Homenaje a Celso Emilio Ferreiro
Su peri¨®dico dio una rese?a relativamente completa de la muerte y personalidad de Celso Emilio Ferreiro, sobre todo a trav¨¦s del emotivo perfil trazado por Xes¨²s Alonso Montero y de la evocaci¨®n de Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n.Quienes conocimos de cerca y tuvimos el privilegio de tener acceso a una amistad a la que Celso Emilio era lealmente fiel, no podemos no agradecer la sensibilidad con que han sabido abordar un tema -o mejor, un personaje- tan profundamente humano.
Conoc¨ª personalmente a Celso Emilio Ferreiro (y desde entonces no dejamos ya de ser amigos) el 20 de noviembre de 1976. Est¨¢bamos los dos en Barajas, esperando al com¨²n amigo Ernesto Cardenal, que hu¨ªa de Somoza y, por supuesto, no pod¨ªa so?ar por entonces la acogida que no le faltar¨ªa hoy en este pa¨ªs, donde el Gobierno de UCD que ayudaba todav¨ªa con armas y medios a Somoza, norabuena ha rectificado -?por oportunismo, tambi¨¦n!- su actitud, volvi¨¦ndose de la parte de los sandinistas, que al fin lograron derribar al somocismo. Ernesto Cardenal, que no era ministro de Cultura de Nicaragua, sino un poeta revolucionario lospechoso de marxismo, fue hu¨¦sped durante una semana de Celso Emilio Ferreiro.
Esto no es m¨¢s que pura an¨¦cdota, que queda ah¨ª, si le parece, para dar testimonio de una virtud humana y social m¨¢s -entre las muchas- del inolvidable Celso Emilio: su solidaria hospitalidad. (Me.consta, por el propio Ernesto Cardenal, que qued¨® conmovido de la generosidad del poeta gallego que acaba de fallecer.)
Lo ¨²nico que quisiera insinuar, a sabiendas del escaso peso que puede tener mi voz, es la idea de un homenaje p¨®stumo a la memoria de Celso Emilio Ferreiro. Algo parecido a lo que se hizo para Blas de Otero, si acaso l¨ªgerarnente menos politizado. La prensa lo ha dicho parcialmente y parcialmente lo sabemos tambi¨¦n quienes le tratamos: la vida, por circunstancias bien conocidas, no fue f¨¢cil ni excesivamente generosa para ¨¦l. Dicho con otras palabras, no le faltaron sufrimientos ni contrariedades, de las que queda un reflejo en muchos de sus versos y nos queda un eco a quienes tuvimos el privilegio de escuchar sus confidencias, por m¨¢s que no fuera Celso Emilio un hombre propenso a airear sus disgustos, sino m¨¢s bien a sufrirlos sin que se advirtiesen exteriormente, Organizar un acto que haga un poco dejusticia p¨®stuma, a quien no se le hizo demasiada en vida, puede liberamos parcialmente de la mala conciencia colectiva que nos corresponde tener en este pa¨ªs por lo escasamente generosos que solemos ser hacia poetas de la significaci¨®n de Celso Emilio y de otros.
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