras posteriores enfrentamientos con UCD y despu¨¦s de herc¨²leos trabajos y amenazas, m¨¢s o menos veladas, por todo aqu¨¦l que se cree con derecho a lanzarlas, sale aprobado un Estatuto provisional que a¨²n deber¨¢ recorrer m¨¢s tarde el camino se?alado hasta adoptar la forma definitiva.
No es serio que materia tan importante pueda depender de la habilidad negociadora de unos ciertos se?ores, en un momento determinado, sujeta a la influencia de los acontecimientos de todo tipo, que en el transcurso de las negociaciones puedan darse, de que el se?or Su¨¢rez est¨¦ o no de viaje, etc¨¦tera; en fin, todo un c¨²mulo de circunstancias que har¨¢n inevitablemente el que unos estatutos salgan ?mejor? que otros, seg¨²n les fue la discusi¨®n a sus defensores, cuando en el fondo, salvo escas¨ªsimas peculiaridades propias de cada pueblo en concreto, el articulado podr¨ªa/deber¨ªa ser id¨¦ntico para todos, porque no tiene ninguna justificaci¨®n el que un pueblo consiga unas cotas de autogobierno y otro no llegue y otro no las sobrepase.
El Congreso y el Senado deber¨ªan haber discutido y elaborado un texto ¨²nico, que refrendado posteriormente por todos los espa?oles ser¨ªa de aplicaci¨®n inmediata a los diferentes pueblos, que previamente se habr¨ªa acordado cu¨¢les, y que ser¨ªan destinatarios de su correspondiente estatuto de autonom¨ªa, sin quedar nadie fuera.
Esto, que dar¨ªa la mayor armon¨ªa posible a la naci¨®n, es una estructura federal, que pienso resulta ser la m¨¢s justa y equitativa, y no est¨¢ re?ida con la Monarqu¨ªa; pero, claro, ya fue vetado en su d¨ªa por la Constituci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.