?Bolsa! ?D¨®nde?
A la hora de encontrar tema con el que llenar un espacio tan peque?o y a la vez tan amplio como es una columna hablando de la Bolsa, cuando el comportamiento del mercado ha revestido las caracter¨ªsticas de inactividad y falta de expectativas que acus¨® la pasada tanda semanal el comentarista se encomienda a los dos tercios del santoral.Y esto por la sencilla raz¨®n de que lo ¨²nico noticioso que se ha producido es muy posible que sea la propia inexistencia de la Bolsa como tal, conforme vamos a intentar explicarles.
Efectivamente, el edificio sigue en pie en su tradicional emplazamiento de la plaza madrile?a de la Lealtad. El parquet contin¨²a con sus tablas bailarinas y sus barandillas. El calor dif¨ªcilmente soportable en las jornadas veraniegas y la elegancia caracter¨ªstica de los sufridos asistentes ataviados con la chaqueta y reglamentarias corbatas tambi¨¦n se mantienen. Pero aqu¨ª acabaron todas las concomitancias entre la Bolsa actual y lo que se supone deber¨ªa ser un mercado de valores.
La actividad mercantil, objeto y fin de toda Bolsa que se precie, pr¨¢cticamente ha desaparecido en la nuestra.
A diario los vol¨²menes contratados resultan rid¨ªculos, y si adem¨¢s tenemos en cuenta que no todas las operaciones declaradas se han realizado en los corros, resulta f¨¢cilmente imaginable el depresivo ambiente que se respira en el sal¨®n de contrataci¨®n, donde los voceos en los corros no se extienden m¨¢s all¨¢ de unos pocos minutos, y la presencia de alguna orden vendedora de cierta importancia causa una desbandada superior a la que producir¨ªa una amenaza de bomba, registr¨¢ndose una rapid¨ªsima contracci¨®n en la escasa demanda generada las m¨¢s de las veces en las inmediaciones de la barandilla, con fines m¨¢s o menos encubiertamente especulativos.
Sin duda, la falta de inversi¨®n es el principal mal de la Bolsa; ahora, el c¨®mo volver a atraer los excedentes de ahorro al mercado de valores es ya harina de otro costal.
Centr¨¢ndonos en el comportamiento del mercado en el pasado ciclo, apenas se?alar el desarrollo pr¨¢cticamente lineal de las jornadas, con cortas diferencias en los cambios, que en las de apertura y cierre arrojaban un balance positivo, mientras que el mi¨¦rcoles y el jueves dominaron los retrocesos.
Tambi¨¦n result¨® curiosa la sordera del mercado a los pl¨¢cemes dados por la CEOE al programa econ¨®mico del Gobierno, en una muestra de ol¨ªmpico desprecio por la aceptaci¨®n que la gran patronal, en definitiva, ha dado a la pol¨ªtica del Gobierno en un futuro pr¨®ximo.
En definitiva, Bolsa, poca; calor, mucho, y, lo que es peor, sin atisbos de cambio por el momento.
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