Crisis del tapiz en la Bienal de Lausana
El tapiz moderno, que ha desbordado el viejo arte de tejer, ha vivido dos grandes momentos hist¨®ricos, el promovido por Jean Lurcat, encaminado a superar el cartonismo pictoricista, y el capitaneado por las escuelas del Este, con la polaca Magdalena Abakanowicz a la cabeza, destin,ado a liberarlo de la antigua servidumbre artesana y proporcionarle la consiguiente autonom¨ªa art¨ªstica. El tapiz contempor¨¢neo es desde entonces a propuesta tejida libremente en la que se ponen en juego formas, materiales, t¨¦cnicas, vol¨²menes, texturas, colores, relaciones con el espacio, etc¨¦ter¨¢, por parte de un artista que dirige o realiza ¨¦l mismo su obra.Estos dos momentos ¨¢lgidos del tapiz moderno han sido impulsados desde y por Lausana. Desde la famosa Bienal Internacional de la Tapicer¨ªa, que se viene celebrando desde 1962 en el Museo Cantonal de Bellas Artes,y por el Centro Intemacional,de la Tapicer¨ªa Antigua y Moderna (CITAM), con sede en la misma ciudad h¨¦lv¨¦tica, que ha sido el ¨®rgano impulsor, a nivel te¨®rico y pr¨¢ctico de tal renovaci¨®n y de la misma Bienal.
Su influencia ha llegado a tal l¨ªmite que hoy d¨ªa, cuando se considera que el llamado tapiz contempor¨¢neo se ha impuesto iniernacionalmente, se habla de un estilo de Lausana, de l¨ªmites imprecisos y amplios m¨¢rgenes de actuaci¨®n, que tiene como com¨²n denominador lo que a t¨ªtulo de modelo ha venido exhibi¨¦ndose en la Bienal lausanianados, cuatro o seis a?os ante, presentado por las consabidas vedettes que han sido aupadas oficial u oficiosamente por los grandes intereses comerciales o nacionales que logicamente inciden en toda bienal.
Hacia una revisi¨®n de criterios
Ante tal realidad, criticada por los miles de tapiceros excluidos ,cada a?o por una selecci¨®n espartaquiana, se?alada bianualmente por amplios sectores de la cr¨ªtica y detectada por los mismos organizadores, se ha pretendido que esta IX Bienal fuera un punto y aparte o, por lo menos, supusiera un golpe de tim¨®n hacia otros rumbos menos escol¨¢sticos o mercantiles y m¨¢s creativos, como lo fueron los de los a?os sesenta. Una salida de este cul de sac era la reforma de los estatutos de la Bienal de manera que ¨¦sta siguiera siendo un concurso abierto a todos los tapiceros del mundo, que ofrece una imagen puntual de la evoluci¨®n de la especialidad, a la manera de sism¨®grafo, s¨®lo,que, de ahora en adelante, el jurado de selecci¨®n, compuesto por diez personas (cr¨ªticos y directores de museos), ya no trabaja a partir de propuestas maquetas y, memorias escritas) nominales, disponiendo de cuantos datos personales obran en los formularios exigidos por la Bienal, sino que debe elegir sobre candidaturas an¨®nimas sin ninguna indicaci¨®n de la escuela, galer¨ªa, nacionalidad o procedencia del autor, excepci¨®n hecha de los datos puramente t¨¦cnicos.
Todas estas bien intencionadas precauciones no han dado lugar a resultados tan rupturistas como pretend¨ªan la organizaci¨®n y el mismo Ren¨¦ Berger, mentor de la Bienal. Mucha vedette tradiciodal participante en el certamen ha sido eliminada, con excepci¨®n de ciertas omigiones, bastante justificadas. El mayor rigor selectivo o restrictivo ha hecho que de las 1.009 solicitudes s¨®lo fueran adeptadas 42 propuestas de quince pa¨ªses, cuando la media de a?os anteriores era de sesenta a ochenta tapiceros de veinte a veinticinco nacionalidades, sin que este reducido grupo suponga, en l¨ªneas generales, un notable cambio de orientaci¨®n.
Las grandes y, espaciosas salas del museo Cantonal de Bellas Artes de Lausana qnedaron bastante desangeladas en relaci¨®n a ediciones anteriores por el peque?o n¨²mero de tapices que tuvieron que albergar y que Umbro Apollonio (Venecia), Ren¨¦ Berger (Lausana), Alexandre Cirici (Barcelona), Mildred Constantine (Nueva York), Fran?ois Mathey (Par¨ªs) y, el resto del jurado salvaron de la quema. La voluntad internacionalista y antipersonalista de hoga?o no ha liberado a la Bienal de la hege mon¨ªa de los grandes pa¨ªses (USA, Alemania Federal, Francia, Polonia, Suiza y Jap¨®n) ni de los estilos m¨¢s convencionales o consagrados. En l¨ªneas generales, podemos decir, que se ha dado un l¨®gico predominio de la tapicer¨ªa tridimensional de intenci¨®n escult¨®rico-arquitect¨®nica con una creciente y novedosa presencia del tapiz mural, que gana posiciones al incorporar la ret¨®rica propia de los nuevos lenguajes gr¨¢ficos de la cultura y el arte contempor¨¢neos. Una clara preponderancia de lo geom¨¦trico, cin¨¦tico y minimalista. Una ostensible recuperaci¨®n del realismo en su dimensi¨®n cr¨ªtica, social o hiper realista. Una puerta abierta al arte naif con el bordado colectivo de un asilo de ancianas y el tradicional, experimentalismo de formas, t¨¦cnicas y materiales que tanto admiten el esparto como el sisal, el hilo como la seda, las fibras artificiales y sint¨¦ticas como la lana, en un variado registro de propuestas que, pese a su evidente dignidad, ofrec¨ªan escasa sorpresa.
A nivel individual, cabe destacar la conocida potencia visual y formal de la obra de la Abakanowicz; dentro de su estilo, el tenue y vaporoso tricotado de la francesa Pierrette Bloch, el inteligente libro textil repleto de geom¨¦tricas lineaciones de la polaco Emilia Bohdziewicz, Ia espectacular y fr¨ªa escultura colgante de tejidos ym¨¢rniol obra de Da iel Graffin, la incorporaci¨®n del arte corporal aportado por la h¨²ngara Kati Gulyas, el siempre interesante trabajo de las grandes piezas de Peter y Ritzi Jacob las estructuras minimalistas de los japoneses Naomi y Masakazu Kobayashi, con sus respectivas obras; el espectacular desplega ble de gran formato de la italiana Sandra Marconato, la costura sobre papel de la americana Joanne Mattera, la gran superficie de papeles prensados de la norteamericana Anne F. Pixley, la evocaci¨®n conceptual de iconos por parte de la polaca Ursula Plewka la felliniana referencia a Morte a Venezia, con la t¨¦cnica de la foto quemada del polaco Stefan Poplawski, la p¨¢gina tipogr¨¢fica invalidada del tambi¨¦n polaco Antoni Starczewski y, acaso, la obra m¨¢s espectacular y original de toda la Bienal, la serie de madejas suspendidas de una gran ret¨ªcula met¨¢lica que cubr¨ªan la c¨²pula central del museo de Lausana, otorg¨¢ndole una magnificencia, y un clima que transformaba las dimensiones. arquitect¨®nicas y la misma luminosidad del edificio en una propuesta realmente acogedora y original concebida por la canadiense Susan Watson.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.