Jerez dedica a los ni?os y Andaluc¨ªa la Fiesta de la Vendimia
Ma?ana termina en Jerez de la Frontera (C¨¢diz), la 32 edici¨®n de la Fiesta de la Vendimia, una especie de feria en honor de los vinos de Jerez que montaron en los infelices a?os cuarenta literatos y exportadores, y a la que el nuevo Ayuntamiento trata t¨ªmidamente de dar un giro. La dedicatoria a Andaluc¨ªa y el intento de vincular los actos festivos al A?o Internacional del Ni?o son algunas de las novedades de este a?o. Escribe Jos¨¦ Aguilar.
El origen de la Fiesta de la Vendimia fue una cena organizada por un grupo de intelectuales del sistema el 27 de marzo (S¨¢bado de Gloria) de 1948. Alguien lanz¨® la idea de convocar unos juegos florales, otro opin¨® que tales juegos deb¨ªan hacerse con motivo del nacimiento anual del vino de Jerez, y as¨ª de sencillamente naci¨® la Fiesta de la Vendimia. Cuentan las cr¨®nicas que la idea cont¨® con la decidida colaboraci¨®n del alcalde Miguel Primo de Rivera y S¨¢enz de Heredia y del gobernador civil de la provincia, Carlos Rodr¨ªguez de Valc¨¢rcel.Los bodegueros jerezanos hicieron algo m¨¢s que colaborar: vieron el cielo abierto y comprendieron -con tanta vista como sus tatarabuelos, iniciadores del gran negocio del vino- que la iniciativa de poetas y literatos de la localidad pod¨ªa convertirse en un pretexto magn¨ªfico para la promoci¨®n del sherry y la apertura de nuevos mercados. Por eso no han tenido inconveniente en financiar los actos de las sucesivas fiestas de la vendimia, y aun, este 1979, cuando algunas circunstancias han cambiado, han sido ellos los que han corrido con los varios millones de gastos.
Se lo han cobrado bien. No s¨®lo se les ha promocionado sus caldos (desde 1956 la fiesta ha estado dedicada cada a?o a un pa¨ªs importador de Jerez), sino que han niontado a su gusto todo el tinglado ferial y han colocado a sus hijas mas o menos guapas en el centro de todos los actos. A la reina, de 1948, Carmen Soto y Col¨®n de Carvajal, la han sucedido en su ef¨ªmero trono de vanidades todo el pitimin¨ª jerezano. Los apellidos de las reinas son los apellidos de sus pap¨¢s vinateros: Domecq, Boh¨®rquez Mora-Figueroa, De la Riva, Terry, Fern¨¢ndez de Bobadilla, Gonz¨¢lez...
Tampoco es manca la n¨®mina de los mantenedores de los juegos florales. El primero fue Eugenio Montes (repiti¨® en la vig¨¦simo quinta edici¨®n) y luego vendr¨ªan Pem¨¢n, Jaime de Fox¨¢, Jos¨¦ Carlos de Luna, algunos poetas dom¨¦sticos, otros de los que montaban guardia bajo los luceros, como Raimundo Fern¨¢ndez Cuesta, y personajes del estilo de Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez y Carlos Robles Piquer. Sus encendidos discursos al vino y a Jerez han puesto la nota ret¨®rica y, a veces, cursi en medio de actos tan populares como la pisa de la uva, la cabalgata o los fuegos artificiales.
Porque el caso es que mucha gente se divierte en esta fiesta y, como otras ferias y manifestaciones de masas, los intentos de manipulaci¨®n est¨¢n condenados al fracaso a poco que las capas populares hagan de mangas capirote, tomen como suyos los festejos y elaboren su propio programa de cante, baile y bebida. Aunque las ferias han perdido buena parte de su funci¨®n, como excusa para gastar m¨¢s de lo, com¨²n, quitarse inhibiciones y ligar lo que se pueda, en una sociedad cerrada, como la jerezana, la Fiesta de la Vendimia todav¨ªa conserva algo de sus cualidades liheradoras.
Cambian los ritos
Este a?o se ha iniciado un proceso de cambio en algunos de los ritos de la fiesta. El m¨¢s importante para el concejal delegado de festejos, Jos¨¦ Guti¨¦rrez (PSOE), ha sido la participaci¨®n del pueblo en la organizaci¨®n de los actos. La elecci¨®n de la reina, por ejemplo, se ha hecho sobre un total de veintis¨¦is candidatas, propuestas por los colegios de la ciudad, y el cargo se lo dieron a Montserrat Serna, hija de un agente comercial, sin apellidos ni vi?as, y que cuando le preguntas si le gusta ser reina te contesta firmemente: ?Si no me gustase, no estar¨ªa aqu¨ª.?
La forma de elecci¨®n de la reina ha gustado en la calle, aunque muchos hubiesen preferido una soberana con m¨¢s de trece a?os. El dichoso A?o Internacional del Ni?o ha impuesto sus exigencias en este aspecto. Tambi¨¦n se ha celebrado un concurso de dibujo infantil y una concentraci¨®n-espect¨¢culo de ni?os, recogidos en sus barrios, en plan flautista de Hamel¨ªn, por la banda municipal de m¨²sica. Los padres han pagado parte de las consecuencias. Como aquel que, harto de cargar con su criatura, se preguntaba: ?A ver cu¨¢ndo organizan el a?o internacional de los cansados y me ponen a m¨ª de rey.?
Otra de las novedades de esta edici¨®n de la Fiesta de la Vendimia fue su dedicatoria a Andaluc¨ªa, en vez de a cualquier pa¨ªs extranjero comprador de vinos. Las carrozas de la cabalgata representaban a cada una de las provincias andaluzas , y se montaron stands con productos t¨ªpicos en la caseta municipal. L¨¢stima que el acto de proclamaci¨®n de la reina, que podr¨ªa haber rezumado andalucismo, quedase reducido a un protocolo artificioso y de cart¨®n piedra.
Por lo dem¨¢s, al igual que todos los a?os, tore¨® el Paula -algo m¨¢s que un torero para las clases bajas jerezanas-, se bebi¨® ese fino que se prepara especialmene para la feria, y que no es el que hizo decir a Shakespeare que ?si mil hijos tuviera, el primer principio humano que les ense?ar¨ªa ser¨ªa abjurar de toda bebida ins¨ªpida y dedicarse al jerez?, y la gran mayor¨ªa, que acudi¨® al recinto esperanzada (??A la feria!?), volvieron a casa polvorientos y tristes, porque, al fin y al cabo, todo sigue igual.
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